Porcupine Tree: La continuación de algo hermoso El flamante regreso de la aplaudida banda de prog británico Viernes, 07 de Octubre de 2022 (Publicado originalmente en revista #Rockaxis229, julio de 2022) En algún momento parecía imposible, pero “Closure/Continuation” acabó con 13 años de silencio en la discografía de Porcupine Tree. Sin Colin Edwin en las cuatro cuerdas, Steven Wilson, Gavin Harrison y Richard Barbieri edificaron una colección de canciones de alto nivel que tiene a todo el mundo rogando porque esta nueva etapa no sea un cierre, sino una prodigiosa continuación de algo hermoso. Con ese fin, reunimos a una constelación de voces de distintos ámbitos para darle una mirada en 360° al flamante regreso de la aplaudida banda de prog británica. Por Pablo Cerda «Este es el mejor disco que hemos hecho» es la frase que reza en la motivante portada de la revista Prog #131 titulada “The return of Porcupine Tree”, una cuña maximalista que no salva al ahora trío de caer en el cliché de cada banda que sale a defender su nueva producción. Aun así, no sería extraño que “Closure/Continuation” se transformara en el favorito de más de algún fanático, una gracia que no todos los artistas se pueden permitir. «Hay muchas cosas para los leales al progresivo, polirritmos complejos, bajos juguetones y excursiones guitarreras bombásticas en ‘Harridan’ y ‘Chimera’s wreck’, pero los agnósticos del género podrán encontrar puntos de acceso más seductores en las suntuosas franjas de melodías tristes, riffs crujientes, y dinámicas de rock pomposo y panorámico», escribe Johnny Sharp en la revista Uncut. Lo que Sharp describe de manera tan verborreica finalmente se puede sintetizar en que “Closure/Continuation” apela tanto al público progresivo que llegó a Porcupine Tree buscando la revitalización de la obra de Pink Floyd, Genesis, Rush o King Crimson, como de los que aprecian los valores de tinte más alternativo que ofrecen los ingleses, lucidos con gracia en el trabajo de WIlson solista. ¿La unión de estas dos almas basta para que el undécimo escalón discográfico de PT se abra camino en la historia de la banda? ¿Qué elementos convierten a “Closure/Continuation” en todo un hito musical en los tiempos que corren y por qué en Chile tiene una bajada tan especial? ¿Estamos ante la banda definitiva del rock progresivo actual? ¿Están sus herederos preparados para tomar el cetro del género? Un universo musical propio El 14 de octubre del 2010, Steven Wilson estaba parado sobre la tarima del Royal Albert Hall dando lo que sería el último concierto de Porcupine Tree en más de dos décadas. Tres setlist, uno semi-acústico y otros dos dedicados a recorrer gran parte de “The Incident” (2009), junto a clásicos de su discografía más un encore de lujo encabezado por la magnífica ‘Arriving somewhere but not here’ y la siempre emocionante ‘Trains’ que ponían puntos suspensivos a una historia que el propio Steven había iniciado 21 años antes cuando concibió a Porcupine Tree como un grupo ficticio junto a Malcolm Stocks. «No me sentía cómodo en el escenario», le comenta Wilson a Tom Doyle de la revista Mojo. «Creo que rondaba la sensación de que la chispa se apagaba», auguraba el eximio músico. Si hay algo que necesita Wilson es el fragor de esa chispa y para eso había que pegar el salto desde “The Incident”. Juan Carlos “Lobo” Araneda, ilustre conductor de Punto de Vanguardia, espacio dedicado al progresivo y la vanguardia en Radio Futuro, imagina que pueden haber quedado algunas referencias desde el proceso de “The Incident” que se cuelan en “C/C”, pero que el tiempo entre discos hizo lo suyo. «Hay elementos que, imagino, la banda tomó como referencia, además son la marca registrada del grupo. Quizá algunas ideas que quedaron de esas sesiones pudieron ser retomadas, pero luego de tanto tiempo entre discos veo difícil una continuación. Siento que son álbumes enfocados en direcciones distintas», menciona la figura radial. Y lo son, más que mal era difícil que una banda como Porcupine Tree hubiese querido repetir el plato. Desde siempre han rehuido de toda etiqueta, usan la palabra “progresivo” con mucho cuidado. La búsqueda de PT desde el ambient hasta el metal pasando por la psicodelia con tintes de rock alternativo, ha cuajado en un