Mon Laferte 1940 Carmen Viernes, 29 de Octubre de 2021 2021. Universal Music Group México La portada, una selfie tomada en un departamento de Los Angeles. El nombre del disco, la numeración del departamento. “1940 Carmen” es un álbum que mira hacia dentro en cada rincón, pulso y dimensión. Compuesto, grabado y producido casi en su totalidad por Mon, el disco fue el mejor remedio para enfrentar la ansiedad que le produjo el tratamiento para quedar embarazada. Fueron semanas de estrés, pero también de mucha ilusión y amor junto a su compañero en el departamento rentado por Airbnb, mientras los acordes de las canciones ingresaban en las interfaces artesanales de su computador. La filosofía del “do it yourself”, en estado puro. No deja de ser curioso que hace solo seis meses Mon Laferte presentara “Seis”, un disco con pretensiones artísticas altísimas, que sigue la senda de “Norma”, pero trasladando la mirada desde el Caribe a México. ¿Pretensiones artísticas altísimas? Claro. En el primero abundan las colaboraciones, arreglos de vientos, instrumentos folclóricos mezclados con eléctricos y arreglos dramáticos que erizan los pelos en cada estribillo. Es Mon en una de sus más genuinas expresiones de dramatismo y pasión, para cantar al amor, la política y al patriarcado. Pero cuando presentó ‘Algo es mejor’, primer sencillo de su nuevo álbum, sus seguidores y la crítica notaron, rápidamente, que algo en ella había cambiado. Un sonido más simple, íntimo y con rasgos naif, que recordaban el dulzor de Belle & Sebastian y de Julieta Venegas de la era “Sí”. El video que acompaña la canción refuerza esta idea. En términos estrictamente musicales, “1940 Carmen” recoge una de las recetas más características de Mon: la canción tradicional de los años 60. Los primeros acordes de ‘Placer Hollywood’ recuerdan el formato clásico del primer pop, escuela propia del Brill Building y las Nuevas Olas latinoamericanas. Algo de eso ya nos había presentado en piezas como ‘Mi buen amor’, pero en esta oportunidad, la estética circulaba más en torno a un twee pop suave que al blues grabado con Enrique Bunbury. Otras canciones que siguen esta línea son ‘Supermercado’ (potencial single), ‘No soy para ti’, ‘Química mayor’ y ‘Zombie’, estas últimas con un final de guitarras que no logran explotar, pero aparecen con la dosis justa de cuerpo que el auditor agradece. Destacan también las canciones en inglés, principalmente ‘Beautiful Sadness’ (en la misma línea pop que las mencionadas) y ‘Good Boy’, un folk rock clásico empapado de costa oeste norteamericana. Dos canciones tienen un sitial especial en el disco: ‘A Crying Diamond’, un country/blues lento y oscuro, donde Mon solo acompaña su voz con una guitarra, emulando una versión eléctrica del Johnny Cash de los 90. Y ‘Niña’, una tierna canción de cuna y una de las más emocionantes letras escritas alguna vez por la compositora. En ‘Niña’, Mon nos empapa de su dulzura, amor y ternura, en una canción desnuda, con presencia, una bella estructura armónica y un sintetizador alucinante. Tal vez, la canción más querida del disco y una que, de seguro, se volverá clásico de sus presentaciones en vivo durante el tiempo de promoción (ojalá que también por mucho tiempo más). “1940 Carmen” es un disco biográfico (como lo es prácticamente toda su obra) y totalmente impregnado del momento vivido por Mon. Estar en una burbuja con su compañero, en un proyecto tan lindo como la maternidad, rodeada de amor y preocupación en un departamento de paso en los Estados Unidos. Habrá quiénes lo critiquen por no llegar a los niveles de dramatismo que la cantante nos tiene acostumbrados. Canciones que parecen haberse editado cuando aun faltaba por seguir produciéndolas o que, como disco, significa un traspié en una carrera en asenso constante. Y efectivamente, es un disco en que las pretensiones de grandeza se diluyen en la intimidad y desnudez de las composiciones. En que el mensaje de las canciones es tranquilo, pacífico, feliz y no pretende interpretar a nadie más que a ella misma y el momento que vive. Un gran momento, como ha expresado. El séptimo disco de Mon Laferte llega en una de las mejores etapas de su vida y, pese a sorprender desde la introspección y la quietud, transmite una faceta de la compositora que es capaz de publicar una colección de canciones en el momento que ella desea y de la forma en que se lo propone. Tal vez carece de la vocación de masividad que sus entregas anteriores y eso es algo que en el mundo del pop se paga caro, pero Mon no necesita demostrar nada a estas alturas del partido. Que descuide, sus fans estarán ahí. La crítica también. Cristofer Rodríguez Tags #Mon Laferte #1940 Carmen Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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