U2 No Line on the Horizon Viernes, 27 de Febrero de 2009 2009. Mercury/ Island/ Interscope Todo buen disco no se digiere la primera vez que se escucha, o al menos eso es lo que nos dicen. Con “No Line on the Horizon” la situación es confusa, no se sabe si es el mejor trabajo de U2 en años, o un modo forzado de ver a los irlandeses desde otra perspectiva o un tongo que Bono y sus secuaces (incluido Lanois) han sabido vender. La presentación de ‘Get on Your Boots’ como primer single tampoco esclarecía nada al respecto. Si ‘Vertigo’ no hablaba de lo que era “How To Dismantle an Atomic Bomb”, era muy probable que aquí se repitiera el caso. La matemática es simple: tirar el rock and roll a la parrilla para dar solo un aperitivo, una pequeña concepción, de su esperado undécimo álbum de estudio. Las influencias en “No Line on the Horizon” son múltiples, con Edge tocando su guitarra con la familiaridad que todo fan de U2 reconoce, rompiendo sus límites y yendo a distorsiones pesadas, con Bono cantando con lo que da su voz, más una suma del synth de los 80, gospel (cómo no), y una pomposidad poco vista en la banda, y canciones que superan la barrera de los seis minutos más la utilización de bronces que le quitan toda esa simpleza con que han sabido conquistar a su público. A grandes rasgos, los 11 temas parecieran en la superficie gozar de una gran independencia, pero, en realidad, forman parte de una gran búsqueda espiritual. Un desafío con el cual plantearse a futuro. Pero, a estas alturas, todo aquello que involucre lo espiritual en U2 resulta empalagoso. El corte que da inicio, ‘No Line on the Horizon’ es prometedor (casi fantástico cuando se considera de forma individual, sobre todo cuando Edge rasguea con fuerza las cuerdas, está cerca de lo épico), tiene algunas referencias a la guitarra de ‘Mysterious Ways’, y además cuenta con una gran base de sonidos electrónicos cortesía de don Brian Eno. Bono canta como nunca se le ha oído, casi exclamando, a lo que además se agregan unos juegos de voces muy pero muy pegadizos. Lo que pasa en ‘No Line on the Horizon’ es lo mismo que con ‘Vertigo’ o con ‘Beautiful Day’, todos los primeros cortes de sus últimos registros: no hay que dejarse llevar por su estilo, porque, claramente, lo que vendrá no será similar. Y ahí radica uno de los mayores talentos de U2 en el momento de elegir el inicio de sus obras, saben atraer, saben capturar. Salvo que aquí, como veremos, pierden la capacidad de retener a su presa. Luego llega ‘Magnificent’ con un engañador comienzo (parecía la ‘Seven Nation Army’ de U2, pero no lo es), que aúna sonidos synth y el minimalismo de las cuerdas de Edge en un comienzo, para pasar a un tono más bailable y pop y hasta catwalk, en lo que va directo a convertirse en himno de estadio. Hasta aquí, el rock pop con que se definió a U2 en sus dos últimos registros parece haber evolucionado, y de gran manera. ‘Magnificent’ suena como una especie de bienvenida a una nueva época, más entusiasta, más brillante. Y, cuidado, que incluso puede resultar adictiva. Sin embargo, junto con la insufrible ‘Moment of Surrender’, el disco se cae sin remedio. En este momento, llega el reverendo Bono a predicarle al mundo, tomando precisamente el canto afroamericano como inspiración para aquel gospel que viene tratando de componer hace años. Pero aquí cae en lo literal, lejos de aquel intento de ‘I Still Haven’t Found What I’m Looking For’, en el cual también pretendió conformar su propia perspectiva sobre el gospel. En ‘Moment of Surrender’ predomina el sonido de un órgano de capilla y una constante y repetitiva línea de bajo. A pesar que Bono sí se encuentra en un gran nivel vocal, la canción es demasiado extensa en contraste con sus dos antecesoras (siete minutos y medio), causando efectos sedantes y un ánimo irremontable. La larga duración de ‘Moment of Surrender’ acá se convierte en regla. En ‘Unknown Caller’, un tema que se extiende por seis minutos, la banda canta al unísono en el coro, sobre un lecho de sonidos que también se mantiene en constante repetición tal como en el track anterior, hasta que llegan unas adiciones con instrumentos de bronce que simplemente suenan excesivas. Aquí el álbum toma una línea definida, pero la sorpresa hace rato que no hace su entrada. Todo sentido de identificación se desaparece. La parsimonia sólo termina con la llegada de ‘Get on Your Boots’, que, a estas alturas, es totalmente necesaria. Dentro de este contexto, suena como un refresco total, como si el reverendo Bono Vox hubiera escuchado las oraciones de su gente intercediendo ante Dios por un remezón. Este espíritu se conserva en ‘Stand Up Comedy’, aunque tampoco logra entregar un aporte relevante al concepto general de “No Line on the Horizon”. ‘Fez-’ es el particular encuadre que tiene U2 sobre la psicodelia, y su segunda parte ‘Being Born’ (que forman parte del mismo track) sigue sonando como si fuera un latoso sermoneo. Y ya para esta canción número ocho, está claro que todo el potencial que los dos primeros temas podían darle a “No Line on the Horizon” está disuelto. ‘White as Snow’, como ‘Unknown Caller’, también suena muy grandilocuente, ‘Breathe’ toma el riesgo de empezar como una improvisación, hasta llegar al U2 que aquí se inventó y probablemente terminó, y, finalmente, ‘Cedars of Lebanon’, encuentra a Bono en una faceta más íntima, casi susurrando, con una referencia a ‘Wanderer’ en aquella búsqueda de redención. Hay que reconocer que U2 ha tomado un enorme riesgo en “No Line on the Horizon”, particularmente por sus ganas de experimentar y de redefinirse a cara de una nueva década en el siglo XXI. Bono buscó otros límites en su voz, The Edge también ha probado que puede añadir nuevas melodías a su amplia gama de sonidos, Mullen sigue correspondiendo con esa fuerza que lo caracteriza y Clayton no pierde un ápice de su estilo. Pero cuando se impone una búsqueda personal a lo universal, enfrentándonos al aspecto que causa más hastío de U2, y cuando su facilidad para hacer muy buenas canciones se pierde en una línea sonora monótona, no hay deidad que se los perdone, ni siquiera nosotros, los simples mortales. María de los Ángeles Cerda Tags #U2 # 2009 # Bono # The Edge # Adam Clayton # Larry Mullen Jr. # U2 Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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