Cerati-Melero: Una luz sin fin 30 años de «Colores Santos» Miércoles, 10 de Agosto de 2022 (Publicado originalmente en revista #Rockaxis226, abril de 2022) Nos sumergimos en un viaje a las entrañas de uno de los discos clave de la escena latinoamericana. Daniel Melero y los músicos chilenos Alejandro Gómez, Cristián Arroyo, Javier Barría y Francisco González, reflexionan sobre el alcance que hasta hoy tiene este álbum, a tres décadas de su lanzamiento. Uno que aún suena moderno, experimental y arriesgado. Por Jaime González Una multitud de unas 300 mil personas apostadas en plena Avenida 9 de Julio (Buenos Aires) despide uno de los conciertos más memorables y multitudinarios que haya dado una banda de rock latino. Gustavo Cerati, Charly Alberti y Zeta Bosio, acompañados de Daniel Melero y Tweety González, bajan con los ánimos exaltados un 14 de diciembre de 1991, en una jornada que marcó el peak en la carrera de Soda Stereo gracias a la consolidación del álbum “Canción Animal” (1990). Aquella noche, fue una forma de bajar el telón por parte de Gustavo Cerati y buscar nuevos rumbos, quizás más alejados de la popularidad y masividad de la “sodamanía”. Fue el verano de 1992 –una década después de haberse conocido– el que consolidó aún más la relación entre Gustavo y Daniel. Ambos, además de estar cansados de las extensas giras y de la exposicón mediática, tenían a sus padres muy enfermos, lo que gatilló una especie de catarsis devenida en un proyecto que, al comienzo, no tenía ninguna ambición salvo la experimentación y ver qué tan lejos podían llegar sónicamente, sin ninguna presión externa. Un verano de muerte y resurrección: mientras Soda Stereo cerraba un capítulo, el binomio Cerati-Melero entra en uno de los viajes musicales más apasionantes del rock latino. Quizás no es amor Cuando Soda Stereo logró un contrato discográfico en 1983, Cerati quería a Daniel Melero como productor. Sin embargo, el sello prefirió a «un hombre más experimentado», por lo que dispusieron del talentoso Federico Moura para la tarea de guiar el debut del trío. A poco andar, el también cantante de Virus encontró que al disco le faltaba una balada que marcara una diferencia con las otras canciones de pulso vibrante, herederas del sonido de XTC y The Police. Fue en ese momento que propuso grabar la melancólica y sensual ‘Trátame suavemente’, compuesta por Melero para su banda Los Encargados. «Federico me sugirió que escuchara ‘Trátame suavemente’ de Daniel. Él tenía muchas ganas de hacerla con Virus, pero cuando se enrolló en el proyecto de Soda nos tiró esa historia. La escuché y, si bien me gustó, no estaba muy conforme con la idea de hacer una versión. Pero cuando empezamos a hacerla, nos encantó y finalmente quedó. Ese fue, creo, nuestro primer punto de contacto», contó Cerati al diario trasandino El Clarín a horas de la salida de “Colores Santos”. En la misma entrevista, Melero declara que «aunque no nos conocíamos, cada uno estaba haciendo cosas parecidas por su lado. Juntos nos potenciamos». Así, ambos músicos comienzan una relación artística importante. Tras acceder a que Soda Stereo grabara su canción, Melero se transforma en el tecladista de aquel primer homónimo disco. Una mañana, Cerati lo llama para que firmara la planilla de derechos de autor como compositor de ‘Trátame suavemente’. «Da igual, firmala vos», le respondió. Molesto, Cerati va hasta la casa de su amigo y lo obliga a firmar. «¿Vos no te das cuenta lo que va a valer esto?», le gritó en la habitación. Melero hoy define ese momento como una epifanía. La firma por aquella canción, que hasta hoy es un hit, le cambió hasta la situación económica como músico a Melero, lo que le permitió avanzar con cierta solvencia en sus siguientes discos solistas –“Conga” (1988) y “Cámara” (1991)–, en los que Cerati participó, siendo la canción ‘Estrategias fatales’, quizás el mejor antecedente para lo que se vendría luego en “Colores Santos”. «Pienso que “Cámara” fue el disco que nos catapultó a hacer canciones. Fue una influencia sobre “Rex Mix” (el EP de Soda Stereo de 1991) y sin duda para “Colores Santos”. En mi película personal, me