Faces A Nod Is As Good As a Wink... to a Blind Horse Martes, 17 de Noviembre de 2020 (Publicado originalmente en julio del 2011) 1971. Warner Si tuviera la oportunidad de hacer una gran fiesta, en donde pudiera invitar a cualquier rockstar de la historia, no podría elegir a sólo uno, tendría que llevar a 2 sí o sí. Para asegurarme un buen rato, ni Rod Stewart ni Ron Wood pueden quedar fuera. Qué digo “un buen rato”. ¡El mejor de los ratos! Juntos han hecho de todo, han dejado la escoba dónde y cuándo han querido. Han rocanroleado como pocos. Y son 2 tipos tremendamente simpáticos. La gracia es que eso se perciba a través de sus discos, lo que ambos han logrado a lo largo de casi todo su historial. Primero en el Jeff Beck Group, donde Jeff Beck era la gran estrella, pero de la nada, su vocalista y su bajista comenzaron a robarse la película en escena, y tomaron caminos distintos. Se unieron a lo que quedaba de los Small Faces y crearon esta súper banda, que funcionó simultáneamente con la carrera solista de Stewart, en la cual nuevamente estuvo acompañado de Wood. Así se desarrolló una de las parejas más rocanroleras de todos los tiempos. Luego se separarían, con la partida de Ron a los Rolling Stones. Pero esa es otra historia… Faces intentó demostrar su valor propio, y no sólo el cartel de “herederos de los Small Faces”, marcando un estilo despojado, sucio y pachanguero desde el inicio. Su placa debut, el “First Step” de 1970, tenia grandes canciones. Verdaderas joyas, como ‘Three Button Hand me Down’ y especialmente la inmortal ‘Flying’. A la vez, Stewart seguía con su trabajo como solista (revisen el “Every Picture Tells a story”). Faces salía a la ruta y para 1971 ya era una de las mejores bandas de rock & roll en escena. Todo sucedía muy rápido. Rod Stewart comenzó a crecer como frontman, por lo que sus trabajos solsitas eran muy esperados y buscados, mientras que Faces en cosa de meses editó 2 placas perfectas: “Long Player” primero, y “A Nod is as Good as a Wink…”, después. Es bastante obvio que no se puede hablar de un álbum sin referirse al otro. Reflejan casi el mismo momento en sus carreras. “Long Player” traía grandes canciones como ‘Bad N’ Ruin’, ‘Had me a real good Time’, la balada ‘Sweet Lady Mary’ y la versión de ‘Maybe I’m amazed’ de Paul McCartney. Parecían tenerlo todo, pero no era así: giras a tablero vuelto, grandes discos, cientos de miles de fans, un frontman carismático como pocos… pero tenían la necesidad imperiosa de dar un golpe. Les faltaba un éxito, un clásico, una canción que los llevara a la cima. Y esa vino en este tercer trabajo, rápidamente catapultado al éxito tras el boom generado por ‘Maggie May’, el arrasador éxito de Rod Stewart solista. Ese éxito se llama ‘Stay with me’. Hoy, sin las referencias de la época, es una canción que sigue sonando demoledora, entretenida, fiestera. Tengo la suerte de haber escuchado rarísimas grabaciones de Faces en vivo, y ‘Stay with me’ suena igual. Es un desorden, una fiesta permanente, una invitación a desbandarse. Un riff impecablemente sucio, para meterse de lleno en un rock & roll como pocos. Un piano tan denso como el que alguna vez puso McCartney en ‘Come together’ y que tanto le gustó a Lennon, pero aquí obviamente tiene mucho más ritmo, y está en otro contexto. Stewart canta, luego anuncia la entrada de la guitarra de su compadre Wood, y vuelve para decirle a su chica, una tal Rita, “quédate conmigo… esta noche mejor quédate conmigo”, para finalmente recordarle que “no estés mañana cuando me despierte”. Lo que los Stones hicieron con ‘Let’s spend the night together’ en 1967, tan intencionalmente atrevido, suena casi inocente ante la desfachatez de Stewart y sus secuaces. Claro, son 4 años después, pero de todas maneras sorprende y agrada la actitud del tema. Termina este manifiesto con una frase para el bronce: “hey, what’s your name again?”. La batería de Kenney Jones hace una especie de anuncio antes de acelerar el asunto y desatar la fiesta. Éste es el momento del desbande, lo que mejor encarna el espíritu Faces, y, lógicamente, de Rod Stewart y especialmente Ron Wood, ambos compositores de este clásico. El espectacular cierre que tiene ‘Stay with me’ es ya todo un clásico, pues deja esa sensación de que sigue, sigue y la banda no la quiera terminar nunca, mientras lo dejan absolutamente todo en el escenario. Desafío de alguien a encontrar un tema tan transpirado como éste en la escena rockera de 1971. Todo lo que podamos decir de ‘Stay with me’ es poco. Demasiado grande. Para caerse de espaldas. Ése fue su número uno, el que los puso en órbita, y que los mantiene inmortales hasta el día de hoy. Pero eran mucho más que un gran éxito. ‘Miss Judy’s Farm’, la apertura, es una canción tremendamente bien hecha, con un piano irresistible, una melodía que cubre todo el espacio mientras queda siempre la duda de quien lo pasa mejor: la banda o el auditor. Estas canciones