Guns N' Roses: a 30 años del debut, la jungla todavía asusta Un impresionante repaso a lo mejor de su carrera Jueves, 06 de Octubre de 2022 Miércoles 5 de octubre, 2022 Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos Revisa la galería de imágenes AQUÍ. Parece mentira que hayan pasado treinta años desde aquel diciembre del ‘92, cuando unos jóvenes Guns N Roses debutaron en el estadio nacional de Chile. Muchas cosas pasaron en el medio, incluyendo una separación que dejó a Axl como único integrante, mientras Slash hacía de las suyas como solista. Fueron tiempos de crecimiento y madurez que, unido a la insistencia de Duff, generaron finalmente la reunión que todos soñaban y le permitió al grupo recuperar su nivel de convocatoria, encontrándose con otra generación de fans, además de los fieles seguidores que -sin importar la edad- continúan asistiendo a cada visita. Desde que se reunieron en 2016 la banda no ha parado de girar, y a 5 años de su última visita a territorio chileno, este 5 de octubre el estadio nacional recibió nuevamente, con entradas agotadas, a Axl, Slash, Duff y compañía para seguir celebrando ese legado de hits y recuperar todo el tiempo perdido. La jornada contó con la participación de dos bandas invitadas. El primer turno fue para las locales Frank’s White Canvas, un dúo chileno conformado por Karin Aguilera y “Pancha” Torés que desde hace varios años está dando mucho de qué hablar y tuvieron el merecido honor de abrir los fuegos para “Los Guns”, algo que ellas mismas definieron como “un desafío muy grande”. Si tuviera que resumir su presentación en una palabra, sería: “Espectacular”. Ellas dos solas, una en guitarra y la otra en batería, aparecieron en ese escenario gigantesco y durante 25 minutos se encargaron de cautivar, con algunos de sus mejores temas, a todos los que aún no las conocían. “Wake Up”, “Let It Go” y “Sleep, Work, Eat” fueron algunas de las más aplaudidas y qué mejor reconocimiento que un público pidiendo “otra” al final de su presentación. No se ve todos los días que la gente quiera que el acto soporte no se vaya. La segunda agrupación invitada llegaba desde México: Me refiero a los emblemáticos Molotov, que ya están cerca de los 30 años de carrera y continúan dando de qué hablar. Cuando se anunció que serían ellos los soportes de Guns N Roses, no entendí qué hacían ahí, pero a pesar de no ser una banda que uno esperaría ver junto a Axl y compañía, es innegable que saben encender al público como nadie, y fueron la elección perfecta para calentar literalmente los motores con una buena selección de temas fiesteros y varios de sus más populares éxitos. Con música de Control Machete al fondo, Molotov apareció en tarima a la hora pautada, sin embargo el inicio no tuvo mucho éxito. Abrieron con “Dance And Dense Denso”, que en otras circunstancias, con otro público, habría sido un pogo inmediato, pero no fue el caso. Eso sí, a partir del segundo tema comenzaron los sencillos populares y pegadizos, por lo que con “Amateur”, “Here We Kum” y “Changüich a la chichona” ya la gente se animó a cantar y bailar. “Chile fue el primer país donde tocamos, fuera de México, y fue gracias a esta canción” recordó Tito, antes de interpretar “Chinga tu Madre”. Para ese momento el público ya estaba completamente metido en el show y la banda lo aprovechó para ponerlos a saltar al ritmo de clásicos como “Matate Teté” y “Puto”, elegida siempre para el cierre. Claro, también hubo tiempo para temas nuevos, como fue el caso de “Pendejo”, el cual aseguraron que estará en un próximo disco y, por supuesto, no podían dejar de tocar los clásicos “Gimme Tha Power” y “Frijolero”, dos de los más coreados de la tarde-noche. "Nos vemos mañana en el Caupolican" dijeron los mexicanos tras unos intensos 50 minutos de rock n roll latino, y es que este jueves repiten en