cierra como una cadena de trabajos, porque en mi evolución, mis colaboraciones son casi tan importantes como los trabajos solistas, pero sin ninguna duda siento que este es el más importante», explica Melero sobre su asociatividad con Cerati. Verano de muerte y resurrección Con todo este background de amistad y música , Cerati y Melero se encerraron en el estudio Supersónico durante 350 horas en el verano de 1992 para grabar sobre las ideas que venían trabajando. No había intenciones de un disco, sino que de desconectarse del tenso momento familiar que vivían ambos por la muerte de sus padres y descargar esa energía contenida. «Fue una fuente inagotable de ideas que terminó en un disco que ni siquiera pensábamos que íbamos a hacer», declararía Cerati al respecto. Lo primero fue comenzar a empaparse de los discos que estaban escuchando por esa época. Ultra Vivid Scene (“Joy”), My Bloody Valentine (“Loveless”), Primal Scream (“Screamadelica”) y The Orb son parte de la banda sonora de aquellos días y los guiños inequívocos que se pueden percibir, además de las canciones directamente sampleadas de Seal, The Stone Roses, They Might be Giants, Brian Eno, Curve, Stereo MC’s y hasta The Beatles. Según Melero, «la idea fue transformar el estudio en un lugar de performance. Algo inédito. Perfeccionábamos desde la imperfección, no trabajábamos buscando la excelencia y, sin embargo, teníamos una estrategia. Creo que no hay un único camino correcto, todo es posibilidad de aberración». Por aquellos años, ambos reflexionaron sobre la creación de este icónico álbum. En 1992, Cerati le señaló a la prensa que «todo lo que hicimos con Daniel desde antes de “Rex Mix”, “Canción Animal”, “Cámara”, fueron momentos donde salieron muchas cosas que en “Colores Santos” tomaron forma final». A su vez, Melero confesaba que «en noviembre (1991) hice un recital en el que prácticamente trabajé todo con Gustavo. Había algunos temas de mi disco solista que fueron rearmados para la ocasión, pero compusimos juntos el 70% de la música que se escuchó ese día y también fue el embrión de temas que terminaron en este disco, como ‘Quatro’, ‘Alborada’ y ‘Cozumel’». Hoy, Melero recuerda que «lo interesante que ocurre en “Colores Santos” (y también en “Dynamo”) es que hay una vara artística muy alta, de lo contrario, nunca hubiesen resultado de esa forma. Nada fue tedioso, por momentos todo fue complejo, la tecnología era otra, igual que las intenciones y las pretensiones... Bueno, se querían lograr cosas que sonoramente eran difíciles en términos técnicos». En una extensa entrevista para la revista argentina El Musiquero de 1992, el músico trasandino profundizó sobre cómo fue el proceso creativo como dupla en el trabajo en el estudio y la experimentación en el uso de samplers, clave en el resultado final del disco. «Hay una pulsión de vida, de vértigo. Y calma en el vértigo. En muchos temas trabajamos con el concepto de los opuestos conviviendo sin conflicto. Por ejemplo, contraponer sonidos mullidos con guitarras completamente ácidas, o ritmos vertiginosos con teclados totalmente estáticos (…) Empezaba como una improvisación, como una payasada en que uno pone un sonido y dice “a ver cómo te las arreglás para poner algo encima de esto», y a partir de ese desafío se va produciendo como un reciclamiento. Todo empieza desde una actitud casi infantil, divertida, que después fuimos ajustando perversamente». Para superar ese desafío autoimpuesto de absoluta experimentación, contaban con máquinas de peso, como el Akai MPC-60, un centro de producción MIDI con sampler integrado que no solo funcionaba como una batería electrónica, también podía samplear un loop de guitarra, un coro de voces o un fragmento de otra canción, y a la vez era utilizado como un secuenciador para componer la parte rítmica de un tema y grabar las notas de otros instrumentos. «Este disco no fue encarado desde el punto de vista de las guitarras, sino más bien desde la complementación entre el set de Dani y el mío. Para componer, utilicé muchísimo lo que llamo el órgano de lobby, ni más ni menos que un funmachine. Ese es mi arreglador inteligente», confesó