Stephen O'Malley: una caverna de sonido El poder ritual de la electricidad Viernes, 17 de Mayo de 2019 Jueves 16 de mayo de 2019, Cine Arte Normandie El músico estadounidense Stephen O’Malley, es uno de los creadores sonoros más interesantes y activos de la actual escena experimental, no solo en su rol más conocido como uno de los líderes de Sunn O))), sino que también por su trabajo solista y sus numerosos proyectos paralelos. Junto a otros como Oren Ambarchi, Tim Hecker o Kevin Drumm, ha sido, desde fines de los 90, parte de una generación que ha seguido los pasos de grandes exploradores preteritos como Richard Pinhas, Keiji Haino, Merzbow o, sin ir tan lejos, Jim O’Rourke, todos artistas que se mueven, más menos, en una misma órbita y frecuencia. Con estos antecedentes a la vista, el debut del guitarrista en Chile no fue una hecho menor, pues se pudo apreciar a un creador que está construyendo su renovado andamiaje estético en estos momentos. No se trató de ver a un músico que viene a mostrar sus glorias de antaño, sino que a uno totalmente actual, insertado en el presente y con una propuesta que, aunque bebe del pasado de estilos como el metal, el rock experimental y la vanguardia histórica, se despliega hacia el futuro de manera auténtica y original. Y eso fue, justamente, lo que exhibió en la hora y un poco más de improvisación que duró su implacable descarga sonora. Todo comenzó cerca de las 20 horas, cuando se abrieron las puertas de recinto y quienes iban llegando, eran recibidos con tapones para los oídos, que hacían augurar la potencia sin fin del concierto que se acercaba. La jornada musical abrió con Retribution Body, proyecto solista de Matthew Azevedo, quien mostró una electrónica ambient rugosa y densa, en contraste con la propuesta más abierta y luminosa de su sucesor en el escenario, el músico nacional Cacciuttolo, quien, entre otras actividades, ha trabajado con Carlos Reinoso de Aye Aye y Mostro. El correlato visual para ambos artistas estuvo a cargo de Trimex, quien proyectaba desde imágenes geométricas y abstractas, hasta otras de un bosque remitiendo a la realidad, creando un ambiente tétrico e hipnótico. Pasado unos minutos y en una casi absoluta oscuridad, la figura apenas visible de Stephen O’Malley apareció en el escenario y a los pocos segundos, inició su extrema performance sonora en la guitarra. Un drone estático y de gran volumen se fue apoderando del pequeño recinto. Una base monótona generada a través de la distorsión, era la superficie para que el artista fuera pintando verdaderos zarpazos de sonidos, que iban desde lo crudo y visceral, a lo tenebroso y apocalíptico. A través de pequeñas variaciones, O’Malley tejía un tupido enjambre sonoro que se desarrollaba lentamente de un estadio anterior hacia una nuevo, en una continua sucesión de sonidos moribundos y desesperados. El sonido que convertía la sala en una verdadera cueva creada por ondas invisibles para la vista, era complementado con imágenes apenas perceptibles atrás del humo y los amplificadores que llenaban todo el espacio horizontal del escenario. En este contexto, O’Malley jugaba como un verdadero mago negro con las intensidades, los volúmenes y las dimensiones del ruido puro, reflejo inevitable de la electricidad convertida en una música que penetraba en el cuerpo, que se hacía carne en los asistentes. En la clásica alegoría de la caverna de Platón, los hombres solo perciben sombras, meros remedos de la realidad, hasta que uno de ellos, logra escapar y ver el sol. Sin embargo, cuando regresa, no es capaz de expresar la verdad a sus congéneres. Es el misterio contrastante del mundo sensible y el mundo ideal, del concepto, de lo inteligible. Así O’Malley sumido en las tinieblas, por un poco más de una hora, hizo sentir a los asistentes la naturaleza del sonido, de aquella energía que está en el universo y que se puede convertir en un ruido insoslayable, en una caverna sonora que hizo olvidar la temporalidad, la contingencia y el yo. Al finalizar, como un monje medieval, O’Malley simplemente juntó sus manos en un gesto de oración y agradecimiento, acrecentando la sensación de que lo de él es una liturgia, un ritual, una expresión del poder. Mira nuestra galería fotográfica, en el siguiente enlace. Héctor Aravena A. Fotos: Peter Haupt H. Tags #Stephen O'Malley, Sunn O))) Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. Ultimos Contenidos Vanguardia Noticias Autechre comparte 12 registros en vivo grabados entre 2023 y 2024 Sábado, 09 de Noviembre de 2024 Vanguardia Clásicos Led Zeppelin Viernes, 08 de Noviembre de 2024 Vanguardia Discos Godspeed You! 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