sonido distintivo que a estas alturas es una plantilla con vida propia, a pesar de que en los noventas fueron vendidos como los futuros Pink Floyd junto a Radiohead. «La diferencia es que Radiohead viene del entorno del rock alternativo, mientras que yo provengo del rock progresivo de dormitorio, así que sí, soy el chico “proggy”. Lucho por ir más allá, siempre digo que somos una banda de rock conceptual», manifestó Wilson en Mojo. Anécdotas como los shows en que fueron teloneros de Yes en el período de “In Absentia” (2002) reafirman aún más su animadversión por las etiquetas. «Fue un tour muy desalentador», recuerda Harrison en la misma publicación, a lo que Wilson completa que «los fanáticos de Yes ni siquiera querían oír la música nueva de ellos, imagínate cómo reaccionaron ante una banda nueva. En el papel tenía un poco de sentido, “el público de Yes va a tener la mente súper abierta”, pero no fue así». Y es más enfático aún: «la última cosa que quiere un fanático del rock progresivo es progresar». Etiquetas más o menos, lo cierto es que el halo legendario que tomó la banda durante este receso hizo que la expectativa por la reunión subiera como la espuma. Además, el tiempo de pausa no solo sirvió para aliviar esas tensiones que hacían que la «atmósfera no fuera de lo mejor», en palabras de Richard Barbieri para la revista Classic Rock, sino que para aclanar a un nuevo grupo de fanáticos tan leales como los que llegaron en primer lugar. Precisamente, la escritora nacional Lilian Flores Guerra, conocida por libros como “El Botón de Bronce” o “Sueño Lejano”, es del grupo de seguidores que llegó a Porcupine Tree en el 2018, o sea, cuando la banda no estaba en actividad y justo entre los discos más polémicos del Wilson solista: “To the Bone” (2017) y “The Future Bites” (2021). Si bien gusta del metal, especialmente de estilos como el doom, consideraba que el exceso de virtuosismo en el metal progresivo no le llamaba tanto la atención, pero con PT fue distinto. «Prefería música con la que enganchara más por sentimiento. Alrededor del 2018 comencé a prestarle más atención y descubrir en ese entonces a Porcupine Tree fue fundamental para eso, ya que sus temas fluyen de manera bien armónica. No tienen eso de “solo para conocedores” que hace que una se aleje un poco de ciertos estilos», comenta. Es más, Porcupine Tree permeó en el trabajo de la escritora: «ese encuentro con el metal progresivo significó descubrir un mundo nuevo de sensaciones, que un poco risueñamente lo asocio con el cruce de la línea invisible de la madurez post 40. Tal vez esa madurez también se relaciona con lo auditivo y, si es así, el oído se me refinó en cierto modo. Esa experiencia la plasmé en uno de los cuentos de “Sueño Lejano”, precisamente el que le da nombre al libro, donde hablo de estas bandas con trayectorias, pero que eran nuevas para mí y una de las que menciono es Porcupine Tree», confiesa a Rockaxis. El hecho de no estar atados a ninguna era ni moda logra darle a la banda esa plasticidad que Wilson exhibe con tanta gracia en Classic Rock: «hemos existido fuera de épocas, modas o zeitgeists durante la mayor parte de nuestra carrera. Porcupine Tree creó un universo musical propio y ahora existimos en él». Un nuevo día En una interesante entrevista alojada en el canal de YouTube de la banda, Gavin Harrison cuenta que las primeras conversaciones sobre el sucesor de “The Incident” se arrastran hasta el 2012, período en el que él y Wilson vivían cerca. «Nos juntábamos a veces a socializar con una taza de té», cuenta el baterista. Ambos se unieron en el infortunio, ya que Wilson perdió a su padre, quien le construyó su primer secuenciador, y Harrison perdió a su madre poco después. En esas conversaciones de la vida, la idea de volver a la maquinaria de Porcupine Tree parecía lejana, con un Wilson que también quería enfocarse en su carrera solista. «La banda nunca se acabó oficialmente. De hecho, seguimos sacando material durante ese período, solo que no teníamos planes de lanzar un disco nuevo», cuenta Wilson. La clave fue la cautela. «Estábamos muy conscientes de no generar expectativas, no solo para los fanáticos, sino que para toda la organización a nuestro alrededor. No queríamos decirle a la compañía disquera, ni al