Turilli/Lione Rhapsody

Zero Gravity (Rebirth And Evolution)

Jueves, 25 de Julio de 2019

2019. Nuclear Blast

Hace un par de años, cuando la sección de Rhapsody de Fabio Lione y Luca Turilli se estaban despidiendo por todo el mundo, muchos de los que presenciaron esos show quedaron con la sensación de que ese “adiós” iba a ser sólo un “hasta pronto”. De hecho, la unión y energía que se manifestó sobre el escenario, hizo a muchos pensar que no pasaría tanto tiempo para que se escribiera un nuevo capítulo de este proyecto, el que traería el lado más clásico de uno de los pioneros en el power metal épico. Es por eso que cuando los italianos anunciaron su retorno discográfico, a nadie le sorprendió; es más, muy en el fondo, todos esperaban que Rhapsody volviera, pero, ¿de qué manera?

Lione y Turilli no han ocultado los verdaderos motivos de esta nueva alianza. Queda claro, entonces, que fue esa gira de “reunión y despedida” la que motivó a los músicos a seguir adelante tocando juntos, pero no necesariamente para volver a tocar el catálogo de Rhapsody. Incluso, ya ha quedado de manifiesto -en varias entrevistas- que los italianos pretendían volver para interpretar composiciones que los sacaran de todo lo que ya habían realizado anteriormente. Agregarían cosas que refrescaran su música, incluyendo toques electrónicos y de vanguardia nunca antes escuchados en sus discografías e incluso ocuparían otro nombre, pero entonces, ¿qué pasó?

Cuando Fabio y Luca comenzaron a mostrar el nuevo material, el sello les recomendó que lo grabaran bajo el nombre de Rhapsody, pues era la forma de vender discos más fácilmente y conseguir giras por el mundo sin problemas. Los músicos, que estuvieron reacios en un comienzo, terminaron por aceptar las condiciones, cediendo a las presiones comerciales más que al espíritu inicial de este “nuevo proyecto”. Zero Gravity sería el nombre del grupo en un comienzo, pero finalmente todo fue cambiando al punto que quedó como título del disco, con un paréntesis para insistir en que este era un renacido y evolucionado Rhapsody.

Al ir entendiendo la historia del nacimiento de la banda y álbum, se explica el por qué todo resulta tan extraño. Apenas adentrándonos en los primeros minutos de ‘Phoenix Rising’, notamos elementos nunca antes escuchados en Rhapsody, demasiado contemporáneos para las clásicas historias de castillos y dragones a las cuales los fanáticos estaban acostumbrados. De hecho, ‘D.N.A. (Demon And Angel)’, que cuenta con Elize Ryd (Amaranthe) como invitada, no hace más que confirmar que este no es para nada el Rhapsody que esperábamos. No se trata de canciones deficientes, ni mucho menos; incluso parecen composiciones bastante interesantes, pero dado los integrantes que las ejecutan se autoproclaman como Rhapsody, el cimiento de la banda queda bastante en entredicho.

Respecto al resto del grupo, hay que indicar que quienes acompañan a Turilli y Lione son los mismos que estuvieron presentes en la gira “20th Anniversary Farewell Tour”. Dominique Leurquin en la segunda guitarra, Patrice Gers en el bajo y Alex Holzwarth en la batería; todos con pasado en Rhapsody. Este hecho confunde aún más, puesto que la alineación y el nombre son los de la antigua banda, pero nada de eso se traduce en la música, que incluso guarda reminiscencias a las estructuras operáticas de Queen o al progresivo contemporáneo de Dream Theater (dichos del propio Luca Turilli).

Más allá de la gran producción o los notables invitados con los que cuenta el disco (ente los cuales está el vocalista Mark Basile de DGM y Sacha Paeth en el bajo), vale preguntarse, ¿es este un buen disco de Rhapsody? Claro, es un buen álbum, que cumple, pero quizás la pregunta tiene que ver más con el contexto que con las composiciones en sí. Entonces, ¿es este el Rhapsody que conocemos? Para nada. De hecho, la idea original de Turilli y Lione resultaba más honesta y contundente, pero aquí lamentablemente ganaron aspectos comerciales, que sólo transforman a este proyecto en un híbrido que tiene poco de la historia que se autoproclama.

Rodrigo Bravo Bustos