MediaBanda: "Fieles a nuestros ideales y a nuestros muertos"

A principios de los 80, un grupo de jóvenes músicos, inquietos, irreverentes, creativos y en plena dictadura, comenzaron a tocar juntos, primero en ½ Banda y luego en Fulano, una agrupación que se transformó en un icono ineludible de la música contestataria y de fusión de nuestro país. Pasaron los años, llegaron discos fundamentales del canon musical chileno como “Fulano” (1987), el doble “En el Bunker” (1989), “El infierno de los payasos” (1993) y “Trabajos inútiles” (1997), hasta que la temprana e inesperada muerte de su fundador y tecladista Jaime Vivanco remecieron las bases de la banda y de la música nacional. 

 

Al inciar la década de los 2000, el saxofonista y compositor Cristián Crisosto reformó MediaBanda -ahora con la palabra en reemplazo de la fracción- y comenzó una nueva aventura musical que se ha desarrollado con numerosos cambios de formación en cinco discos: “Entre la inseguridad y el ego” de 2004, “Dinero y terminación nerviosa” de 2007, “Siendo perro” de 2010, “Bombas en el aire” de 2017 y “Maquinarias” de este año, un tributo a Jaime Vivanco en el que recrean algunas de las composiciones más emblemáticas de Fulano.  

 

De manera paralela, varias formaciones de este último conjunto se fueron reformando, siempre con Crisosto y el bajista Jorge Campos como sus referentes. Sin embargo, en 2015, tras la edición del último disco de Fulano, sintomáticamente titulado “Animal en extinción”, la banda se disolvió de manera definitiva. Con “Maquinarias”, de algún modo, el círculo se cierra, con un regreso a una obra y a un músico como Jaime Vivanco que, paradójicamente, nunca han dejado de estar presentes tanto por su música como por su discurso. 

 

El álbum será lanzado en vivo el próximo miércoles 13 de octubre a las 19 horas en el teatro Nescafé de las Artes, como parte del ciclo Cultura Re-activa de Stgo Fusión, que también incluye a Newen Afrobeat, Akinetón Retard y Cómo Asesinar a Felipes. Para saber en profundidad de este nuevo disco, de la historia tanto de Fulano como de MediaBanda, conversamos con Cristián Crisosto, quien con sus siempre asertivas opiniones y reflexiones, nos entrega luces de este viejo-nuevo repertorio actualizado en “Maquinarias”.

 

-Hola Cristián, muchas gracias por la entrevista. ¿Cómo fue el proceso de transformar, traslapar y modernizar las composiciones de Fulano al nuevo formato propuesto por MediaBanda en este nuevo disco “Maquinarias”? Me imagino hubo un esfuerzo consciente por sonar distintos, agregándole la sonoridad específica del grupo actual, pero respetando el legado de las canciones de la banda original. ¿Cómo surgió la idea de hacer este disco y qué reflexión pueden hacer sobre estas versiones y sobre el proceso creativo, de grabación y producción?

 

-La idea partió del grupo, no de mí. En MediaBanda nunca hemos hecho esfuerzos conscientes. Siempre nos dejamos llevar por la intuición y la espontaneidad, tanto en la composición, como en la improvisación. La música que hacemos es natural y sin rodeos. Tratamos de ser la acción y no el pensamiento sobre la acción. El solo contar con una guitarra eléctrica tocada por Aurelio Silva, marca una diferencia importante, tanto en la sonoridad como en el concepto. También tenemos a mi amigo de décadas y a quién conozco hace varias vidas, Rafael Chaparro, quien toca los saxos soprano, tenor y barítono y que ahora agregó a su arsenal una flauta traversa en sol; a Rodrigo Aguirre en flauta traversa, saxo tenor y prontamente en clarinete, si es que logro convencerlo de tocar ese instrumento, que es un apostolado.

