Jirafa Ardiendo: La importancia es un desafío «Es duro para una banda el hecho de no tocar» Lunes, 18 de Julio de 2022 (Publicado originalmente en revista #Rockaxis220, octubre de 2021) Alejandro Pino y Roberto Estay son el acompañante de ensueño de cualquier amante de la conversación. Siempre dispuestos a entregar su punto de vista con distendidas explicaciones, se complementan con cualquier dato, anécdota o reflexión asociada a Jirafa Ardiendo, el grupo que formaron hace más de 25 años y que, una vez más, renueva su piel. Su actual encarnación queda completada por Nicolás Moreno, Arturo Rodríguez, Felipe Salinas y Sebastián López. «Y sigue el movimiento. Hay incluso movimientos de países entre algunos de Jirafa, y vamos a tener que hacer enroques. En eso estamos», añade el guitarrista. Un cuarto de siglo después de su nacimiento, los fundadores asumen su transformación constante como algo propio, innato, propio de la sobrevivencia y las ansias envueltas en sonoridades. «Estamos bien tercos en tratar de sacar el proyecto adelante, porque además nos motiva. Creo que ahora probablemente las cosas tengan otro tiraje. De nuevo tenemos cambios dentro de la agrupación, que a estas alturas ya no deberían ser tanto un problema, sino que una nueva forma y un nuevo enfoque para trabajar», asegura el cantante. Un dato no menor, pues el conjunto está de vuelta. En el estudio y sobre el escenario. – ¿Cuáles eran los planes antes de la pandemia, después de aquellos shows de regreso? – Alejandro Pino: De esos seis shows, todo lo que viene es la previa del estallido social, que nos costó caleta volver a juntarnos porque Arturo ya no estaba en Jirafa en esa época, hizo un paréntesis por temas personales y se metió de lleno Felipe Salinas. En ese período empezamos a ensayar y la cosa se extendió tanto que Arturo volvió. De ahí empezamos a ensayar de nuevo, a principios del 2020, para hacer un par de shows y pasa lo de la pandemia. – Roberto Estay: Creo que lo que más se truncó fue el proceso creativo del disco nuevo. Nosotros dijimos «Ya, sigamos tocando». Eso siempre va saliendo en relación a lo que vayamos haciendo: sacar un disco o de algún proceso de celebración, pero el proceso creativo que ya llevábamos –reuniones con productores para ver los temas, cuál será el calendario de cada tema–, todo eso ya estaba más o menos visto. Todo eso se desarmó con lo que pasó. Tuvimos que rearmar todo el proceso de otra manera, algo que estamos haciendo en este momento. Desde aquella presentación de reencuentro en la discoteque Blondie, en noviembre de 2018, pasó un tiempo hasta sentir las olas del regreso traducido en música. ‘Boca, mano, pie’, en el verano del 2020. Después, el coronavirus y las dificultades para concretar sus planes, golpes que bajaron la guardia al interior del conjunto, como lo describe Pino: «estábamos ensayando full antes de la pandemia. Estábamos súper motivados, íbamos a tocar fuera de Santiago, íbamos a México. Y de repente, ¡pum!, el mazazo». Su compañero tampoco tiene mejores recuerdos sobre esos días: «es duro para una banda el hecho de no tocar». – Estaban los 25 años de ustedes, también. – AP: Nuestra idea, antes de la pandemia, era poder trabajar todas las canciones con diferentes productores, con diferentes encargados de arte (el tema audiovisual). Era experimentar y también echarle mano a lo que a nosotros nos gusta también, que es diversificar las canciones en términos creativos, que no todas sean lo mismo. Va a tener una línea Jirafa, pero son estos pequeños “universos” que vamos creando y que al final del proceso, nosotros los juntamos en un disco. – ¿En qué ves estos “universos”? – AP: Apelan también al lado más lúdico que tenemos y de poder procesar todo el ámbito de la canción. De hecho, desde la composición. Se abre la composición también, y empiezan a participar la mayoría de los Jirafa. Hay una cuestión mucho más abierta, que también refleja lo que ha sido el grupo, que es esta diversidad y acercamiento a diferentes estilos. – No puedo dejar de preguntarlo. Ya están de vuelta algunos espectáculos en vivo. Esa apertura de las autoridades esconde también que la ayuda en la pandemia hacia el arte fue nula. – RE: Este Ministerio ha sido de los peores que recuerde. Nunca se dio el énfasis en el trabajador del área. Se dice que la cultura «es algo muy bonito, que hay que cuidar», y la ministra da ejemplos de Francia, de lo bien que se trabaja allá la cultura, que es tan bonita y que hace bien al país y a las personas. Ya, eso