Santiago pero como protagonistas, junto a Chancho en Piedra. ¿Quién se hubiera imaginado que Axl y sus Guns N Roses algún día serían puntuales? A veces la gente cambia y decide hacer las cosas bien. Por eso, aunque a muchos les cueste creer, a las 21 hs exactas, tal como estaba pautado, comenzó a rodar el video introductorio y arrancó el show de GnR. “It’s So Easy” sigue siendo la canción elegida para iniciar sus shows, seguida de “Mr. Brownstone” y esta vez no tuvimos que esperar demasiado para escuchar a Axl interactuar con su público. "Santiago, ¿cómo están? Escucharon las noticias de hoy" dijo antes de que comenzara a sonar “Chinese Democracy”. “Es bueno verlos de nuevo” agregó. Y hablando de China y democracia, la banda llegó esta vez con un mensaje claro en contra de la guerra, particularmente la que está ocurriendo en Ucrania. Por eso desde el inicio hay dos banderas de Ucrania a los lados del escenario y en “Civil War” la pantalla muestra los colores de dicho país, acompañados de visuales que nos recuerdan las consecuencias de una guerra y su destrucción. Además, le agregaron un pedacito de “Machine Gun”, de Jimmy Hendrix, a la canción. Aunque todavía no hay material nuevo de la banda, Guns N Roses ha sabido variar su setlist para que quienes ya los vimos en 2016 o 2017 no nos aburramos, es por eso que en esta oportunidad nos deleitan con nuevos covers, siendo el más destacado el de Velvet Revolver, “Slither”, e incluyen algunos de sus reciclados nuevos singles como “Absurd”, “Hard Skool” y “Shadow of Your Love”, entre otras variaciones. Seguramente el fan promedio valora la intención de cambiar algunas canciones, pero son los clásicos como “Welcome To The Jungle”, “Live and Let Die”, “You Could Be Mine”, “Rocket Queen” o “Nightrain” los que nos ofrecen los puntos altos de la noche, esos donde gran parte del público salta y canta con todas sus fuerzas, mientras la banda descarga toda su furia musical, una furia que tiene un capitán llamado Slash. Es notable como el mítico guitarrista es quien se monta la banda al hombro y, además de tocar los temas que ya conocemos, hace intros, outros, jammings y demás cosas durante las tres horas que dura el show. Todo esto con sus ya patentados movimientos y poses, que hacen de su figura un pilar fundamental de esta agrupación. Más allá de los memorables solos que siempre nos erizan la piel, como el de “Sweet Child O’ Mine”, “Don’t Cry” o “November Rain”, es en temas como “Double Talkin’ Jive”, “Estranged” o “Coma” donde Slash nos recuerda que es un monstruo de la guitarra, e incluso cuando se equivoca de nota o se pierde levemente en los tiempos, no luce desprolijo sino que parece una suerte de improvisación que le da vida a las canciones, después de todo, si sonaran exactamente como el disco uno no sentiría esa magia del sonido “en vivo”, que a veces necesita de esa entrada a destiempo o ese tono corrido para recordarnos que están ahí y están tocando realmente. “It’s a little chill in Chile (hace un poco de frío en Chile)” dijo Axl en modo de chiste, utilizando un juego de palabras para referirse literalmente al frío de esa noche, un Axl bastante conversador y más sonriente de lo habitual, que no paró de bailar, correr de un lado al otro y hacer sus poses características. Su voz es siempre el blanco de todas las críticas, sería redundante decir que “ya no canta igual” y, por supuesto que no, tiene 60 años, sin embargo esta noche nos vuelve a demostrar que todavía le queda mucho para dar. En los tonos graves luce impecable y hasta los gritos están intactos, siempre afinados, sobre todo en los temas donde mezcla voces graves con agudas. El verdadero problema de Axl radica en el falsete a la hora de cantar largos fragmentos, ya que se le escucha cansado cada vez que se esfuerza por mantener una nota aguda mucho tiempo. “Coma”, por