 

Esto ya hace la diferencia en el tratamiento timbrístico, los arreglos, la sonoridad. La voz de Florencia, el concepto de bajo de Felipe, los antibreaks de Hirth y su ludicidad, hacen que el resultado sea distinto a los temas originales. Además, fueron importantes los aportes de los invitados en distintos temas: Consuelo Schuster, Pablo y Felipe Ilabaca, Daniel Muñoz, Sebastián Jordán y Marcelo Maldonado. Lo anterior significa que el respeto hacia FULANO, de todos los MB, puso ese nervio necesario para que se den grandes cosas, como creo que se dieron. Igualmente, la presión del resultado nos motivó a hacer lo mejor de cada uno. Y básicamente fue un trabajo de taller, con los temas obligados acompañados de cambios de estructura y coloratura, de espacios. Y la sonoridad específica de MB es no tener una sonoridad específica. Las grabaciones se hicieron en CHT, el estudio de Christian Hirth, compositor y baterista de la banda. Grabamos donde ensayamos, por lo tanto nos sentimos en casa. 

 

-“Maquinarias” está dedicado a Jaime Vivanco y, de hecho, la mayoría de las composiciones del álbum son de su autoría. Con el pasar de los años, ¿cómo ves que han madurado, evolucionado y crecido las piezas de Vivanco y cuál es la actitud que tuvieron al grabarlas ahora? Me parece que hay una mezcla de respeto, pero al mismo tiempo, irreverencia. 

 

-La irreverencia siempre formó parte del imaginario de FULANO y también de MediaBanda. Jaime era un irreverente, sabio del absurdo y la ironía, el humor de los inteligentes. Era muy culto, lo que ampliaba el repertorio de su humor ácido y visceral, en F y MB siempre estábamos riéndonos de todo, lo que nos proteje del cotidiano asfixiante y rígido de una sociedad como la que nos toca vivir. Es de esperar que los últimos acontecimientos en la política de este bello país gobernado por necios dé frutos de libertad y diversidad en todos los ámbitos. Modestia aparte, Víctor Jara, el padre de los músicos chilenos, dijo que “canto que fue valiente siempre será canción nueva” y en F y MB tenemos la valentía de hacer música sin filtro, sin concesiones ni objetivos de economía masiva, no nos vendemos, somos fieles a nuestros ideales y a nuestros muertos, por lo tanto las temáticas textuales siguen vigentes mientras no se resuelvan, mientras existan deudas de la sociedad chilena, tan permisiva con los ricos y tan severa con los más desprotegidos. Las piezas de Vivanco ya son clásicos para la inmensa minoría de gente que busca una música inteligente, comprometida y audaz.

 

-Estuviste presente en las grabaciones de ambas versiones de los temas. ¿cuáles crees que son las diferencias fundamentales de las dos interpretaciones, sobre todo, teniendo en cuenta que, en la mayoría de los casos, hay más de 30 años de diferencia entre las originales y estas nuevas?

 

-La principal diferencia es la tecnología y la suerte de contar con un estudio del que nos sentimos habitantes, gracias a CHT, a Hirth, que nos acoge para los ensayos. Pero lo importante, más que ver diferencias, es que el espíritu de FULANO y MB es de la misma tribu, tienen el mismo tótem. Las letras y sonoridades se mantienen impolutas por el paso del tiempo, lo que se nota en la grabación. Lo diferente es la época en que se graba, en una el enemigo estaba claro, ahora estamos en los ECOCIDIOS, para mantener riquezas indecentes, políticos y unas fuerzas armadas con sangre en sus manos, entre otras cosas. Las iglesias no pagan impuestos. ¿Será que vibrar con lo que está pasando y retratarlo, para ver el patrón que se repite y exponerlo, mantiene a los temas vigentes, a los sonidos vibrando? No lo sé, pero el público sigue siendo de entre 15 y 75 años.

 

-¿Cómo sientes o crees que las canciones de Fulano siguen diciendo tanto al actual momento político, social y cultural que vive el país? La primera etapa de Fulano está enlazada irremediablemente con el fin de la dictadura y su contenido político siempre fue muy fuerte. ¿Qué reflexión puedes hacer con respecto a esto, de cómo los temas siguen teniendo una abrumadora actualidad?

 

-Si tienes una herida infectada, no sanará hasta que se haga una limpieza y curación profunda. Eso no se ha hecho en esta nación y mientras no se haga, las carencias, preocupaciones y necesidades de nuestra gente mantendrán vigentes los gritos de alarma del cuerpo del país. “Creemos ser país y la verdad es que somos apenas paisaje”, citando a Nicanor Parra. A mi entender, un artista debiera crear con los ojos abiertos a la realidad nacional, mundial e involucrarse con las luchas y esperanzas que le expone su vida en la sociedad que le toca, no esconderse detrás del arte facilista o decorativo.

