Fauna Primavera 2024: el indie vuelve a casa

Sábado 9 de noviembre, 2024
Parque Ciudad Empresarial

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Reporte día 1

Si la primera fecha ya había dejado la bara alta con la nostalgia y la energía aguda de The Smashing Pumpkins, el segundo día prometía no quedarse atrás, ofreciendo a los escoceses Franz Ferdinand como el plato fuerte. Desde temprano, las guitarras empezaron a escucharse en el Parque Ciudad Empresarial, mientras el público, con la experiencia del primer día en el cuerpo, llegaba dispuesto a una nueva tanda de conciertos bajo un sol aplastante. A diferencia del viernes, la cita este sábado fue a las 13 horas, y traía consigo una cartelera más ecléctica, donde la electrónica, el electro-pop, el indie y el rock alternativo se tomaron el lineup.

Ahora, partir un festival nunca es tarea fácil, y si a eso le sumamos los 29° del día, era todavía más complejo el hecho de atraer gente hacia ti. Pero poco a poco, Estoy Bien comenzaba a congregar a las personas, haciendo un colérico debut en el Vans Stage, desafiando el mediodía y el calor, consiguiendo un considerable número de personas paradas bajo el sol, cabeceando y dejándose llevar al escuchar el gran set que los nacionales tenían para ofrecer. ‘Frente a Frente’, ‘Piel’, ‘Ahora’ y ‘Lo Difícil Se Hizo Largo’ fueron algunos de los temas que se escucharon, todos parte de su disco de “Apoyo Emocional” de 2023. Así como te logras posicionar, y Estoy Bien hace rato que lo ha estado haciendo con un brillante futuro por delante.

 

Las Ligas Menores: ¿Annie y Compañía?
Uno de los shows que causó mayor incertidumbre fue el de Las Ligas Menores. ¿Qué podría pasar luego de la abrupta y reciente ruptura? ¿Cómo se reconstruye una banda tras la salida de casi todos sus integrantes? ¿Cuál será el impacto de este hecho en sus comunidades de seguidores? Con más dudas que respuestas en la previa, Anabella Cartolano sabía que debía actuar rápido y de forma estratégica.

Pareciese un pacto colectivo “fingir demencia” ante la “expulsión” de la banda, razón por la que sobre el escenario, Annie se rinde ante el público y da las gracias por el recibimiento en este contexto, dedicando sentidas palabras por lo que significa debutar con banda nueva en un festival de este envergadura.

Las Ligas 2.0 apostaron por un setlist conocido, al mismo ritmo del show compartido con Él Mató a un Policía Motorizado y Niños del Cerro hace ya un año; fecha en la cual la banda ya presenta el cover de Pixies ‘Todo lo que pienso hoy’, y que se vuelve a repetir en el setlist de ese año. Todo parece ser exactamente igual, solo ajustando cambiando el orden de tres canciones. No obstante, la mayor modificación se evidencia en la calidad interpretativa de las nuevas integrantes, que dista de lo ya conocido por sus miembros fundadores. Esta diferencia se evidencia en la necesidad imperiosa de demostrar perfección en cada una de las canciones, así como también, en el nerviosismo sobre el escenario. El público en ese horario no buscó más que disfrutar del buen momento y corear las canciones populares como ‘Accidente’, ‘Peces en el mar’ y ‘Renault fuego’.

 

The Magic Numbers: La fórmula mágica
A las 15:30 fue el turno de The Magic Numbers en el escenario del Banco de Chile. Sin embargo, empezaron con una leve demora de un par de minutos dado los problemas técnicos de Nation of Language. Cercanos, carismáticos y con la complicidad de amigos de toda la vida, el cuarteto liderado por Romeo y Michele Stodart tomó sus instrumentos, y el público, ahora mucho más numeroso, respondió de inmediato. Su set estuvo cargado de sonidos pop ejecutados perfectamente y bellísimas armonías, empezando el recorrido por ‘Ride Against the Wind’ y siguiendo con un repaso de una lista de favoritos que incluyó ‘Forever Lost’, ‘Take a Chance’ y el himno hipster de 2005, ‘Love Me Like You’. Sellando así el reencuentro con el público chileno entre aplausos y coros compartidos, agradecieron su regreso tras ocho años.

