Benoît Pioulard: el regalo de estar aquí Entrevista con el músico estadounidense a días de su debut en Chile Lunes, 26 de Agosto de 2024 Thomas Meluch, alias Benoît Pioulard, es un artista experimental nacido en Michigan, Estados Unidos, en 1984. Tanto por su parsimonia y textura, su música evoca sonidos de la naturaleza, que oscilan entre el ambient, el folk y el shoegaze. Ha sido reseñado desde un principio de su carrera por revistas especializadas, recibiendo críticas positivas, por ejemplo, por el álbum “Précis” (2006), su debut en el histórico sello independiente Kranky. Con una gran sensibilidad, que se puede apreciar en discos de ambient puro y otros de un pop ensoñador, Pioulard ostenta una obra importante con discos solistas y colaborativos como “Temper” (2008), “Lasted” (2010), “Hymnal” (2013), “Sonnet” (2015), “The Benoit Pioulard Listening Matter” (2016), “Stanza I-III” (2016), “Lignin Poise” (2017), “Sylva” (2019), “Voicemail” (2021), “Konec” (2022), “Eidetic” (2023) y “Sunder” (2024), entre varios otros. Recientemente reactivó su proyecto Orcas, dúo junto Anton Irisarri, con el álbum “How to Color a Thousand Mistakes” (2024), el que también incluye la participación de Simon Scott, baterista de Slowdive. La colaboración es una forma de trabajar recurrente en los 20 años de trayectoria de Pioulard. “Creo que hay tantas almas bondadosas y afines que hacen un trabajo tan bueno, que podría colaborar fácilmente con una persona o un grupo nuevo cada semana”, comenta. Este miércoles 28 de agosto, el músico se presenta por primera vez -y de forma exclusiva- en nuestro país en Teatro San Ginés de Santiago, junto a los proyectos nacionales Esqueleto e Icalma. El repertorio, según nos adelanta, incluirá canciones de los últimos diez o doce años, además de secciones ambientales improvisadas. Conversamos con el creador para saber más de su trabajo y su percepción del arte y la vida. -Hola Benoît, muchas gracias por la entrevista. La música y portadas que elaboras para tus discos hacen referencia a la actividad de la naturaleza, ¿qué sentimientos tienes con ese tipo de atmósfera? -Cuando era niño estaba rodeado de naturaleza y siempre me han fascinado las infinitas formas y texturas de la vida vegetal y otras características del bosque; también siento una fuerte atracción estética por las películas analógicas, por lo que la combinación de imágenes de la naturaleza y la saturación y el granulado de las fotografías Polaroid, encaja perfectamente con la sensación que obtengo de mis grabaciones. -Luego de diez años, vuelves a trabajar con Rafael Irisarri para lanzar “How to Color a Thousand Mistakes” (2024) bajo el nombre de Orcas, ¿qué se siente volver a colaborar con un “viejo” compañero? -Raf es como un miembro de mi familia, como un hermano mayor. Además, sabe mucho más sobre producción profesional y técnicas de grabación, así que es un buen mentor. Es increíble tener una relación de trabajo que puede convertirse tan fácilmente en una conversación profunda y una amistad tan sólida después de quince años. La dinámica es muy cómoda y él tiene el talento para empujar mis límites en cuanto a probar cosas nuevas, escribir con métodos novedosos y ese tipo de cosas; he aprendido mucho de él durante el tiempo que nos conocemos. -Aquel nuevo material incluye la participación de Simon Scott, baterista de Slowdive, ¿qué significó para ti trabajar junto a él? -Fue un absoluto honor. Llevo escuchando a Slowdive desde que descubrí el álbum “Souvlaki” cuando tenía 13 o 14 años. Los considero una gran influencia en mi sentido del espacio y el tono de la música que hago. También me encanta la naturaleza experimental de su trabajo en solitario, aparte de todo eso, es una persona muy amable y encantadora. Su forma de tocar la batería en el último disco de Orcas es mejor de lo que podría haber esperado en un principio y estoy muy agradecido por su trabajo. -También lanzaron como sencillo “Under the Milky Way”, original del grupo australiano The Church ¿Cuál fue la intención al elegir esa canción? -Es un tema que nos encanta a Raf y a mí. Personalmente, tenía una cinta con esa canción y estuvo en mi auto durante toda la secundaria, así que probablemente la escuché miles de veces. Incluso sin esos recuerdos, es una composición hermosa y evocadora, que habla de muchos de los puntos de referencia de los años 80 y 90 que utilizamos al escribir nuestras propias canciones para el nuevo disco. Otros incluyen a Tears for Fears o Talk Talk. Pienso que es una especie de pop gentil pero complejo. Aprecio mutuo -Promueves