management, ni a nadie. En el fondo, sabía que íbamos a hacer otro disco en algún momento y lo empezamos a conversar después de las cuarentenas». En el mismo registro, Richard Barbieri clarifica que las sesiones de improvisación no siempre son fructíferas porque «pasan muchas cosas al mismo tiempo y todos intentan tocar la siguiente nota», pero en esta oportunidad fue un gran punto de partida. «Steve tomó mi bajo y empezó a tocar», recuerda Harrison sobre esos encuentros en el 2012, así las ideas empezaron a revolotear inmediatamente y el hecho de componer en un instrumento que no es el propio prendió la chispa que Wilson necesitaba y que en el futuro no solo se escucharía en el ataque funk que arranca un track tan protagonista como ‘Harridan’, sino que también sería uno de los puntos que llamaría la atención a fanáticos como María de los Ángeles Cerda, ex editora de Rockaxis que tuvo la oportunidad de entrevistar a Wilson en distintas oportunidades. «Me gustó “C/C”, aún lo estoy escuchando porque creo que tiene hartas cosas que revelar, pero contiene mucho de lo que ya conocemos de Porcupine Tree y también elementos que no se habían hecho presentes, como la interpretación en el bajo de Steven Wilson, que lo diferencia respecto a la discografía inmediatamente predecesora de Porcupine Tree», nos apunta. El escritor Francisco Ortega concuerda con el análisis de Ángeles. «Me gustó mucho el disco. Si bien no es un trabajo que tenga algo novedoso, porque siento que ya inventaron lo que tenían que inventar, es un tributo a esta última etapa que comienza con “In Absentia”, pero que también va para atrás, hacia los sonidos espaciales medios floydianos. ‘Harridan’ fue un pedazo de single, pero los temas desconocidos terminaron siendo una sorpresota. La canción que me voló la cabeza fue ‘Dignity’ junto con ‘Chimera's wreck’, uno de los mejores temas de rock progresivo del último tiempo». Guillermo Italiani, productor de Santiago Fusión, concuerda con que escuchar un disco nuevo de Porcupine Tree después de más de una década es refrescante, pero se frena ante las voces altisonantes: «escuchar un disco nuevo de PT después de 10 años siempre va a ser muy bienvenido, sobre todo cuando se creía que estaban sepultados bajo los proyectos más pop del Wilson solista. Es un buen álbum, pero no el mejor. Canciones como ‘Chimera’s wreck’ emocionan». Para Germán Vergara, guitarrista de Aisles, “Closure/Continuation” es todo un placer, una luz de esperanza ante ese túnel oscuro que era su ausencia. «Creo que muchos habíamos perdido la esperanza de volver a escucharlos juntos. Es un álbum con mucha fuerza y el nivel de ejecución de los músicos es impresionante. Es más pesado, oscuro y, al mismo tiempo, integra algunos elementos del jazz fusión. ‘Rats return’ tiene acordes con muchas tensiones como se usa en el jazz. Porcupine Tree, hasta antes de “C/C”, combinaba elementos del prog, el metal y el pop; en este último disco evidentemente está ese nuevo factor del jazz fusión. El sonido de “C/C” es superlativo». «Es un disco que regresa a la neo psicodelia progresiva de sus inicios, pero con la madurez y experiencia que le han entregado todos estos años tanto a Wilson como a Barbieri», defiende el periodista, poeta, melómano y lector intratable Héctor Aravena, hombre ancla del programa Rebelión Sónica en nuestra Radio Rockaxis y editor de la sección Vanguardia de larga data. «Me parece que el trabajo de Barbieri es notable a la hora de crear los ambientes y las texturas, que son la contraparte de la inmensa musicalidad del frontman como cantante, guitarrista y gestor principal». Cuando analiza a Gavin Harrison, Aravena ve pura «sabiduría percusional» en el afamado baterista y concluye que «las cosas no podrían encajar de mejor manera». ¿Lo más interesante de “Closure/Continuation” a su juicio?: «verificar cómo Porcupine Tree encuentra su identidad y centro propio, único, específico y auténtico en la escena musical, tras divagaciones algo forzadas por el pop y el metal. Este es el Porcupine Tree que, al menos a mí, me mueve e interesa». Tal y como reza la canción ‘Of the new day’, Porcupine Tree está viviendo otra vez en un nuevo día para su carrera, uno que se vive con el destello de una leyenda que no paró de crecer y con las vivencias