El fracaso del Sargento Pimienta Sábado, 21 de Julio de 2018 El nombre "Sgt. Pepper s Lonely Hearts Club Band" suele venir acompañado de un apellido: el mejor disco de todos los tiempos. Con su lanzamiento, en 1967, los Beatles consumaron sus ambiciones creativas y le subieron los bonos al rock como manifestación artística. El paradigma que estableció, el del largaduración por sobre el single, duró casi medio siglo en la industria. Hablamos, entonces, de una obra tan relevante que moldeó el mundo a su alrededor. Lamentablemente, no podemos decir lo mismo sobre la película que inspiró. Tras la disolución de la banda, un empresario del entretenimiento, Robert Stigwood, pagó los derechos para montar un musical vagamente basado en las canciones y los personajes del álbum. Estrenada en 1974 con pésimas críticas y baja audiencia, la obra no duró mucho en cartelera, pero Stigwood no se rindió. Como era el manager de los Bee Gees, en 1978 les ofreció protagonizar una versión cinematográfica del musical que desde el comienzo daba mala espina. Antes de partir el rodaje, el primer director fue despedido. Los hermanos Gibb quisieron abandonar el proyecto y, aunque finalmente se quedaron, sus pésimas actuaciones evidencian el desgano que sentían. El coprotagonista del trío era otra de las grandes estrellas de la época, Peter Frampton, aun menos carismático y creíble en pantalla. Sus nulos dotes actorales llegan a doler cuando su personaje (Billy Shears) ve morir a su amada (Strawberry Fields) sin evocar ninguna emoción visible. Para hacerse una idea sobre la ridiculez de la película: la escena transcurre en un concierto de Future Villain Band, los ladrones de los instrumentos mágicos de la Banda del Club de Corazones Solitarios, encarnados por unos Aerosmith malvados que, para colmo, tienen a una secuestrada Strawberry Fields sobre el escenario. Su rubio galán sale a rescatarla luchando con Steven Tyler, al que logra liquidar botándolo de un escenario inexplicablemente alto, del que accidental y aparatosamente también cae la damisela en peligro. Cuando un deprimido Frampton/Shears intenta matarse tirándose de un edificio, cobra vida una veleta que se transforma en un bailarín Billy Preston vestido de amarillo que canta Get Back mientras vuela tirando rayos láser que evitan el suicidio, resucitan a Strawberry Fields y transforman, quizás quién sabe por qué, a los transeúntes en curas y monjas. Sobra decirlo: un disparate absoluto. En la traducción del disco al teatro y del teatro al cine, fue perdiéndose, y sencillamente prostituyéndose, la esencia lúdica y absurda de "Sgt. Pepper s Lonely Hearts Club Band" hasta convertirse en un producto de la misma calaña que futuras producciones de Stigwood igualmente bochornosas, como "Grease 2" o "Stayin Alive". La idea original de McCartney, relacionada con el divertimento como impulso para la creatividad, se va distorsionando con cada segundo que Frampton y los Bee Gees pasan en pantalla, rodeados por personajes irritantes como los que interpretan unos sobreactuados Steve Martin y Alice Cooper. Pese a la asesoría del productor George Martin y del ingeniero Geoff Emerick, miembros del equipo original de los Beatles, la banda sonora, que podría haber sido su redención, no ofrece mucho para argumentar a favor de la película. Uno que otro buen cover, como el de los superlativos Earth, Wind & Fire ( Got to Get You into My Life ) o el de los mentados Aerosmith ( Come Together ), no es suficiente para salvar a un disco doble lleno de sosería y figuras irrelevantes. Al respecto, desde la vereda de los Beatles, una indiferencia peor que la expresada por "Yellow Submarine". A esas alturas, aún estaban entrampados resolviendo asuntos legales y financieros entre ellos. Todavía no prestaban demasiada atención al uso de sus canciones, un descuido ejemplificado por "All This and World War II", un revoltijo de imágenes de guerra y covers del Fab Four lanzado en 1974 que duró dos semanas en las salas de cine sin que nadie entendiera a qué público se pretendía llegar con semejante mezcla. "Sgt. Pepper s Lonely Heats Club Band", la película, damnificó a sus protagonistas. Las carreras de Peter Frampton y los Bee Gees, hasta entonces exitosas gracias a "Frampton Comes Alive" y la banda sonora de "Fiebre de sábado por la noche", nunca se recuperaron del golpe. "Los comentarios eran tan malos que ni siquiera quise verla", diría George Harrison un año después del bodrio. A los involucrados, el Beatle Silencioso les ofrecía su compasión, pero también una crítica: "Siento lástima por Robert Stigwood, los Bee Gees y Peter Frampton por haberla hecho. Ellos eran artistas establecidos por derecho propio. Fue un típico caso de codicia. Mientras más ganas, más quieres hacer, hasta que terminas tropezando. Ni siquiera necesitaban hacer la película, y terminó dañando sus imágenes y sus carreras". Andrés Panes Tags # Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. Ultimos Contenidos Vanguardia Noticias 15 de diciembre: Juana Molina confirma nueva visita a Chile Miércoles, 02 de Octubre de 2024 Vanguardia Noticias ''Scope Neglect'': destacamos el nuevo disco de Ben Frost y más en Rebelión Sónica 22 Miércoles, 02 de Octubre de 2024 Vanguardia Noticias Escucha la grabación de archivo de William Basinski, ''September 27'' Martes, 01 de Octubre de 2024 Vanguardia Noticias ''Los ojos del Gato. 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