Monolord

No Comfort

Lunes, 14 de Octubre de 2019

2019. Relapse Records

Desde que aparecieron en el mapa del doom metal el 2014, Monolord nos tiene acostumbrados a trabajos de alta calidad que los convierten en uno de los grupos más consistentes de su camada. La cosecha en RidingEasy Records fue lo suficientemente llamativa como para forjarse un nombre en la escena internacional y llamar la atención de un pez gordo como Relapse Records, empresa que decidió cobijarlos para lanzar un impactante registro que cambia el paradigma de los oriundos de Gotemburgo, Suecia. No hay que forzar mucho la vista para apreciar las señas de identidad que sobresalen en todos sus lanzamientos. El magnetismo de “Empress Rising” (2014), la profundidad de “Vænir” (2015) y la solidez de “Rust” (2017) conservan un influjo hipnótico, disonante y estridente con el toque justo de psicodelia que hace volar la mente, por lo que cada paso del portento europeo merece la inmediata atención del medio y sus fanáticos.

En “No Comfort” (2019), todos los atributos descritos anteriormente se ponen al servicio de canciones más directas, entendiendo lo que este término puede significar en el lenguaje del trío. Sabemos que son asiduos a explayarse en verborreas instrumentales de extenso minutaje, pero esta vez fueron capaces de acotarlas en pos de composiciones urgentes que juegan con las luces y las sobras en distintos planos como en ‘Skywards’. Los que buscan al Monolord más primitivo lo encontrarán en ‘The Bastard Son’, que abre con un riff repetitivo enganchando a la primera escucha y mostrando las fortalezas de la sociedad entre el baterista Esben Willems y el bajista Mika Häkki, unidad que plantea inmediatamente el cambio en la paleta de colores, incluso cuando facturan ese doom espeso que conocen al dedillo.

En ese sentido, una modificación importante es la limpieza de la voz de Thomas Jäger, quien deja atrás el efecto acuoso de entregas anteriores para hablar fuerte y claro sobre la inseguridad de vivir en un mundo frenético en la titular ‘No Comfort’, explorando juegos de palabras que no están en su manual recurrente, pero que tienen un peso emocional importante en esta parte de la saga. Además de poner su voz y sus letras en un sitial protagónico, Jäger efectúa una labor brillante en las seis cuerdas, uno de los elementos mejor preservados en el larga duración. La guitarra acústica se ocupa de manera astuta y elegante en ‘Alone Together’, propiciando una cadencia lacrimosa, tenue y desgarrada, mientras que el rasgueo de la misma cae a los tres minutos de ‘The Last Leaf’ a fin de reforzar un solo intenso que conduce hacia un final espacial con tintes progresivos. Hicieron bien en descartar esta última de "Rust" (2017) para colocarla acá, ya que no hubiese brillado de la misma forma en él. Si hablamos de novedades, "Larvae" es una hermosa rara avis que intercambia lo fúnebre por lo solemne y se convierte en el punto alto en la medianía del largo, erigiéndose como la canción más luminosa que el tridente ha facturado en su carrera y dando cuenta de su efectividad a la hora de crear instantes de serenidad.

Sin traicionar sus raíces, “No Comfort” es un material que expande los límites de Monolord con los artilugios necesarios para sobresalir entre la multitud y llegar a una nueva audiencia que se rinda ante el calor incandescente de sus riffs. La producción de Kim Gravander en Let Them Swing Studio, la mezcla de Esben Willems en Berserk studio y la masterización de Brad Boatright en Audiosiege favorecen un salto que llega en un momento crucial para que la banda despegue tal y como lo muestra el arte de Alexander Fjelnseth en la carátula, iniciando un proceso de evolución que no podemos perder de vista. Los que no tenían al combo sueco en su radar o simplemente no se dejaban impresionar por su propuesta tienen en este disco un excelente punto de entrada. Podemos decirlo con todas sus letras, estamos ante una obra maestra de nuestros tiempos.

Pablo Cerda