de un Wilson que también pasó por varias situaciones que han permeado en su música y sus letras. A la muerte de su padre, se suma su trabajo masterizando álbumes insignes del rock progresivo (o del art rock, como prefiere llamarlo Robert Fripp de King Crimson en Classic Rock, para no hacer caer a Wilson en el temido encasillamiento), su matrimonio con la israelí Rotem, la adopción de las hijas de su pareja, su nueva casa en Londres y la pandemia, han traído nuevos aires para el nacido en la ciudad inglesa de Hemel Hempstead. «Han pasado cosas negativas y positivas en mi vida, ha habido tragedia y euforia. Incluso si lo miras en términos globales, ha sido un período traumático», reflexiona en la mencionada revista. Con todo eso pasando, la semilla de “Closure/Continuation” seguía germinando entre las piezas que Barbieri le enviaba a Steven y las jam sessions entre este último y Harrison, ya sin el silencioso –pero efectivo– Colin Edwin. Wilson se apresura en decir que no hay animadversiones con el ex bajista, pero veía que la pasividad de Edwin no iba con el espíritu colaborativo de este nuevo trabajo. «Supe de Richard y Gavin durante meses, pero no de Colin. Creo que él es de esas personas que se sientan a esperar a que lo inviten para participar en algo y ese es un factor muy importante aquí, porque Richard, Gavin y yo siempre estamos haciendo que las cosas avancen. No quiero faltarle el respeto, él estuvo en la banda muchos años, es una persona con la que se trabaja de manera muy fácil, pero nunca recibí un mensaje de su parte preguntándome si íbamos a hacer algo». Por otro lado, la amistad en el trío se afianzó durante cenas y conversaciones sobre películas y la industria musical, algo que se nota en el disco. «Estoy enamorado de los discos desde que era pequeño, me apasiona crear viajes musicales», indica Wilson en la conversación audiovisual alojada en el canal de YouTube. La madurez y la soltura con la que encaran este nuevo lanzamiento funciona como combustible para lo que se viene en el directo, un paso que la banda está esperando dar con ansias. Harán pocos shows, con el bajista Nate Navarro y el guitarrista Randy McStine completando el naipe, y centrándose en “C/C”, además del período de oro que se constituye con discos como “In Absentia” y “Fear of a Blank Planet” (2007), con adiciones no tan obvias, pero sí teniendo en mente que quieren llevar «lo mejor de Porcupine Tree» a mucho público que los verá por primera vez. Barbieri confía en que «los niveles de energía y entusiasmo serán buenos». Descubriendo un juguete radioactivo Porcupine Tree pisará la tarima del Movistar Arena el viernes 7 de octubre del 2022 en un país que no esconde su afición por el rock progresivo. «El rock de origen en Chile es rock progresivo», apunta Francisco Ortega. Y agrega: «nosotros no tuvimos escuela de blues, el rock chileno parte con el rock progresivo acá igual que en Argentina, por algo es un género tan popular en ambos países. Siempre estuvimos buscando ese tipo de bandas, por algo Pink Floyd, Marillion o Rush son tan importantes acá y Porcupine Tree agarra a los huérfanos de los noventas que sintieron que este género desaparecía. Ahí aparece esta banda que puede sonar como Pink Floyd, Iron Maiden o incluso Slayer en un solo disco, con estructuras intrincadas y matemáticas. Son un final y un principio en el rock progresivo». «Cuando Dream Theater debutó en Santiago en la Pista Atlética, marcó un precedente en su carrera puesto que era el show más masivo que habían realizado hasta ese momento, creo que 20 mil personas», agrega Ángeles. «Más recientemente, los polacos Riverside tocaron en el Teatro Caupolicán superando su marca anterior que había sido de dos mil personas en el Teatro Cariola. Cuando Steven Wilson debutó acá, fue en el Teatro Oriente, pero tuvieron que agendar rápidamente una fecha en Caupolicán por la alta demanda. El rock progresivo no alcanza a ser un fenómeno de masas, pero sí tiene a un público muy fiel y que sigue de cerca a sus figuras», recapitula. Esa fidelidad encuentra abrigo en programas como el mítico Punto de Vanguardia en Radio Futuro, el mencionado Rebelión Sónica en nuestra Radio Rockaxis o en los ciclos de Santiago Fusión que nos han dejado noches de antología en la