 

Dinosaur Jr: Oda al fuzz
Con nada menos que seis amplificadores Marshall alineados en sus espaldas -muy en su onda-, J Mascis se plantó en el escenario como un imaginero todopoderoso de su propio universo; uno donde la distorsión no es solo un canal de comunicación, sino también una filosofía de vida. Y es que para hablar de Dinosaur Jr. no se necesitan fanfarrias o palabras grandilocuentes, solo hay que dejar que las cuerdas hablen, y en el show de las 17:15 fue justo lo que se vivió, entregando exactamente lo que su público esperaba: una pared de sonido fuzzero y honesto.

La banda de Massachusetts presentó una lista que constó con 18 canciones que resumieron su larga discografía que data desde mediados de los 80, abarcando clásicos como ‘Garden’, ‘Freak Scene’ y ‘Feel The Pain’ hasta la intensidad de ‘Been There All the Time’ y ‘Little Fury Things’. Como si fuera poco, en su visita también regalaron a sus fans versiones de ‘Training Grounds’ de Deep Wound y ‘Just Like Heaven’ de The Cure, que encendieron aún más a los fanáticos, que no tardaron en soltarse. La fuerza fue tal que los mosh estallaron, dando la señal de que el caos había encontrado su lugar en el mar de cabezas, agitándose al ritmo de riffs sucios y primitivos. Una mezcla de brutalidad y belleza que Dinosaur Jr. ha mantenido inmaculada desde sus primeros días, demostrando que, a más de 30 años después, su poder sobre el escenario es inalterable.

Dënver: Clásicos imperecederos
La figura de la banda nacional invoca recuerdos y juventud, pero también implica rememorar ciertas diferencias y polémicas que dejaron en pausa al dúo. Sin embargo, el ánimo del público parece buscar un lugar de descanso para aquellos que se ubican lejos del escenario, pero otros encuentran la previa de la electrónica y transforman este lugar en una clase de baile entretenido.

La agrupación apostó por los clásicos de “Revista de Gimnasia”, donde los elementos alusivos a este álbum aparecen como parte de la performance. Sin embargo, y pese a los esfuerzos realizados, la técnica en el Vans Stage presentó algunas fallas. Dënver debió tomarse unos minutos para solucionarlas antes y así poder continuar con todo. La aparición de Anabella, líder de Las Ligas Menores, en la interpretación de ‘Adolescentes’, fue una jugada que sorprendió al público, quienes agradecieron profundamente la oportunidad de ver interactuar a dos bastiones del indie latinoamericano en escena. Una voladura de cabezas para la generación.

Finalmente, el cierre estuvo en la línea más clásica del rock nacional, con el cover de ‘Con suavidad’ de Jorge González, instancia en la que el Vans Stage se vuelve un karaoke y también un espacio de rememoración del alma de Los Prisioneros, por lo que celulares y grabaciones fueron una actividad obligada por las y los asistentes.

El dúo cierra su presentación agradeciendo la invitación y el cúmulo de personas que los corearon y recuerdan sus clásicos de carácter sencillo y poco prolijos. A este punto, solo resta recordar que Dënver está en casa y la Revista de Gimnasia vuelve al lugar del que nunca debió haber salido.

 

 

The Kooks: El soundtrack generacional
A medida que el atardecer comenzaba a cederle paso a la noche, el regreso de The Kooks al escenario principal del Festival no pudo haber sido más anhelado por muchos de los Millennials y Genz Z que había entre el público y que crecieron en el indie. Liderados por el inconfundible y siempre carismático Luke Pritchard, la banda británica se subió al escenario con una energía contagiosa, tal como si los 20 años de su carrera no hubieran pasado.