ejemplo, tiene una de las secciones más difíciles de cantar en toda la discografía de GnR, no solo por el tono sino por la velocidad y aún así continúan tocándola en vivo, algo realmente admirable y que todo fan debe valorar, porque cualquier otro ya la hubiera descartado para siempre. ¿Qué decir de Duff McKagan? El “Señor Duff”, como lo presentó Axl, es el responsable de que todo esto esté ocurriendo y tal vez por eso es uno de los que más disfruta el show. Con su polera de Lemmy y sus influencias punk, no solo destacó con su bajo y es una gran ayuda vocal para Axl durante todo el concierto, sino que tuvo su momento protagónico al cantar “Attitude”, un cover de Misfits. A su manera, todos en la banda destacan. Fortus, además de los solos de “Rocket Queen” y sus aportes vocales, sabe como resaltar al moverse por todo el escenario y tocar la guitarra con sus clásicas brazadas al mejor estilo AC/DC. Incluso, hacia el final del show tomó su guitarra acústica y acompañó a Duff y Slash en un excelente cover instrumental de “Blackbird” de The Beatles. Dizzy Reed, además de su maravilloso piano, también hace las veces de percusionista, mientras que Frank Ferrer se luce detrás de la batería con cada canción. Melissa Reese es quizás la que tiene más bajo perfil y aún así, su presencia se nota tanto en lo visual como en lo musical. Es una multi-instrumentista que no duda en tomar una pandereta si el tema lo requiere, o hacer las veces de corista cuando la canción lo amerita. Si bien en esta oportunidad no hubo pirotecnia ni papelitos volando, la velada fue, además de extensa, bastante entretenida en lo musical. Si hay algo que popularizó a Guns N Roses fueron las baladas, y como era de esperar, fueron estas las que generaron las postales más emotivas de la noche, siendo “November Rain” uno de los temas más celebrados y con “Sweet Child o’ Mine” invitando a las parejas a abrazarse. Cada tema suave era una excusa para encender las linternas e iluminar el estadio, y por supuesto, no faltó el fanático “old school” que iluminó con un encendedor. El cierre llegó con otras dos grandes baladas: “Patience'' y “Don't Cry”, temas tan esperados como memorables. Eso sirvió como preámbulo para el verdadero final, el que ya muchos conocemos porque ha sido el tema de cierre durante décadas: “Paradise City”. Con esta joya, tanto banda como público agotaron los últimos cartuchos y pudimos ver a un Axl dejando su voz en cada grito, tratando de alcanzar esos agudos luego de más de 3 horas de show y, a su manera, lo logra. Impresionante. "¡Ay! que emoción tengo" le decía temprano una niña de unos 15 años a su madre cuando terminó Molotov y ya solo faltaba GNR, y es que generalmente quienes están viendo a la banda por primera vez son los que más disfrutan el momento y menos se fijan en los detalles. El tiempo nos vuelve críticos, es normal, pero cuando estamos allí y somos impactados por el poder de la música, entendemos que el arte no se trata de perfección, sino de hacer lo que uno ama de la manera más profesional posible. La mala publicidad que tiene Axl ha sido buena porque nos predispone a una debacle que no existe y la sorpresa siempre es positiva. Esa noche del 5 de octubre, los Guns N Roses nos demostraron que musicalmente siguen siendo una de las agrupaciones más sólidas del rock, con un vocalista que, aunque ya no tenga el falsete de su juventud, sigue conservando una gran voz y hace un buen trabajo con lo que tiene. Esperemos que nos sigan visitando muchos años más. Frank Hernández* Fotos: Katarina Benzova *: Frank Hernández es Director General de Rocktámbulos. Tags #Guns N' Roses #Guns N Roses #GNR #Axl Rose #Slash #Duff McKagan #Molotov #Frank's White Canvas #Franks White Canvas #FWC Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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