historia del progresivo nacional. «Me parecen espacios fundamentales para la difusión de la cultura musical de verdad independiente, que están interesados en la calidad estética de las propuestas musicales y no de un like más o un like menos, o de ser parte del mainstream. Es muy importante, pues los márgenes, no solo estéticos de una sociedad, sino que también políticos, éticos y culturales, siempre se van moviendo desde los márgenes hacia el centro. Y aunque proyectos como Throbbing Gristle o This Heat, por dar dos ejemplos al azar, no son conocidos por el gran público, tienen una influencia gigantesca en la conformación de sociedades más tolerantes, abiertas y, en una palabra, emancipadas», argumenta Héctor Aravena. De hecho, ese espíritu autónomo es una bandera de lucha que Steven Wilson nunca parará de flamear con fuerza porque eso se traspasa a su propia obra: «voy a escuchar Abba y después Merzbow», lanza orgulloso en Mojo, «voy a escuchar The Carpenters y después Throbbing Gristle. Creo que eso queda en la música». Además de empujar las barreras de la melomanía y del constante descubrimiento de sonidos, manifestaciones como estas también alimentan la memoria emotiva de quienes se encontraron alguna vez con Porcupine Tree en la radio, publicaciones o incluso discos de bandas afines. Tanto “Lobo” Araneda como Francisco Ortega vinculan su acercamiento a Porcupine Tree a partir de Radio Futuro: «comencé escuchando a Porcupine Tree con ‘Radioactive toy’ en los años que esa canción se programaba en la radio, principios de los noventas», recuerda Araneda. «Cuando la radio era la frecuencia de la inmensa minoría, tocaban canciones de la primera etapa, ‘Radioactive toy’, ‘Jupiter island’ o alguna de las canciones largas, debe haberlas presentado “Lobo” Araneda diciendo que era una banda que bebía mucho del Pink Floyd de ‘Echoes’, entonces así los descubrí. Empecé a grabar casetes porque el material era muy difícil de encontrar, hasta que se publicó “In Absentia” en CD acá en Chile», rememora por su parte Ortega. Para María de los Ángeles Cerda, la conexión viene a través de Opeth: «llegué a escuchar a Porcupine Tree porque escuché el disco "Blackwater Park" de Opeth. Vi que Steven Wilson lo había producido y eso me llevó a escuchar a PT, creo que para el álbum “In Absentia”. Nunca había escuchado algo así, un progresivo medio ensoñador, pero también con guitarras pesadas. No sabía nada de rock progresivo en ese momento, así que también significó para mí la puerta de entrada a ese estilo». Germán Vergara de Aisles tuvo otra suerte: «recuerdo que los escuché por primera vez cuando viajamos a Europa con Aisles a tocar al festival Crescendo en Francia. Ellos aparecieron en un CD que venía de regalo en la revista Prog al igual que Aisles. Nosotros aparecemos con nuestra canción ‘Revolution of light’ y si no me equivoco ellos aparecieron con ‘Time flies’. Ambas bandas estábamos siendo promocionadas en el CD de esa importante revista. ¡Un tremendo orgullo ser compañeros de tracklist con Porcupine Tree!». Si Chile es un país que gusta tanto del progresivo y del universo Porcupine Tree que incluye hasta los proyectos solistas de sus integrantes, nos preguntamos si hay herederos en Chile. «Seguramente hay varias que se han visto influenciadas, pero de las que conozco podría mencionar a Mar de Grises y a Aisles», resuelve Lilian Flores, quien comparte la misma impresión que su colega Francisco Ortega. «Aisles tiene una mezcla, por un lado, es muy Muse y por otro muy Porcupine Tree. Es la gran banda de prog chileno que hoy en día puede lograr el crossover entre música masiva que sea exitosa comercialmente y que asuma riesgos artísticos». «Creo que en el sentido de integrar melodías muy recordables en un contexto de complejidad y letras conceptuales hay algo en común con Aisles», reconoce el mismo Germán Vergara, «pero somos bastante distintos. Desconozco si hay alguna banda en Chile que siga ese camino de manera más evidente. Sé que hay muy buenas propuestas, Crisálida combina elementos de melancolía y peso que a ratos se podría relacionar con ese legado». Llegando a algún lugar, pero no aquí Se sabe que Steven Wilson es un personaje que siempre ha querido ir por más. Una de sus grandes frustraciones era ser la