Beck

Sea Change

Domingo, 24 de Septiembre de 2023

2002. Geffen/Universal

(Publicado originalmente en 2002)

Un cambio de marea para Beck. Baja para Beck, bajón para Beck Hansen, se repliega él mismo en la marea que se lo traga y nos llegan 12 canciones como una sorpresa. De hecho el primer tema de este oleaje que retrocede y se guarda tiene una aire a 'No Surprises' de Radiohead. Bueno, imagino que sabrán que Nigel Godrich se amigó bastante con Beck Hansen (en el tiempo de "Mutations"-98) y terminó produciendo este disco y por mucho que Beck ahora esté en gira y su banda de apoyo sean los Flaming Lips, el álbum fue grabado por la banda que acompaña a este gran artista desde 1996, justo en ese peak que se llamara "Odeley". Luego llega 'Paper Tiger' que viene adornada de cuerdas/orquesta y efectos que la hacen sentir un poco más arriba -majestuosa-; a eso agréguenle guitarras bluseras y un coro muy Nirvana, por decir algo.

El disco de 1999 "Midnite Vultures" era tan funky que esto para mí es sorprendente y obviamente responde a un estado de ánimo muy personal del cantante. Hasta donde se puede saber, Beck es bastante reservado en lo que a su vida privada respecta, "Sea Change" es una nueva marea que provocó el quiebre sentimental con su pareja de años. Bien sabemos que ese dolor puede tornarse insoportable y al menos Hansen tiene en esta hermosa, melancólica y triste producción, una buena terapia. Si bien es cierto que tanto en sus disco independientes (como el "One Foot in The Grave") o corporativos para Geffen ("Mellow Gold") el hombre ya componía temas que sonaban a decepción... pero ¡nunca doce seguidos!

El sarcasmo de 'Guess I'm Doing Fine' es evidente con un hermoso country folk adornado de un piano tremendamente elegante, mientras que el timbre y la tonalidad es parejo y por momentos monótono. Luego la épica -si lo quieren ver así- de casi 6 minutos, 'Lonesome Tears', que recuerda a ese Dylan subterráneo y enfermo de alienado pero que ahora se podría pegar con cualquier tema del "OK Computer". Si "Odelay" convirtió a Beck en un chico cool, para tenerlo de poster en la muralla, ya había dado indicios de un quiebre emocional en el 98 con "Mutations", que rápidamente fue sucedido por una contra-parte, el opuesto que fuera el disco del 99 que ya mencioné arriba. "Mutations" es el antecedente de "Sea Change", un álbum purista de folk y Beck sabe como hacerlo de maravillas, el detalle es que ahora suena realmente triste y cansado, desesperanzado, como la lucha por una causa perdida; eso es más o menos 'Lost Cause', el primer single, dicen algunos que está dedicado a Wynona Ryder. Depresivamente bello, algo que también -haciendo la relación más obvia con el productor Nigel Godrich- me recuerda a Travis.

Al llegar a 'End Of the Day' nos topamos con algo realmente bello, tristeza infinita, pero ojo que aunque el disco ya se pueda adivinar a la altura de la sexta canción como parejo y de una sola textura, hay muchos tonos menores y quiebres con una cantidad de instrumentos que maquillan la simpleza de una canción folk pop. Beck y "Mutations" o ahora "Sea Change" son discos inclasificables, nunca se le ha podido dar un rótulo determinado a su música. El mismo artista lo definió como suena en 'It's All In Your Mind' como electro-blip, symphonic string, depressive rollercoaster record. Se escuchan esos toques a la Radiohead onda Airbag o Bjork en el disco "Vespertine".

Siendo evidente que es folk de corazón en un arranque de un tema como 'Round the Bend', Beck te envuelve con esa demoledora sección de cuerdas como un alma en pena, o mejor dicho queda penando con una profundidad espiritual, desgarradoramente descarnada. ¿Para qué presionan a Beck que ahonde en los problemas que lo aquejan y le inspiraron a escribir "Sea Change"? Al llegar al track 9 nos encontramos con la más corta y si quieren "arriba" del "Sea Change", pero ya estamos casi muertos con la experiencia anterior, se llama 'Already Dead', con un tenor más optimista, mucho más simple y corta que las demás, como uno de esos grandes temas de James Taylor en sus tiempos de oro, y Beck se alza como un poeta de tremenda lucidez y brutal honestidad.

Ni mucho más que decir, la gente que aún esté esperando que en las tres canciones restantes -'Sunday Sun', 'Side of The Road' y 'Little One'- llegue un cambio de marea y se iluminen con ese aire de pasarlo bien, tan típico de Beck, no lo va a encontrar. Sólo escucharán más de una producción impecable, que en 'Sunday Sun' termina catastrófica y aún así la claridad de estar en frente a un gran álbum del 2002 es total. Es el mejor disco de la década para Beck Hansen, el primero en rigor. Seguramente "Sea Change" quedará en lo anales de los grandes álbumes de Beck, porque un tema como 'Side of the Road' es simplemente macizo, melodía prístina y sentimiento puro.

Al llegar al cierre de 'Little One', susurra toda la melancolía contenida en los 11 tracks anteriores, el animal de las fiestas rapeadas, cuasi-cómicas, funky psicodélicas y beatlescas se ha anotado un Perfecto Negativo a lo anterior, con claridad de un hombre que vive en una retrospección de purgatorio. "Sea Change" podría haber sido minimalista, aunque Hansen optó por grandilocuentes arreglos y efectos; no obstante se siguen escuchando las canciones como desnudas, en los HUESOS más bien dicho, y se llega a convertir en algo narcótico si lo escuchas muchas veces seguidas, y aunque no resuena con la paranoia de Radiohead, queda claro que Beck Hansen confiesa por vez primera que No Todo Está Bien y quizá tampoco lo estará en un futuro cercano. Como siempre, Beck con más de 10 años de carrera, es un bizarro impredecible, el trovador que carga una pena inmensa, ojalá que en las giras al menos la esté pasando bien a costa de otros temas tan divertidos y energéticos que bien le conocemos. Ojalá se pase la pena.

Alfredo Lewin