Con una sonrisa constante y una actitud muy chill, Pritchard y los suyos ofrecieron un set multicolor y lleno de buenos recuerdos, aunque, por momentos, se notó que el sonido no alcanzó esa perfección esperada de una banda con tan extenso prontuario. Aun así, el público no dejó de cantar y bailar, particularmente cuando interpretaron ‘Sofa Song’, ‘Ooh La’, ‘Bad Habit’ y ‘Seaside’. Canciones como ‘See the World’ y ‘Do You Wanna’ trajeron consigo el aire con esa nostalgia de tiempos de Tumblr, entre colores pastel y vibras holográficas, mientras que ‘Junk of the Heart (Happy)’ cerraba una presentación que, aunque no exenta de pequeños detalles, consiguió mantener al público sumido en una burbuja de felicidad y baile.

 

Franz Ferdinand: ¡Conchetumadre!
Impolutos, sutiles y coquetos. Estas serían las palabras con las que se puede definir el show de culto que brindaron los archiduques de Glasgow, quienes volvieron “a casa”, demostrando una vez más por qué son uno de los favoritos de la hinchada local.

Con ‘The Dark of Matinée’ abrieron fuego a una presentación que jugó con la trayectoria y la perfección a su favor. Un público sediento de clásicos se agolpó en los costados laterales del escenario principal. Quienes se ubicaron en el centro, declararon implícitamente que esta noche los clásicos se gritan con la vida y se bailan como si fuese el último día en la tierra.

El manejo de timing por el incombustible Alex Kapranos solo revela que el profesionalismo y los años de trayectoria son siempre un aliado en contextos de locura, porque lejos de la nostalgia y la emoción que trajo The Smashing Pumpkins, los ya amigos ilustres de la casa apostaron por un bombardeo de clásicos que no dejó indiferente a nadie. ‘Walk Away’ sorprende como aquella canción que se baila sin mirar atrás, pero en esta ocasión fue dedicado a la mítica discoteque Blondie, cuartel central del indie y caverna de lo alternativo, que sigue presente en la memoria de Franz Ferdinand.

Sin duda que la planificación del setlist estaba pensada para el público nacional, sobre todo con la interpretación de ‘Stand on the Horizon’, la que fue dedicada especialmente al público chileno por su nobleza, cariño y lealtad, demostrando solo una cosa: pese a la rapidez del tiempo, el corazón de los escoceses siempre tendrá un lugar especial para este público chileno que los quiere a rabiar.

La cultura local no fue un problema para Kapranos y compañía, quién entendía los cánticos espontáneos de un público que quiere coronar esta noche final del Fauna Primavera en lo más alto. Por lo mismo, la mítica presentación del año 2006 en la Quinta Vergara vuelve a la memoria siempre como un “must”, tanto por su noble significado en la memoria popular, como por la humildad y cariño con la que Franz Ferdinand recuerda esa presentación. Por lo mismo, de forma espontánea se escuchan tímidas peticiones de “la Gaviota”, aquel simbólico premio con el que regresaron a su país natal y que evoca el cariño popular de una audiencia al fin del mundo que abrazó su propuesta para no soltarla más.

En este contexto, el cierre de la fiesta de los archiduques del dance termina en lo alto con ‘This Fire’, en una versión extendida que juega con la emoción y las dinámicas conjuntas. El público literalmente en llamas se despide de Kapranos que, con emoción, suelta un sólido “conchetumare”, dejando en claro y fuera de dudas que Franz Ferdinand sí es de la casa, y que ya deberíamos estar pensando en darles la ciudadanía y las llaves de Viña del Mar. I know I won't be leaving here…

 

Bárbara Henríquez

Karin Ramírez

Fotos: Hernán Urtubia