eterna promesa. “The next big thing”, como se conoce en el contexto anglosajón. Mientras Barbieri y Harrison gozan de la admiración de sus pares y de los entendidos, Wilson ya apunta su vista en el siguiente objetivo con un nuevo álbum solista cocinándose, sus otros proyectos funcionando en paralelo y una banda madre que se erige como una de las más importantes de su generación en el estilo. «Siempre está la sensación de que llegas a un lugar y lo único que ves es otra cosa que quieres alcanzar», admite Wilson en Classic Rock. «Así es la vida, ¿no?», se pregunta y vuelve a su manifiesto: «avanzar, siempre querer nuevas experiencias y nunca estar completamente satisfecho». A 35 años de su fundación, Porcupine Tree encontró la forma de perpetuarse, es decir, pasar el cetro a otros que puedan continuar con su legado. Tanto Germán Vergara como María de los Ángeles Cerda coinciden en que uno de los herederos más fuertes es The Pineapple Thief: «sigue claramente esa línea de prog», justifica el hombre de Aisles, «además de que comparten el mismo baterista. En cuanto a proyección y calidad interpretativa, creo que Leprous no tiene límites y personalmente me gustan muchísimo». «El más obvio sería The Pineapple Thief, pero quizás más que tomar la influencia sonora de Porcupine Tree, las bandas actuales de prog la consideran el principal referente de los últimos 20 años», adhiere la ex editora de Rockaxis. Lilian Flores, por su parte, apuesta por Riverside: «si es por alguna que tome la batuta del progresivo y lo lleve a nuevos niveles yo le pongo fichas a Riverside, que recientemente vino a Chile y el show que hicieron fue una maravilla. Es actualmente una banda más de nicho, pero siento que solo le falta un pequeño empujón para subir al estrado de las más importantes». «Haken, Riverside, Leprous y todo el progresivo escandinavo vienen del sonido Porcupine Tree», asevera enfáticamente Francisco Ortega, «si Pink Floyd y Genesis fueron las bandas más influyentes del progresivo clásico, Porcupine Tree es la banda que ha creado una escuela sónica en el new prog». ¿Cierre o continuación? Según la banda, este podría ser su último movimiento en el tablero, y aunque el destino de este viaje sea el fin de la carrera de Porcupine Tree, bien sabemos que no llegaron a un solo lugar, sino que fueron hábiles extendiendo su pasantía en varios al mismo tiempo. «Después de un rato, te das cuenta de que el tiempo vuela y lo mejor que puedes hacer es tomar lo que venga», canta Steven Wilson en ‘Time flies’ del anterior “The Incident”. Tendremos que esperar a ver lo que deparan los relojes, pero nunca se sabe. Si es así, y parafraseando a la inmensa ‘Dignity’, “Closure/Continuation” es un ejercicio de esa «dignidad que nunca se irá», y que nos enseña el hermoso sonido de mentes brillantes. «Es curioso. Hace 10 años atrás le mostraba la banda a medio mundo y nadie me daba bola, nadie la conocía», dice Guillermo Italiani de Santiago Fusión y abrocha todo con una poderosa conclusión: «la carrera solista de Wilson y los excelentes cinco discos que hizo entre medio ayudaron a mostrar su talento. Para mí, es el nuevo Bowie, un músico y productor único, a la altura de Peter Gabriel. Todo esto transformó a Porcupine Tree en una banda de culto, en un país que, extrañamente, a pesar de ser el que más reggaetón escucha en el mundo, también da un espacio y valor a sonidos más complejos y progresivos. ¡Somos unos ñoños-melancólicos-esquizo-intelectualoides!». Tags #Porcupine Tree #Steven Wilson #Gavin Harrison #Richard Barbieri #Closure/Continuation Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. Ultimos Contenidos Rock Shows The Cure: encantadora oscuridad Viernes, 01 de Diciembre de 2023 Rock Noticias Concurso: Bunbury vuelve a Chile Viernes, 01 de Diciembre de 2023 Rock Clásicos KISS Viernes, 01 de Diciembre de 2023 Rock Clásicos Korn Viernes, 01 de Diciembre de 2023 Rock Entrevistas Uriah Heep: ''Hay que seguir adelante y creer en lo que haces'' Viernes, 01 de Diciembre de 2023 Rock Noticias Babasónicos presenta la inédita 'Tajada' Viernes, 01 de Diciembre de 2023 Rock Galerias The Cure - Shows of a Lost World Viernes, 01 de Diciembre de 2023 Rock Noticias Concurso cerrado: Richie Ramone vuelve a Chile Viernes, 01 de Diciembre de 2023