Paul McCartney Good Evening New York City Martes, 17 de Noviembre de 2009 2009. Hear Music Paul McCartney rescató el espíritu de los Beatles en un par de conciertos con los que inauguró el nuevo estadio de los Mets hace seis meses, adquirido hoy por una corporación bancaria- el signo de los tiempos. Esta experiencia se llama “Good Wvening New York City”, un doble álbum que se publica ahora acompañado por un DVD. Hay dentro de las imágenes que rescata este mismo DVD un momento en que se rememora el histórico concierto de Beatles en Nueva York (1965) durante ‘I’m Down’, un tema en el que se puede ver a los entonces jóvenes músicos dando rienda suelta a su vena más rock and rollera en el Shea Stadium, con el inolvidable John Lennon tocando el órgano con el codo. Y es aquí en donde se dibujan todos los paralelismos. ¿Por qué el rescate Beatles? No es solo cuestión del repertorio que contiene mucho de los sesenta sino más bien es por el escenario mismo de las actuaciones, uno propicio para invocar la magia de los “Fab Four”, ya que este nuevo estadio inaugurado viene a sustituir al Shea Stadium, el mismo que los Beatles visitaron con un espectáculo ofrecido en agosto de 1965 ante más de 50 mil personas. Ese concierto, mítico para los fans dedicados, duró apenas media hora y los gritos impedían escuchar la música del grupo, que salía por unos parlantes que ahora se ocuparían en una kermesse de colegio. Con todo lo mal que haya sonado hace 45 años, la actuación pasó a la historia como el comienzo de la era de los conciertos en grandes espacios. “Good Evening New York City” es un completo recorrido por el apabullante cancionero de Paul McCartney, planteado con inteligencia -para no sonar como pura nostalgia Beatlesca- y sobretodo con oficio. Aunque poco hay que apuntar que no faltan sus éxitos setenteros y temas de sus producciones en el siglo XXI. Llama la atención la inclusión de ‘Highway’ y la optimista ‘Sing the Changes’ -con homenaje a Barack Obama incluido-, dos de los temas que hacen diferente este en vivo de todos los anteriores de Paul, porque pertenecen a lo más reciente de su discografía. Es importante recalcar las diferencias que pueda tener esta entrega en vivo con otras anteriores porque un nuevo disco de McCartney ya no es nada nuevo a estas alturas; desde que empezó a tocar los clásicos de The Beatles de manera regular en sus shows, Macca no ha parado casi de forma anual de lanzar discos y DVDs en vivo. Este es el sexto álbum en vivo desde 1990 -la mayoría con versiones idénticas de ‘Hey Jude’ y ‘Live and Let Die’- sin embargo, es en el que vale la pena destacar la inclusión de un urgente versión de ‘Day Tripper’ que había sido tocada en contadas ocasiones después de los sesenta y’ A Day in the Life’, en la que McCartney hace las partes de Lennon y las propias. Está claro que McCartney no pretendería competir con las canciones de los Beatles, que dominan los momentos de máxima intensidad del concierto, desde el comienzo, con ‘Drive my Car’, hasta el final, con ‘The End’. Y por supuesto no se olvidaría de sus compañeros fallecidos, John Lennon y George Harrison. Al primero le dedicó una emotiva versión de ‘Here today’ y un "medley" con la ya mencionada ‘A Day in the Life’ que se engancha con ‘Give Peace a Chance’ y al segundo le dedicó como ya es usual ‘Something’, que comenzó cantando con un ukelele y acaba tocando con toda la banda. Otro momento en que todos los lados musicales del propio se revelan, es cuando interpreta la calma de ‘Yesterday’ con una guitarra acústica y seguidamente acomete la súper agresiva ‘Helter Skelter’. Lo que hace de “Good Evening New York City” algo especial es su valor como un registro histórico más que otra cosa. Formateado en un doble CD con DVD, el eternamente joven McCartney y su banda hacen un viaje durante casi tres horas por la memoria musical y emotiva del siglo XX: desde Beatles hasta Fireman no hay base que deje sin cubrir -muy apropiada referencia a que el Citi Field es una cancha de baseball. Aunque el set list que se escucha en el doble CD es exactamente el mismo del DVD, en el audio del disco se editan todas las presentaciones e introducciones de canciones lo que le quita un poco de vida a la continuidad del show en vivo, ese que se quiere escuchar, no ver. Por ejemplo solo viendo el DVD uno se entera que el último músico en actuar en el Shea Stadium antes de que el recinto fuera demolido fue el neoyorquino Billy Joel, quien aparece en la parte final del concierto como invitado en piano colaborando en una musculosa versión de "I Saw Her Standing There". Casi medio siglo más tarde de su épica Beatlesca, Paul McCartney -que no ha perdido mucho de su voz ni menos en su entrega- vuelve a saltar a escena en un espectáculo visual y sonoramente demoledor. El ex Beatle se plantó bajo los focos durante tres noches en las que deleitó a 120.000 personas junto a una banda súper afiatada integrada por los guitarristas Rusty Anderson y Brian Ray, el teclista Paul “Wix” Wickens y el baterista Abe Laboriel Jr. En todo caso esto nunca será lo mismo que escuchar a los Beatles, pero McCartney demuestra que el espíritu de aquel prodigio persiste en unas canciones memorables. El hombre debe de ser, de los que aún viven, el músico de rock pop más trascendente del siglo XX. Instalado en esa condición de la que él es más consciente que nadie, Paul McCartney elige algunos símbolos para potenciar su música y para ratificar su grandeza, en un rasgo perdonable de megalomanía. Y es justamente el porque se justifica esta nueva entrega en vivo. Aquí lo escuchamos y lo vemos rockeando en Nueva York por enésima vez pero ahora rodeado de 15 cámaras y de 75 camaritas móviles cedidas a los espectadores para que entregaran su óptica personal en el registro del DVD. Paul McCartney parece estar trabajando para la posteridad desde que era adolescente: es un amante de las más grandes alegorías del rock & roll y sus correspondientes simetrías, desde la re-visita al Shea Stadium donde alguna vez comenzó todo en los Estados Unidos hasta la inclusión para el final de la suite de ‘The End’, la que cierra “Abbey Road”, el tipo hace que una multitud vuelva a cantar con la triste sabiduría de "El Final”: "El amor que recibes es igual al amor que das". Solo el bueno de Paul podría volver a contarlo. Alfredo Lewin Tags #Paul McCartney # Beatles # 2009 # New York # Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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