Lou Reed Transformer Martes, 08 de Noviembre de 2022 (Publicado originalmente en julio del 2011) 1972. Verve Junto a otros insignes como Bob Dylan, Johnny Cash, Joni Mitchell, Neil Young, Nick Cave y Leonard Cohen, Lou Reed es uno de esos nombres que representa al artista americano que siempre ha mantenido un estatus más de culto entre los seguidores del rock. Desde sus primeras incursiones al frente de la Velvet Underground, el cronista del lado salvaje de New York siempre se ha caracterizado por huir del éxito fácil, manteniendo en su carrera una búsqueda más trascendental, sin renunciar por ello, a los parámetros clásicos de su estilo, como son su característico timbre vocal mitad cantado mitad hablado, sus cuidadas y sobrecogedoras letras, y una fuerza interpretativa fuera de lo común, revelando una potente sensibilidad amiga de iluminar los rincones oscuros, retratando siempre el lado oculto, marginal y sórdido de las relaciones humanas. Por eso siempre ha sido más influyente para poetas, jóvenes escritores o artistas de tendencia "dark" y nihilista que para el gran público. "Transformer" es el segundo trabajo como solista de Reed, tras la disolución de su mítica banda. Producido por David Bowie (que en este período, el de “Hunky Dory” y “Ziggy Stardust”, literalmente la rayaba con Lou Reed), contrasta con la Velvet en lo elegante y cuidado de su terminación, en contrapunto a la crudeza y el experimentalismo arriesgado y minimalista que caracterizó a su banda madre. Esto también demuestra que la admiración de Bowie por Reed era recíproca, pues en "Transformer" Reed adaptó su sonido e incluso su imagen al glam, acercándose al camaleón británico en el concepto estético total. Se trataba del comienzo de una amistad y una historia de cariño mutuo que dura hasta hoy. Para definir en una idea fuerza y unitaria los 11 temas que se dan paseo en poco más de 37 minutos, podríamos decir que en "Transformer", Reed imprimió purpurina, ampulosas cuerdas y bronces a esa marca a fuego que constituye para él ser neoyorquino y retratar la cara agria de la vida en la gran manzana, además de amabilizar en gran medida esos neblinosos -pero adictivos- ambientes tan propios de la Velvet. Se trata de un disco muy prendido, rockero y sólido, pero también fino y elegante, que hermanó a Reed con los artistas del glam británico de la época, tales como Bowie, T Rex y Mott The Hoople. Los dos primeros temas del disco reafirman esta tesis. 'Vicious' es un ataque rockero de tomo y lomo, con una letra sarcástica que abofetea a los adictos al sexo sádico y retorcido. Suena como una mezcla perfecta entre Velvet y Bowie -si me perdonan la majadería-. Se nota la mano de Mick Ronson en las guitarras, en este excelente arranque a todo glam setentero. En 'Andy's Chest' encontramos otro texto memorable, esta vez sin ataques pero con referencias implícitas a los transexuales, todo arriba de una base muy groovy. La influencia de Bowie se mantiene presente, de hecho se escucha su voz en los coros. Un gran momento, con ribetes de inolvidable para algún muchacho que descubre el rock 'n roll, podría presentarse cuando tome este disco y coloque el track 3, para toparse con la avasalladora melancolía de 'Perfect Day': Una balada sentida, nubosa, de una tristeza que sobrecoge, pero con la cualidad de abrigarte como una taza de sopa caliente en una tarde de invierno. Con un desgarrador arreglo para cuerdas, 'Perfect Day' es sin duda uno de los grandes clásicos en la carrera de Reed, y una de sus canciones más versionadas. 'Hangin' Round' es un corte de factura rockera 100% tradicional, con piano y guitarras que remiten a los orígenes, pero con una base rítmica y una producción que le imprimen elegancia al resultado final. Le prosigue 'Walk On The Wild Side', el otro gran clásico de este disco, que presenta en su texto cuatro historias que comparten como denominador común la marginalidad, arriba de una melodía pegajosa, con presencia de elementos jazzeros como un contrabajo en primer plano y una batería tocada con plumillas. Al llegar a 'Make Up' nos topamos con un excelente tema, más introspectivo, con buenos acordes de guitarra y un interesante arreglo para tuba, que refina el acabado. A la altura de las mejores de este disco, debe ser uno de los grandes temas, quizás subvalorados, en la carrera de Lou Reed. Las cosas se mantienen subiendo y extasiando cuando aparece la ganchera 'Satellite Of Love': El que fue el hit de este trabajo incluye nuevamente las voces de David Bowie -en los coros y un finalazo-. Este tema ya había aparecido, en una versión más cruda, en el disco de la Velvet Underground "Loaded", de 1970, pero es esta versión la que adquirió los ribetes de definitiva y clásica, pese a que Reed ha vuelto a presentarla en trabajos posteriores. 'Wagon Wheel' es otra muestra del rock según Reed, con un correcto e interesante trabajo en la percusión. Aún así, tras tanto tema sobresaliente, es eclipsado, algo menor al promedio de este álbum. A Lou Reed siempre se le reconoce su aura oscura y quizás depresiva, a la cual también suele insuflar dosis de macabro humor negro. Un ejemplo es 'New York Telephone Conversation', que pese a durar poco más de 1 minuto y medio, llama poderosamente la atención por el contraste brutal entre la melodía infantil y juguetona con ese texto que premoniza la concreción de un suicidio por amor. Un corte bipolar que pasma con su genial sorpresa. En 'I'm So Free' comienzan a respirarse los aires de despedida, y este corte es muy similar en sus características a Hangin' Round, bien rockero pero a la vez elegante y cuidado, el solo de guitarra no puede ser más propio del fallecido Mick Ronson. En el cierre ‘Goodnight Ladies’, el saludo de Reed a las prostitutas de NYC toma forma en un vodevil trasnochado, dotado de una elegante decadencia, dejando sensaciones etílicas y aletargadas en el aire, mientras se desvanece el sonido del último acorde. Fue el fin para una experiencia redonda, que Lou Reed repetiría un año más tarde al entregar el más denso, triste e introspectivo “Berlin”, y ya posicionarse con todo en un lugar de privilegio de la gran canción americana. Pedro Ogrodnik C. Tags #Lou Reed # David Bowie # Bowie # Mick Ronson #Transformer #Klaus Voorman Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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