Cerati tiempo después. Entre el equipo que usaron para crear las atmósferas de “Colores Santos”, también estaban el multi-efecto Ultra Harmonizer Eventide H3000, el procesador CM70 (utilizado por el ingeniero en sonido Eduardo Bergallo), el TC Electronic 2290 Dynamic Digital Delay y el sampler EMAX II (muy usado por Melero). Viajando en la luz “Colores Santos” apareció un 25 de marzo de 1992. Melero lo definió como un «pack artístico», por ello hubo dos singles: ‘Hoy ya no soy yo’ y ‘Vuelta por el universo’, con sus respectivos videoclips. La recepción fue tibia entre los fans de Cerati, no teniendo la repercusión que el sello esperaba. Es más, en algunas ediciones para México le agregaron la frase «la voz de Soda Stereo» tras el apellido de Gustavo para tratar de enganchar al público. El circuito más under lo leyó como un disco de vanguardia y hasta fue tildado de «un ovni en la escena argentina» por el sitio Allmusic. Fueron más los músicos quienes vieron en este disco una ventana para explorar desde otro lugar el rock en español. Para el compositor nacional Javier Barría, “Colores Santos” es una suerte de eslabón perdido entre “Canción Animal” y “Dynamo”. «Ya era muy fan de Soda Stereo y este disco resultó ser una especie de último eslabón perdido, además que se convirtió en mi puerta de entrada para la música de Daniel Melero, artista importantísimo dentro de mis influencias. Entonces, ha sido para mí un disco de degustación lenta, que en un comienzo me costó entender y con el tiempo se ha transformado en uno de mis favoritos. Amo el carácter íntimo y de home studio que tiene, el uso de las máquinas de esa época y el discreto aporte de las guitarras, muy distinto del protagonismo que tienen en la música de Soda Stereo o en el debut solista de Cerati». «Estoy casi seguro que conocí prácticamente al unísono “Dynamo” y “Colores Santos” a finales del 92. Y recuerdo cómo esa música nos embriagaba espiritualmente. No había internet, no había prensa especializada, casi se podía entender que había espíritus diseminados en el mundo con una particular y excéntrica sensibilidad», comenta Cristián Arroyo de Canal Magdalena, a quien Daniel Melero les produjo su primer disco, “Telederigido” (1998). En relación a la asociatividad que tendría este disco con parte de la discografía de Cerati, Barría agrega que el álbum «es como una especie de hermano de “Bocanada” (1999), realizado con los mismos métodos (mucho sampling), pero a la vez no generó clásicos indiscutibles, entonces se mantiene en un estatus de culto para conocedores. Y bueno, los propios artistas así lo quisieron en su momento». Alejandro Gómez, voz de Solar y quien abrió el último concierto de Soda Stereo en Chile en 1997, reflexiona sobre el impacto que tuvo en él cuando escuchó “Colores Santos”. «Quedé perplejo. Le había perdido el hilo a Soda Stereo luego de “Canción Animal”, no sabía de este proyecto y me encontré con el casete en la Feria del Disco. Al comienzo, pensé que era un alcance de nombre, ¿Cerati? Luego recordé que esa misma dupla figuraba en “Canción Animal”. Me costó al principio, creo que no lo escuché entero los primeros meses. Tenía algo desconocido, inhóspito. Estaba en onda Pixies y esto era más raro», confiesa. Por su parte, Francisco González, músico multiinstrumentista y amigo de Cerati, analiza lo que le provoca el disco. «Me encantó cuando lo escuché la primera vez. Era arrojado, actual, jugado por la electrónica, muy avanzado. Transita entre una cosa experimental, tiene tracks sin voz, oníricos, tremendas canciones. Hay dos o tres que pueden recordar a Soda, envolventes, enigmáticas, pero el disco se da más licencias que uno de Soda, tiene muchas más capas de sonido. Es increíblemente psicodélico y misterioso», sostiene el ex Lucybell. Arroyo vislumbra al disco hoy como un clásico del rock alternativo. «He llegado a la conclusión que es un enorme disco de rock, que fue concebido y grabado desde el profundo amor que se tenían Cerati y Melero. Y me refiero a un amor mucho más grande que el que se tienen las familias o las parejas. Este era un sentimiento sublime de admiración artística