 

“Mejor morir tratando, que conformarse con lo que te imponen” 

 

 

-Hablemos un poco de la obra anterior de MediaBanda. Los dos primeros discos tienen piezas de extensas y complejas estructuras, pero, al parecer, en los dos últimos álbumes, han optado por composiciones más compactas tanto en lo musical como en lo lírico. ¿Cómo ves que la música de MediaBanda ha ido evolucionando o cambiando desde el debut “Entre la inseguridad y el ego” de 2004 y “Bombas en el aire” de 2017?

 

-Como te decía, la banda se deja llevar por el instinto y además muta cada cierto tiempo, sus integrantes cambian, lo que hace que la sonoridad también: “eres con quién tocas”. El primer cedé “Entre la inseguridad y el Ego” fue escrito prácticamente entero por mí, solo tengo ½ tema, “eMpTyVi” con Rafa Chaparro. Me demoré tres años, miles de horas poniendo pelotitas sobre líneas y espacios. Esto, debido a que no sabía qué músicos formarían la banda. Si no le puse “Crisosto y los otros” o “Crisosto y Grupo” (jaja) es porque me gusta la idea de BANDA, donde todos participen del resultado final. Te pasas de menso si el bajista te propone una línea de bajo mejor que la tuya y no lo dejas hacerla en el tema. Que exista igualdad y respeto, empatía. El arte, a mi entender, es para disolver el ego, no para aumentarlo. Por lo tanto, de a poco, se fue dando el trabajo de taller. Lo único que tenía claro al empezar esta aventura musical era que quería trabajar con músicos jóvenes y creativos, para que tengan un espacio e instrumentación diversa y plasmen sus ideas y sonoridades. Por eso que de a poco fue tomando forma la creación in situ, arreglos y decapitaciones. Ahora sé para quién compongo y sé que mis composiciones serán mejoradas cuando sea necesario por músicos que admiro. Curiosamente he vuelto a componer algunas cosas feas y difíciles, que ya podrán escuchar en un futuro cercano.

 

-Ya que este disco es, se quiera o no, un ejercicio de nostalgia… de hecho, para quienes lo escuchamos los recuerdos de esos años son imposibles de evitar. ¿Qué nos puedes contar de la primera época de Fulano, cuando grabaron discos tan relevantes como “Fulano” y “En el Bunker”? ¿Cómo fue ese tiempo tanto en lo personal como en lo colectivo o grupal? ¿Había conciencia de que estaban haciendo un trabajo revolucionario?

 

-Hacer música en tiempos de guerra es una labor peligrosa, sobretodo si estás tras las líneas enemigasy te ríes de “Adolfo, Benito Augusto y Toribio”. No tienes tiempo de pensar, de proyectarte más allá del día a día, menos preguntarte si estás haciendo algo significativo. La necesidad es la expresión, sacarte ese dolor que te acompaña todo el día, escuchar esa letra que te resuena y que no puedes detener, oir ese acorde que refleja tu sentimiento, como un grito de amor en un campo de concentración nazi, en colonia dignidad. Como decía el Lucho Le-Bert del Stgo del Nvo. Extremo, “Todos tenemos una foto pegada en alguna pared de la CNI”. Hacer esos discos fue una necesidad, no una opción.

 

-En “Maquinarias” también hay temas del disco “Trabajos inútiles”, álbum que llegó en 1997, muchos años después de la primera época y ya a varios años de la llegada de la democracia. Me imagino fue un disco muy distinto en todo sentido, con el primer cambio de un integrante: la entrada de Raúl Aliaga por el fundador Willy Valenzuela. ¿Qué recuerdos tienes de aquel disco en relación a su creación, grabación y su historia?

