Pixies: un buen día en mi extraño pasado "Trompe Le Monde", el fin de un capítulo Lunes, 23 de Septiembre de 2024 (Publicado originalmente en revista #Rockaxis104, agosto de 2011) Varios, sino muchos de mis discos y grupos favoritos son de épocas pasadas anteriores a mi nacimiento incluso y aún más extraño, no digamos que "estos" artistas o discos son precisamente la música que escuchaba en mi adolescencia. Nunca tuve necesidad imperiosa o la obsesión de vivir el “espíritu del tiempo o zeitgeist", de otro modo, para finales de los ochenta, habría estado escuchando Pixies. Y la verdad sea dicha es que a estos los empecé a escuchar cuando ya no existían, o sea, en 1994. Sin embargo, para ser rigurosos con la historia, los Pixies que tres años antes sentían que ya habían logrado mucho en muy poco tiempo y que no tenían ninguna intención de dar marcha atrás, ni siquiera en su despedida para 1991, es con “Trompe Le Monde” que se gradúan de banda gigante. Puede que este disco no abunde en canciones sublimes pero a casi todas les sobra calidad, aparte de incluir clásicos de su cancionero global como ‘Alec Eiffel’ y ‘U-Mass’. “ENGAÑA AL MUNDO”: “TROMPE L’OEIL” El francés de más arriba quiere referirse a la técnica con la que un pintor pretende engañar a su público haciéndole creer que lo que ve es real. Independientemente de esa definición, “Trompe Le Monde” puede muy bien archivado para la posteridad como el disco más subvalorado de los Pixies... los críticos no terminaron de entenderlo, el público no llegó a percibirlo en plenitud tampoco... ya estaban distraídos con otras sirenas alternativas. Y posiblemente no sea valorado con justicia y con buena razón. Lo que quiere decir que de verdad se trata de un disco grandioso. Uno que viene de plano a competir con al menos dos álbumes anteriores de la banda que a estas alturas han sido canonizados por la iglesia del rock alternativo como santos, intocables e infalibles. Con ese panorama previo, era difícil que “Trompe Le Monde” saliera a combatir en igualdad de condiciones. “Trompe le Monde” es un disco más esquizofrénico que los demás. Cualquiera sean los extremos, los dos polos iban distanciándose cada vez más el uno del otro, separándose tal como los miembros del grupo lo estaban haciendo. En otras palabras, la división entre sus dos motores ya era patente. Kim Deal estaba cada vez más involucrada en sus Breeders y obviamente Frank Black era muy consciente de que él poseía el noventa por ciento del talento creativo. A lo mejor esto último viene a sonar como que “Trompe Le Monde” no fuera tan coherente como ya voy a sugerir, pero hay que acotar que en el espejo circense de los Pixies -en donde todo se deforma- se percibe como un todo. LOUD, QUIET, TAMED! Esta se trata tal vez de la colección de canciones menos extraña, el disco más rockero y, de seguro, el más cohesivo de la banda bostoniana. Tal vez es demasiado coherente para ser un álbum de Pixies -una banda asumida como un loquerío alternativo- al menos demasiado para transmitir totalmente la singularidad y la rareza de su propia particular genialidad. Como parafraseando la receta sónica o el nombre del documental “Loud Quiet Loud”: Esto es “Less Quiet Loud” (menos tranquilo-ruidoso) y más “Loud Loud” (ruidoso-ruidoso) como en ‘Planet of Sound’, o mejor el punto intermedio que encontraron en la fórmula de “Quiet/ Not So Loud” (tranquilo- no tan ruidoso) como en varios tracks de esta placa de 1991. Después de las guitarras surf y las salidas de libreto de “Bossanova” (1990), “Trompe Le Monde” suena como un Pixies más domesticado, aunque tenga el volumen y la intensidad al tope. Por otro lado, no cabía duda que todavía eran capaces de producir un rock más mutante como el de las influencias del post-punk ruidista neoyorkino que se escuchan en "Subbacultcha" y algo en ‘Space (I Believe In)’. Eso y mucho más es “Trompe Le Monde” en sintético: Un aura de canciones viscerales, pero contenidas, al menos lo suficiente como para llegar a caer en la tradición del rock adictivo, con cualidades de himno, rock de canciones del formato pop de más fácil digestión. Los Pixies focalizados como habitando el extremo más accesible de sus emociones. Por mucho que esto haya llegado a significar la despedida de la banda, esto no sucedía por falta de ideas, no hay rastro alguno de aquello en “Trompe Le Monde”. El endurecimiento relativo de la propuesta se puede evidenciar a partir de ‘Planet of Sound’, donde la acidez y la crudeza toman protagonismo, entrando en juego la distorsión guitarrera sobre bajos inmutables y una voz eminentemente rockera arropada hacia el final por coros, cortesía de Kim Deal. Que otra cosa sino reforzar lo que fue la fortaleza más grande del grupo. ABRASIVO-POP ‘Trompe Le Monde’, el tema que abre el disco a modo de deliciosa pieza de lo que podríamos llamar power-dream-pop acelerado, voz dulce sobre guitarras tremendamente pegajosas, no podemos negar que es un tema que engancha a la primera. También ‘The Sad Punk’, un nombre acertado que engloba baterías rotundas y distorsión salvaje en un himno de hardcore sui generis en el que Francis da rienda suelta a su vena más agresiva con remansos de calma y jugueteos con la rítmica del tema. En otra avenida sónica, se encuentra ‘Bird Dream of the Olympus Mons’, que siempre ha sido una de mis temas favoritos de este “Trompe Le Monde”, un trozo elocuente de su peculiar sensibilidad pop. Es como más "pop" en el sentido de los Velvet Underground donde también caben Jesus & Mary Chain, todo esto acompañado de letras brillantes, crípticas, surrealistas, absurdas, geniales... dependiendo de quién las lea. Pero si hablamos de homenaje a Jesus & Mary Chain, aquí en “Trompe Le Monde” Pixies también hacen una antológica versión para su ‘Head On’. A sólo unos años de la versión original parece ser una elección extraña aunque en realidad, su alto voltaje sirve como pieza central del álbum y define la estética sónica de la banda en el momento de la creación del “Trompe Le Monde”. ‘Head On’ llega a superar el original, haciéndolo más instantáneo y coreable. A pesar de que se diga que "Trompe Le Monde", sea más débil que los discos de Pixies más re-conocidos como "Surfer Rosa" y "Doolittle", este es uno de mis discos favoritos de Pixies. En "Trompe Le Monde" es donde regresan al sonido punk abrasivo de sus primeros álbumes -solo que mejor granado- mientras que la experimentación con nuevos estilos recede un tanto. Pero en el mundo Pixies nada se pierde. CODA Debemos darle gracias a ellos por un montón de cosas. Que hayan influido creativamente en bandas como Nirvana y Radiohead y por ser de los grupos mejor asumidos en la memoria de Alt-Rock en los Estados Unidos. Y también porque después de “Trompe Le Monde” -contabilizando hoy día seis años que llevan reunidos- hayan acordado no grabar nada más, para que quede este como la bajada de cortina final de una época. Un 1991 que se convierte en un año bisagra por el solo factor "Pixie". Alfredo Lewin Tags #Pixies # Frank Black # Kim Deal # David Lovering # Joey Santiago # Trompe Le Monde Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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