Zakk Sabbath Vertigo Miércoles, 23 de Septiembre de 2020 2020. Magnetic Eye Records El 13 de febrero de 1970 marca un antes y un después en la historia de la música. La campana fúnebre, la lluvia y el tritono que se escuchan en el debut de Black Sabbath son el big bang para el heavy metal tal y como lo conocemos, uniendo el relato ocultista de Coven con el blues pesado de Blue Cheer, Cream o Led Zeppelin a fin de crear algo diferente, mágico e irresistible. De esos surcos nacieron estilos y bandas completas, todos marcados por la huella imborrable que Bill Ward, Ozzy Osbourne, Gezzer Butler y Tony Iommi dejaron como el testamento de una época. Siendo un disco que ha envejecido tan bien, ¿hay alguna necesidad de actualizarlo? Para la banda, ciertamente no porque captura el momento álgido de una química y, por qué no decirlo, de una inocencia que jamás podrá ser replicada. Sin embargo, para un alumno tan aventajado de la escuela sabbathica como Zakk Wylde, el esfuerzo vale la pena. Como mano derecha del Príncipe de las tinieblas, Wylde conoce al revés y al derecho el catálogo de los de Birmingham, así que nadie podría dudar de sus credenciales. Esa misma naturalidad le da un valor agregado a su proyecto Zakk Sabbath e, incluso, los más entusiastas podrían afirmar que es más que una banda tributo. Se formó en el 2012, cuando Wylde y el bajista Robert Nicholson, Blasko para los amigos, se juntaban a ensayar en el tiempo libre. Tras la llegada de Joey Castillo (ex Danzig, ex Queens of the Stone Age, ex Eagles of Death Metal), las cosas se fueron dando hasta que empezaron a girar e incluso lanzaron el EP “Live In Detroit” (2017), en el que prueban que lo suyo es reverenciar los clásicos imperecederos de los padres del heavy metal, como se muestra en el emocionante video de ‘War Pigs’. Tres años después, Blasko, Wylde y Castillo se sumergen atrevidamente en el debut de Black Sabbath y titulan esta camada de rendiciones como “Vertigo” (2020), en honor al sello que cobijó al combo inglés en sus inicios. La campana fúnebre, la lluvia y el tritono de ‘Black Sabbath’ reviven cinco décadas después para envolver al auditor en su tétrica atmósfera, con tonos más bajos y un sobrepeso evidente que el trío le impone a una canción que siempre estuvo hecha para ser mastodóntica. Cuando baja hacia la oscuridad, de inmediato se advierten esos pequeños matices que enriquecen la experiencia, como el efecto acuoso de la guitarra limpia que no está en la original y, cuando esta se levanta, escuchamos a un Wylde con las mismas inflexiones quejumbrosas de Ozzy, hasta que todo estalla en el riff de la sección media y un desarrollo más explosivo hacia el final. La estructura es la misma, pero con la rúbrica metálica de la actualidad. En general, hay pocas diferencias, pero en ciertos cortes se nota un barnizado llamativo, como en ‘The Wizard’. El mago de Black Sabbath era místico, arcano y rústico, mientras que el de Zakk Sabbath es retorcido, extrovertido y musculoso, con un dejo de blues trasnochado, los armónicos rechinantes de Wylde plagando cada espacio y unos deslizamientos por el puente de la guitarra que añaden energía. El trabajo de Blasko en la siguiente ‘Wasp / Behind the Wall of Sleep’ es preciso, pero es menos protagonista que el de Geezer Butler, quien se hacía notar con figuras que bebían de su admiración por Jack Bruce de Cream. En su lugar, Blasko no sobresale tanto entre los torrentes de guitarra, aunque sí elabora un soporte macizo. Es recatado incluso cuando tiene que brillar en ‘Bassically / N.I.B’, con una leve distorsión que lo hace correr a la par de esas seis cuerdas que se explayan hacia el final, irradiando personalidad y estilo. Por su parte, ‘Wicked World’ exhibe un tratamiento más cercano a la versión en vivo de ‘Live At Last’ (1980), grabada en el Rainbow Theatre de Londres el 16 de marzo de 1973, y que también está presente en el cd 1 de “Past Lives” (2002), todo gracias a un riff muteado que galopa de manera alucinante, permitiendo apreciar el cariz más pesado de la guitarra de Zakk Wylde entre tanta pirotecnia. También es el momento para notar los contrapuntos entre la técnica de Castillo y de Ward, y cómo el influjo del jazz es una pieza clave en la obra de Black Sabbath. La voz de Ozzy, los riffs de Tony y las líneas bajo de Geezer se pueden usar como plantilla, pero imitar a Bill es casi imposible, por lo que Joey da todo para agregar sus propios colores y calzar los golpes de manera inspirada, compacta y seca, especialmente en el portentoso remate del álbum, ‘A Bit of Finger / Sleeping Village / Warning’. La unidad de equipo aflora y se nota a leguas de distancia que este es un trabajo genuino, de hecho, es refrescante escuchar una actualización de una canción que no es tan tributada, lo que ya es difícil para una banda que cuenta con tantos homenajes. Para muchos, el proyecto de rememorar una placa tan importante para el mundo del rock podría ser un salto al vacío. “Black Sabbath” (1970) es legendario y, como tal, merece el mayor respeto posible, aspecto que Zakk Sabbath cumple con creces. Los más críticos dirán que es “innecesario” y los dardos iban a llegar si el disco se alejaba o se distanciaba mucho del original, comentarios bastante conservadores para un disco que es una revolución en sí mismo. Al fin y al cabo, este registro aplaca toda la mala leche que pueda haber en su contra y emerge como una escucha cautivadora que pasa todas las pruebas de la blancura (o de la negrura en este caso) por su calidad indiscutible, su entrega apasionada y, especialmente, por su sentido de la diversión. Sería iluso argumentar que “Vertigo” (2020) acercará a Black Sabbath a las nuevas generaciones porque su catálogo está más vivo que nunca, ni siquiera lo necesita. De hecho, son demasiadas las bandas jóvenes que beben directamente de esa fuente inagotable de inspiración, sin intermediarios de por medio. Esto es mucho más sencillo, es un ejercicio interesante de admiración impartida por tres discipulos altamente calificados a las bases fundacionales de un sonido inmortal, una celebración siempre necesaria a esa figura vestida negro que se paró delante de nosotros, nos apuntó y nos miró con sus ojos de fuego. Pablo Cerda Tags #Black Sabbath # Zakk Sabbath # Zakk Wylde # Joey Castillo # Blasko # Robert Nicholson Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. Ultimos Contenidos Rock Noticias El rock se lució en la Semana de la Educación Artística Viernes, 26 de Mayo de 2023 Rock Noticias Celebramos el regreso de The Mars Volta a Chile con pack imperdible Viernes, 26 de Mayo de 2023 Rock Noticias Royal Blood anuncia su cuarto álbum con el single 'Mountains at Midnight' Viernes, 26 de Mayo de 2023 Rock Noticias Carlos Cabezas estrena video con La Banda del Dolor Viernes, 26 de Mayo de 2023 Rock Clásicos Europe Viernes, 26 de Mayo de 2023 Rock Galerias Kraftwerk Viernes, 26 de Mayo de 2023 Rock Noticias 'Devil in Disguise': Rancid presenta nueva canción Jueves, 25 de Mayo de 2023 Rock Clásicos The Cure Jueves, 25 de Mayo de 2023