está bien, pero no tiene nada que ver con la realidad de aquí. No hay ninguna estructura en el tiempo que pueda sostener una industria. Armamos un gremio allá en la cuarta región, que es como un símil de IMI Chile. En su momento tuvimos juntas y procesos con la Seremi de allá, para ver ayudas, que se hagan catastros, crear ahí algo que no se vea como una competencia entre pares, sino más bien una colaboración. Y ha sido complicadísimo. O sea, tú ves la precariedad máxima de las personas que vivían de la música, por eventos. Esas personas quedaron en la calle. Hicimos colectas para algunas personas, que tienen familias y vivían de eso. A eso le agregas los recortes de presupuesto. – AP: Uno al final dice «ok, qué se le va a hacer en un país que ni siquiera es capaz de ver con lupa el tema de la crisis climática», que tampoco es prioridad, pasa por reconvertir la economía, y ahí nos quedamos, nos damos tres vueltas. Y, claro, hablamos de lo verde y las caricaturas de lo verde… pero seguimos en un sistema similar, que solo es capaz de extraer, extraer, extraer. Si no son capaces de ver esto, la extinción humana, menos van a fijarse en cosas que realmente pueden alimentar de otra forma al ser humano. Son miopes, absolutamente. – RE: Sabemos buscarlas por las nuestras. Sabemos sobrevivir. Es lo que hemos hecho en un ambiente de industria musical súper precario desde el 95. Hemos pasado por muchas cosas, con muchos integrantes, muchos procesos, por parás tremendas y vueltas. Eso es parte de nosotros, por lo que sabemos cómo lidiar más o menos con eso. A fines del 2020 fue el estreno de ‘Luminoso sendero’, el segundo single de este período incierto, en que la persistencia de seguir el camino fue más fuerte que la calamidad. Se intentó de todo para no perder el brío de los conciertos, aunque algunos experimentos no se lograron consolidar, como relata Pino. «Nosotros hemos seguido en activo, no es que nos cruzamos de brazos a ver qué pasa. Y en la distancia también se hace más difícil, pensando que ahora estamos en tres regiones distintas. Antes, en el inicio de la pandemia, teníamos dificultades para juntarnos por las restricciones existentes. Entonces, ahí nos comenzamos a juntar más virtualmente, hicimos un par de experimentos de ensayo remoto. Y en este contexto de pandemia empezamos a crear canciones, también». – En la batería hay un fierro de una barricada – comenta Alejandro. – ¡¿En serio?! ¿Cómo fue eso? – Hay un fierro que se escucha y es un pedazo de barricada que saqué en algún momento. Nosotros ensayábamos en Dardignac con Purísima (Barrio Bellavista). Los viernes correteaban a la gente desde Pío Nono y tendían a arrancar hacia Dardignac. Y llegaban los pacos a encerrarlos. Entonces, estábamos literalmente escapando de las lacrimógenas que estaban en la puerta de la sala. Y en algún minuto salí a buscar una cuestión y dije: «¿sabíh qué? El signo de los tiempos, loco. Ponte un fierro y tócalo». El viento no es el huracán A inicios de octubre se produjeron dos hitos en Jirafa Ardiendo. Su regreso al en vivo, presentándose en una intensa performance en una explanada de la Casona Nemesio Antúnez en la comuna de La Reina, siendo acompañados por Los Animales También Se Suicidan. Cerca de una semana más tarde, se realizó el estreno de ‘El camino queda atrás’, single que pavimenta el camino a su próximo disco, el primero desde el aplaudido “Pulmonía” (2008). «Vamos a seguir sacando singles», apunta un entusiasmado Estay. En un punto de la conversación, ambos revelan que ‘Boca, mano, pie’ la terminaron poco antes del estallido social, un remezón a los cimientos de lo que es Chile, redundando en un presente que tiene una nueva Constitución en el horizonte. Ensayando a solo cuadras de Plaza Dignidad, muchas veces fueron testigos directos de todo lo que ocurría en aquella zona. «Siento que había un espíritu que tenía que ver con cambiar el país», acota el cantante. – ¿Qué te parece este proceso constituyente? – AP: Esa visión, ese espíritu del que te hablé, esa esperanza en cierta medida fue moldeada por la política partidista. Y ahí, esa es la lógica que ha seguido hasta el día de hoy, y por eso se tiende a invisibilizar lo otro, pero creo que sigue habiendo una postura vigilante de lo que está pasando. La pandemia mermó mucho de ese ímpetu, la absurda ridiculez del Estado policial también lo mermó. Por eso creo que va a resurgir el tema. – Ale, en una anterior conversación mencionaste que estabas escribiendo un libro. – AP: Lo dejé