 

-Creo que ese disco es de los que están mejor logrados. Me gusta mucho y tiene un tema de Jaime que siento importante: “Krikalev”. La letra, la relación entre la soledad y el desamparo de un astronauta que subió soviético y bajó ruso, a merced del aparato gubernamental, de la mala suerte, del arréglate como podai. Y hacernos sentir la relación con nuestra cápsula, nuestro espacio reducido, nuestro “big brother” el sistema. Es una obra maestra y el aporte de Raúl Aliaga fue fundamental, en lo percusivo, en la estabilidad que nos dio. Willy cambiaba todo el rato en vivo, podías quedarte esperando un break, o escuchar un claxon de bicicleta en lugar de un platillazo. Algo que es muy creativo y exigente en relación al nivel de fiato que se necesita para mantenerse impertérrito mientras todo cambia en el momento. Fue muy bueno mientras duró y por razones extramusicales terminó y vino Raúl a cambiar el esquema. A mi entender nos dio estructura y seguridad. “Trabajos Inútiles” es mi disco favorito y nuestro primer trabajo independiente. 

 

-MediaBanda, de hecho, es un conjunto que, si no me equivoco, fundaste con Vivanco antes de formar Fulano. Cuéntanos cómo es esa historia. De alguna forma, con “Maquinarias”, parece al fin cerrarse un círculo, que partió con MediaBanda, siguió con Fulano, volvió a MediaBanda y, otra vez, regresa a Fulano con este nuevo trabajo.  

 

-Antes de la peluca y la casaca… Entré a estudiar pedagogía en música, en la Chile. También estudiaba Jaime Vivanco y Jaime (Chino) Vásquez (saxofonista original de Fulano). Con Vivanco fuimos a tocar con un gran, gran amigo, de toda la vida ahora, Pato Zúñiga. Cuando yo quería ser Ian Anderson, Pato me hizo sacar unas escalas que no conocía, me di cuenta que no sólo habían mayores y menores. En el primer cedé de MB le declaro mi admiración en los créditos. Grabamos algunos temas que aún conservo, al igual que unas treinta personas. Él nombró a la agrupación, ½ Banda, con fracción. Fue mi base de experimentación y desarrollo creativo. Aprendí a improvisar, a componer, vacilando durante horas sin querer estructurar nada. Lo que luego hicimos durante un año con FULANO, fue dejarnos llevar por las musas y las cariátides, hasta que en un momento sin saber cómo, teníamos un repertorio. Años después, el 2000, de ½ Banda pasó a MediaBanda como un tributo a la actitud. El 2003 también sería un recuerdo de Vivanco por ser la banda que nos unió para toda la vida. Y la banda no la fundamos, fue Pato Zúñiga el responsable de aquello. Y claro, hay capicúa en el dominó. Empieza ½ Banda y termina MediaBanda. Aunque no tengo contemplado terminar nada. Al contrario, quiero comenzar cosas, la música es hasta el final, uno no se retira de músico, simplemete llegas a la doble barra y tán tán. El arte es la vida y viceversa, vives lo que haces.

 

-Volviendo al tema de la pregunta sobre la actualidad de la música de Fulano de más arriba. Vemos como ideologías fascistas e ignorantes y discursos de extrema derecha ganan terreno, no solo en Chile, sino que también en otras partes del mundo ¿Cómo creen que el discurso de Fulano, revivido en “Maquinarias”, habla de estos fenómenos tan peligrosos? Parecía que después de los horrores de la dictadura esto era imposible, pero lamentablemente no es así y el racismo, el clasismo y la intolerancia, al menos en ciertos sectores, sigue estando muy presente.

 

-Todas las anteriores viven del temor, del control, de la ignorancia, de la información sesgada, de la religión. Mientras eso se mantenga, el discurso utópico seguirá vigente. Es mejor morir tratando, que conformarse con lo que te imponen. Creo que la palabra es atreverse, a ser, a confiar, a dar. El discurso es con palabras, pero la idea que lo rodea, la fuente, lo que se busca, es la libertad.

 

-Finalmente, concentrémonos en el lanzamiento del nuevo disco que harán en el ciclo Cultura Reactiva de Santiago Fusión. ¿Qué nos puedes adelantar del show del próximo 13 de octubre en el teatro Nescafé de las Artes?  

 

-Tocaremos temas de Fulano y MediaBanda. Y al piano vuelve Jaime Ramos, tocó en la MB 2.0, grabó en “Dinero y terminación Nerviosa”. Además, hemos ensayado de lo lindo, es excelente volver a juntarnos, se siente una excitación por la vuelta a tocar por fin.

 

Héctor Aravena A.