para escuchar con la ventana del auto abierta son así. ‘You’re so Rude’ está cantada por Ronnie Lane, el otro cerebro de esta banda, y la compuso junto a Ian McLagan, tecladista el grupo. Suena mucho más desafiante, pese a la gentil voz de Lane. Parece incluso un desafío a sus compañeros, Ron & Rod, quienes claramente tenían un camino propio mucho más definido. Sin embargo, tan malas las relaciones no eran. Faces fue hasta que Lane se fue (2 años después) una pandilla de amigos que dejaban la grande para donde iban. En ese sentido, una hermosísima canción como ‘Love lives here’ suena conciliadora, adecuada y encaja perfecto, porque le da un equilibrio a la placa para que no todo sea descalabro, sexo o rock & roll. ‘Last Orders Please’ suena mucho más rocker, y otra vez tiene a Lane en voces, que tenía el mérito de sonar como Harrison cantando en los Rolling Stones, pero sin sonar así de desajustado. Aquí todo hace sentido, y el sonido, los ritmos, la onda y el permanentemente sensacional piano de McLagan crean un sello distintivo no sólo para esta entrega, sino que para toda la carrera de Faces. Este alegre tema termina para dar paso a ‘Stay with me’, con la cual no me extenderé más. ‘Debris’ es otra vez Lane. Pero éste es Lane a la altura de los mismísimos dioses, con una maravilla melódica, nostálgica. Su voz sigue sonando como la de Harrison, pero ahora parece un tema Beatle. Está claro entonces porqué brilla y vuela tan pero tan alto. Es de esas joyitas que se disfrutan tanto que uno no se da ni cuenta como pasa, y sin ser precisamente un tema corto, pasa volando, con una delicadeza única. ‘Memphis’, el siguiente track, es un cover a Chuck Berry, que si bien tiene un innegable a rock & roll de fines de los cincuenta, termina pareciendo un tema propio, con un gran trabajo en guitarras, y un impecable manejo de los tiempos. Hace un cover deliran Chuck no cuesta mucho. Pero hacerlo especial, claro que cuesta. Ni siquiera los Beatles pudieron sacarle el sello Berry a sus respectivos covers. Faces lo hace. Con maestría. Con personalidad. Y con una patudez asombrosa… Es curioso, un conjunto tan rocanrolero como éste, con tantos puntos en común con los Rolling Stones, tiene aires de Liverpool por todos lados. No en tdas las canciones seguramente, pero tampoco es menor el dato que hayan hecho grandes covers tanto de McCartney como de Lennon, aunque nunca de los Fab Four. ‘Too Bad’ es una canción sin tanta presencia beatlesca. Es más bien un rocanrol descarado, irrespetuoso, rápido, ágil. Muy Faces. Esas típicas canciones para tocar en vivo y armar una fiesta en menos de lo que canta un gallo. Es tan contagiosa. ¡Y tan corta! “Lo único que nosotros queríamos era sociabilizar”. Tremenda frase, tan gráfica de un grupo así. La última de las joyits se llama ‘That’s all you need’, que además de tener tanto de Led Zeppelín (en su periodo posterior al 71), parece ser la guía elemental de los Black Crowes sobre cómo hacer canciones y cómo sonar. La guitarra colapsa los parlantes con su distorsión, tanto que llega a hacer dudar de si el disco está rayado, o si la grabación es original… Brillante. Las repercusiones de este disco no fueron tan buenas como debería imaginar uno. El grupo fue mucho más famoso, pero Rod Stewart complementó aquello con su carrera solista, y terminó por convertirse en una figura elemental de aquellos años. Eso terminó alejando a Ronnie Lane, y desanimando a sus otros miembros, hasta que la partida de Wood a los Stones dio todo por finalizado. Faces fue una banda que entregó mucho. Mucha música, mucho talento, mucho sudor, mucha diversión y a 2 de los tipos más desordenados de la historia del rock. Pensar en Rod Stewart es pensar en pasarlo bien, y Ron Wood… bueno, todavía está luchando contra sus adicciones. Claro, alguna vez mi viejo me dijo “imagínate, llamarse Ron es condenarse para siempre. Es como llamarse Vino Pérez, o que tú te llamaras Cognac Cornejo”. Toda la razón. Con ese nombre, no podía ser de otra manera. Eso fue Faces. LA banda para pasarlo bien. Pueden gustarte o no. Pero de pasarlo mal, ni hablar… Sencillamente imposible. Juan Ignacio Cornejo K. Tags #Faces # The Faces # A Nod Is As Good As a Wink... to a Blind Horse # Glyn Johns # Rod Stewart # Ronnie Lane # Ronnie Wood # Ron Wood # Ian McLagan # Kenney Jones Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. Ultimos Contenidos Rock Clásicos Thin Lizzy Domingo, 26 de Marzo de 2023 Rock Noticias Sorteo: H-Sur presenta el espectáculo ''Timeless'' Sábado, 25 de Marzo de 2023 Rock Clásicos Deep Purple Sábado, 25 de Marzo de 2023 Rock Articulos Megadeth: Sed de venganza Viernes, 24 de Marzo de 2023 Rock Discos Depeche Mode Viernes, 24 de Marzo de 2023 Rock Shows Panico: acción y velocidad Viernes, 24 de Marzo de 2023 Rock Noticias En formato acústico: Hidalgo se suma a concierto de Soen Viernes, 24 de Marzo de 2023 Rock Clásicos Motörhead Viernes, 24 de Marzo de 2023