absolutamente en pausa, de hecho escribí como tres capítulos. Lo estuve viendo con Nuno Veloso, me empezó a explicar cómo podía escribirlo y algo pasó. No me acuerdo del contexto, estoy hablando de una cuestión mía, como que me enfoqué en otra cuestión. Pero tengo tres capítulos escritos. Son capítulos cortos, pero ese libro en algún minuto va a salir. Es más de mí que de Jirafa. – Sí, contaste que era de tu vida como un Jirafa Ardiendo. – AP: Es mi relación finalmente con la música y cómo Jirafa es como el punto más relevante. En ese aspecto, me permitió relacionarme como persona, como ser humano, no sé, aprender a vincularse, acercarte a la música. Personalmente, me siento un outsider en sí, a pesar de que tengo banda desde los 16 años. Roberto lo sabe bien porque tocábamos juntos. No me considero un músico propiamente tal, pero estoy arriba de los hombros de quienes sí hacen una música fabulosa y tengo mi parte ahí, mi aporte. Entonces, no es un libro propiamente de música ni de Jirafa, sino de lo que yo he obtenido a través de ese camino que han sido muchos años, la oportunidad que me dio Jirafa de conocer personas sumamente interesantes, de expresarme, de romper las propias barreras que uno va adquiriendo, y va levantando muros a lo largo de la vida. Y ahí lo tengo atesorado, es muy personal y también lo voy escribiendo muy a pulso y muy de a poco, porque además tiene que ver con mi memoria y cómo yo recuerdo esas cosas. – Distintas ópticas. – AP: Porque Jirafa ha tenido de todo. Es la campana de Gauss: vamos bien, llegamos a un peak; de ahí, baja, reestructuración, movimiento. De nuevo el ímpetu para arriba, vamos como una montaña rusa y eso también se está reflejando en eso, pero mis recuerdos del libro nacen de la primera vez que escuché música de forma activa, cuando estaba en la radio. Mi papá trabajaba ahí y yo me sentaba al lado del gallo que ponía los discos. Me iba después del colegio para allá, porque mi papá me cuidaba en la tarde. Y haber escuchado por primera vez, no sé, a George Harrison, los éxitos de los setentas. A David Gates, ese tipo de recuerdos están metidos ahí y curiosamente esas canciones son las que en cierta medida compartimos con Roberto y que nos gustan hasta el día de hoy y que forman parte de la influencia directa o indirecta a Jirafa. Ahora que está tan de moda Abba, sé perfectamente cuando los escuché por primera vez, igual que Simon & Garfunkel. Todo eso está en el libro. – Son como un paisaje habitual. Siempre han estado ahí. – RE: Es un debate lo que dice Ale, es un tema. ¿Quién se siente músico? Porque está el tema de la escuela, está el tema en cómo enfocas el arte. Por mi lado, al Ale lo considero más músico que otros músicos que llevan cinco años y son instrumentistas geniales. – AP: Lo que sucede es que cuando a ti te presentan, te presentan como músico, el músico de Jirafa Ardiendo, y ¡mierda! Dentro de Jirafa, al menos me considero bastante más otras cosas distintas a la música. Es como no ser solamente músico dentro de una banda. – RE: Eso sí considero que es mucho más asertivo. – AP: Más allá que una expresión total, porque desde el arte, desde el concepto, desde el relato del cómo generas un discurso propio en la banda, cómo quieres que te vea la gente y diseñas esa forma en que te vea la gente. – RE: Es como cuando uno produce un álbum. Uno produce un disco y estás haciendo un oficio artístico ligado a la música. Cuando estamos componiendo, nosotros dos estamos arreglando y haciendo, teniendo muchas veces una mirada completa y visual de la música. O sea, estamos mirando la música y estamos ahí pintando y pintando. Eso es súper musical. Para mí es lo más interesante de un músico: el proceso creativo. Por Jean Parraguez Tags #Jirafa Ardiendo #Alejandro Pino #Roberto Estay Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. Ultimos Contenidos Rock Shows Pet Shop Boys: renovando la magia del synthpop en Chile Jueves, 30 de Noviembre de 2023 Rock Noticias Ilegales encabezará el Festival Sudamerican Rockers Jueves, 30 de Noviembre de 2023 Rock Entrevistas Enrique Bunbury: Renacer en el escenario Jueves, 30 de Noviembre de 2023 Rock Articulos Chris Cornell y Chile: Amor incondicional Jueves, 30 de Noviembre de 2023 Rock Galerias Pet Shop Boys - Dreamworld Jueves, 30 de Noviembre de 2023 Rock Clásicos Pink Floyd Jueves, 30 de Noviembre de 2023 Rock Clásicos Michael Jackson Jueves, 30 de Noviembre de 2023 Rock Articulos Los Prisioneros en el Estadio Nacional Jueves, 30 de Noviembre de 2023