que los hizo potenciarse al máximo». «Es un bello álbum, pero no es fácil. Hay pasajes difíciles que con el tiempo me los banco, pero al comienzo eran descolocadores. Temas como ‘Quatro’ o ‘La cuerda planetaria’ me costaba un poco entenderlos. Me gusta ‘Vuelta por el universo’, ‘Cozumel’, ‘Tu medicina’, y ojo con ‘Alborada’, que creo anticipa la carrera solista de Cerati, como la canción ‘Alma’ de Bocanada, las linkeo; es una veta de Gustavo que fue más de él que de Soda. ‘Pudo ser’ es el anticipo de “Amor Amarillo”, no hay una canción así en Soda, cantando más grave», reflexiona finalmente Gómez. Pudo ser Luego de “Colores Santos”, Cerati y Melero comenzaron a trabajar junto a Soda Stereo en el sucesor de “Canción Animal”. “Dynamo”, considerado un disco casi de shoegaze, con muchas influencias de My Bloody Valentine y Lush, complicó la relación entre sus integrantes, tanto así que el propio Cerati se bajó de la gira del álbum para venirse a Chile a estar junto a su pareja, Cecilia Amenábar. Sin embargo, “Dynamo” también produjo una cierta distancia entre ambos músicos. «Fuimos muy amigos, de compartir muchas cosas. Cuando murió mi padre, él estaba ahí y yo estuve ahí cuando murió el suyo. Todo ese período estuvo marcado por la creación de “Colores Santos”, un disco que hicimos por el placer de hacer música. La relación con Daniel viene de larga data: él fue uno de los integrantes de Soda antes de que el grupo pisara por primera vez un escenario. Fue amigo y crítico de lo que hacíamos y yo de Los Encargados; tuvimos mucha cercanía. Después, no», reflexionaba Cerati en 2003, periodo en que los fantasmas de “Colores Santos” y su relación con Melero eran tabú. «Una de las cosas que más nos separó tuvo que ver con el entorno. En Soda, Daniel era un poco resistido, por sus convicciones artísticas, porque algunos lo consideran un charlatán. Pero, sin embargo, para mí siempre fue un músico groso, nunca tuve ninguna duda. Tal vez, si en ese momento me hubiera separado de Soda y hubiese pasado lo que sucedió mucho tiempo después, sería otra la historia. En ese momento casi que tuve que decidir entre el grupo o Daniel». aseguraba Gustavo, asunto que tendría un vuelco según cuenta el mismo Melero sobre su relación con Cerati. «Podría haber ocurrido otro», confiesa el compositor sobre la idea de haber realizado un nuevo disco juntos como dupla. Pero también reflexiona sobre el distanciamiento que mantuvieron –«algo que tuvo que ver con formas de vida», aclara– y lo que lograron hacer juntos. «Muchas veces somos como un árbol: las ramas se van divergiendo, pero finalmente las hojas de una de las vertientes se vuelven a encontrar con las de la otra rama. Al principio todo parece fácil, porque todo es tronco. Con el tiempo nos fuimos reencontrando más, vimos el documental de “Colores Santos” juntos, hablábamos por teléfono con frecuencia. La última vez, tres días antes del episodio en Venezuela. El arte traspasa a los discos, y para mí, haber estado ahí es un lujo y fue fascinante. No había espectáculo ahí, había una intención artística». Ante esto, Cristián Arroyo tiene una particular visión: «en esa época (1998), algo había detenido esta pulsión creativa en conjunto de ambos artistas. También he pensado harto en eso; si hubiera estado en el lugar de ellos y hubiese tenido que asumir que por la razón que fuera ya no existía más esta arcadia de creatividad, me hubiera dejado mucha tristeza. De seguro ambos tenían muchas más razones para seguir adelante. Finalmente, estos espíritus estaban ávidos de modernidad, por eso el disco suena a un mensaje que viene del futuro». Actualmente, Melero tiene una reflexión metafísica ante su amistad y trabajos con Cerati. «Hablo con él siempre. Las amistades, las familias, lo que está bien entramado en la vida de uno continúa, sigue funcionado. Es el misterio de la vida: se agiganta la presencia en la ausencia». Tags #Gustavo Cerati #Daniel Melero #Cerati-Melero #Colores Santos #Alejandro Gómez #Cristián Arroyo #Javier Barría #Francisco González Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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