Ryuichi Sakamoto

12

Miércoles, 01 de Febrero de 2023

2023. Milan Records

En el primer artículo de una serie de ensayos titulados “¿Cuántas veces más veré la luna llena?”, Sakamoto, quien padece un cáncer grado 4, señala que tiene la intención de discutir la última parte de su carrera musical y explorar sus puntos de vista sobre la vida y la muerte. “Ya que he llegado tan lejos en la vida, espero poder hacer música hasta mi último momento, como Bach y Debussy”, dijo el fundamental artista japonés. Su obra, gigantesca y variada, que comenzó a dar sus importantes frutos desde fines de la década 70, hace pensar que la conocida reflexión de su compatriota, el pintor y grabador Hokusai, se aplica a su obra musical:

“He adorado la pintura desde que tuve conciencia de ella a la edad de seis años. Cuando tenía cincuenta años, hice algunos dibujos que me parecieron bastante buenos, pero, en realidad, nada de lo que hice antes de los setenta años tenía el menor valor. A los setenta y tres, he captado por fin todos los aspectos de la naturaleza: aves, peces, animales, insectos, árboles, hierbas, todo. Cuando tenga ochenta años, me habré desarrollado aún más y a los noventa dominaré de verdad los secretos del arte. Cuando llegue a los cien, mi obra será de verdad sublime y alcanzaré mi objetivo final hacia la edad de ciento diez años, cuando todas las líneas y puntos que trace rezumarán vida”.

Pese al contexto de enfermedad en que fue escrito, “12” rezuma y expresa vida en su más de una hora de duración y es el reflejo de un artista que ha logrado, como pocos, manejar las distintas facetas de su arte de una manera prodigiosa: el piano acústico con una sensibilidad abrumadora, la electrónica, al igual que Hokuisa, con una maestría de colores y matices que no solo manifiestan la profundidad del existir de manera abstracta, sino que también las mareas, el viento, el amanecer de la ciudad, el atardecer en el bosque y las fases de la luna, que tanto dicen al músico. La realidad que nos rodea convertida en sonidos.

El sucesor de “async” de 2017, como lo indica su título, incluye doce nuevas composiciones del compositor e instrumentista japonés y fue grabado en su ciudad natal, Tokio. Sus títulos, que parecen unas especies de códigos, simplemente remiten a su fecha de grabación respectiva y está pensado como un diario que registra este período de la vida de Sakamoto. “Finalmente llegué a mi nueva vivienda temporal después de una gran operación y me encontré alcanzando el sintetizador. No tenía intención de componer algo; solo quería que me bañaran en sonido”, indicó Sakamoto con la hondura que lo caracteriza.

“12” es un disco de gran belleza y una reflexión sobre el misterio de la vida, construido con piano, electrónicos y sonidos orgánicos, que van conformando un discurso musical que tiene la cualidad de rozar la realidad con delicadeza, sin invadirla ni forzarla. En general, son paisajes sonoros melancólicos y contemplativos, que muestran a un Sakamoto en la madurez de su ciclo vital y en pleno manejo de su arte. Las piezas son minimalistas en sus melodías y profundas en su sonoridad, armadas a través de expansivos mantos de sonido y sensibles secciones de piano, en las que se siente al artista moviéndose, respirando, marcando su ineludible presencia.

De pronto, la nostalgia es matizada con composiciones más densas y dramáticas o con piezas de extática esperanza, que completan un álbum emotivo, refinado, que señala la perplejidad y la intensidad del estar vivo, de crear arte, sonidos, sentimientos y pensamientos. “12” es un cruce entre música contemporánea, electrónica y formas clásicas -por ejemplo, barroca-, con un Sakamoto que, nada menos, expresa con música la cercanía de la muerte, de su muerte.

Héctor Aravena A.