asesorías artísticas para proyectos de músicos emergentes, ¿cómo se genera la idea de contribuir a otros? -Antes me encargaba de la prensa y la promoción del sello Ghostly International, lo que incluía escribir mucho sobre sus artistas. Ahora hago ese tipo de cosas, además de fotografiar portadas de discos, como artista independiente, porque me encanta escribir sobre música y crear relatos para los álbumes de otros, de forma que puedan añadir alguna dimensión. Parece que tengo cierto grado de sinestesia con la música ambiental en particular, así que puede ser un proceso muy interesante. -¿Qué te motiva a trabajar constantemente con diferentes sellos y artistas? -Principalmente, me siento muy afortunado de haber ampliado mi círculo de conocidos y colegas a lo largo de los años. Desde luego, estar con Kranky desde tan temprano, me dio una especie de automática credibilidad y me abrió muchas puertas en un momento importante de mi vida. Desde entonces, he intentado permanecer receptivo a nuevos proyectos y enfoques, mantenerme ocupado haciendo cosas mientras estoy vivo y puedo hacerlo: es realmente un regalo estar aquí. -El proceso colaborativo parece ser intrínseco en ti, ¿por qué piensas que es importante colaborar? -Ciertamente, me encanta trabajar en solitario, pero eso sólo puede llevarte hasta cierto punto, ¿sabes? Creo que hay tantas almas bondadosas y afines que hacen un trabajo tan bueno, que podría colaborar fácilmente con una persona o un grupo nuevo cada semana. Todo mi trabajo con otras personas siempre ha empezado por el aprecio mutuo, así que es fácil llegar a una visión compartida cuando se aborda desde esa perspectiva. -Eres músico, fotógrafo y escritor, ¿te describirías como un artista integral? -Todas esas cosas confluyen en el proyecto principal de música. Aunque, hablando de literatura, ya no escribo tantas canciones con letra. Por ejemplo, “Eidetic” de 2023 me llevó unos cuatro años, mientras que mis primeros álbumes vocales me tomaron un año cada uno. Sigo sintiendo pasión por la poesía y la escritura. Cada actividad tiene su propio tiempo y utiliza una parte diferente de mi mente, pero amo cada forma de expresión por igual y por razones diferentes. -¿Ves un símil entre la fotografía análoga y tu música? -Es muy parecido a lo que decía de las portadas de los discos: me atraen mucho los bordes suaves de la fotografía cinematográfica, en la que hay un ligero “velo” entre el momento capturado y la realidad. Es similar a lo que me gusta de los casetes y los carretes de cinta, que el propio formato se convierte en parte de la experiencia, porque algo físico interrumpe las ondas sonoras y las convierte en un tipo particular de vivencia. -¿Qué otra habilidad artística te gustaría desarrollar? -Me gustaría tener un piano de verdad. Recibí clases durante diez años en la escuela primaria, pero llevo casi toda mi vida viviendo en departamentos, así que es difícil tener acceso regular a uno bueno. En cuanto a nuevas habilidades, me encantaría tener un lugar para hacer pinturas abstractas como una forma diferente de liberación. Estoy envidioso y siempre impresionado por la capacidad de mi esposa para dominar al instante nuevas habilidades, como la cerámica, tejido, jardinería, etc.; ¡ella es una genia! -¿Qué discos te inspiraron a experimentar con máquinas de cintas y loops? ¿Cuáles son tus influencias? -Escuché toda mi música en casetes hasta que tuve mi primer reproductor de cedé a los 10 años, así que el formato es muy importante para mí. También solía grabar mis canciones favoritas de la radio y utilizar el pequeño micrófono de mi radiocasete para hacer grabaciones de campo en el bosque de mi ciudad, antes de que tuviera un nombre para ese proceso. Recuerdo que leí que Guided by Voices grababan en cuatro pistas y, aunque no los escucho mucho, me interesaba mucho el estilo DIY y lo directo que eran, algo que se intensificó cuando descubrí K Records y otros trabajos underground lo-fi de mediados de los 90. -Visitas por primera vez la región y nuestro país, ¿qué pueden esperar tus fanáticos de tu debut? -El repertorio que he estado ensayando incluye canciones de los últimos 10-12 años, además de un montón de nuevas secciones instrumentales y ambientales, algunas de las cuales serán improvisadas sobre la marcha. Tengo muchas ganas de tocar en Sudamérica por primera vez, ¡es un honor! Entrevista: José Tomás Pozo N. Edición: Héctor Aravena A. Tags #Benoît Pioulard #Thomas Meluch Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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