Queens of the Stone Age: "Quizá a alguien no le guste, pero no puedes dudar que es real" Entrevista con Josh Homme Sábado, 23 de Agosto de 2014 (Publicado originalmente en revista #Rockaxis137, agosto de 2014) Desde fuera, Josh Homme parece un tipo duro, invencible, intachable, casi inmortal. Pero el líder de Queens Of The Stone Age es humano como el que más, y su disco “...Like Clockwork” es el reflejo de una crisis existencial que le asoló tras morir unos minutos durante una intervención quirúrgica en 2010. Nos encontramos con él en Berlín para descubrir cómo recuperó la confianza después de pasar una temporada en “la niebla”. Por: Jordi Meya Sin pretender que suene como a que me estoy sobrando, lo cierto es que después de tantos años en esto tengo bastante superado el miedo escénico ante cualquier entrevista. Sin embargo, mientras subo en ascensor hasta la séptima planta del Hotel Ritz-Carlton en la Potsdamer Platz de Berlín, noto que la guata se me remueve más de lo normal. Podría atribuirlo al café que me acabo de tomar apurado en el hall mientras esperaba (o más bien a lo que me cobraron), pero si soy totalmente sincero, es porque tengo miedo. Miedo de que Josh Homme (pronúnciese ‘joumi’), un tipo que no ha tenido miramientos a la hora ir cambiando a los músicos de su grupo como quien cambia de calzoncillos, de querellarse contra sus antiguos compañeros de Kyuss o de darle una paliza al cantante de los Dwarves, no le guste alguna pregunta y me deje plantado. O peor, me dé un combo. El pulso se acelera cuando el representante de Matador -la discográfica por la que han fichado Queens Of The Stone Age después de más de una década en la multinacional Interscope- abre la puerta de la suite y veo la intimidante figura de Homme fumando un cigarrillo electrónico. A su lado se encuentra también el tecladista y guitarrista Dean Fertita (The Dead Weather, The Raconteurs), pero casi no me percato de su presencia hasta que me extiende la mano para saludarme. Homme también me da la mano, aunque con un apretón no tan fuerte como esperaba. A medio metro, me fijo en sus pestañas casi traslúcidas, como las de un albino, y su piel lechosa. Más que el superhombre que proyecta encima de un escenario, en la corta distancia, Homme parece más bien un bebé gigante. También cuando habla tiene algo de niño, haciendo muecas para enfatizar alguna frase (imposible transcribirlo en papel) y con un discurso a ratos inconexo. En cualquier caso, pasados unos segundos, me doy cuenta que no hay nada que temer y que es un conversador abierto y hasta divertido. Pero lo más chocante es cómo describe todo el proceso de creación del sexto álbum de Queens Of The Stone Age. Se nota que el susto que se llevó cuando durante una operación de rodilla en 2010 se ahogó con el tubo de respiración y estuvo muerto durante unos minutos hasta que lograron reanimarle con un desfibrilador lo dejó marcado. Por primera vez en muchos años, quizá desde que en 1987 empezara a tocar en Kyuss con sus amigotes de Palm Desert, California, Homme se vio obligado a parar (“Estaba mental y físicamente muy débil”) y dejar el calendario en blanco hasta que los médicos le dieran el alta. Durante casi cuatro meses, el autor de temas tan poderosos como ‘Feel Good Hit Of The Summer’, ‘No One Knows’ o ‘Sick Sick Sick’ tuvo que estar encamado y por no querer transmitir su malestar a su mujer (Brody Dalle de Spinerette) y su entonces única hija, empezó a autodestruirse por dentro. Si “…Like Clockwork” (Matador/Popstock!) suena distinto a los anteriores discos de QOTSA es porque el Homme que lo hizo era una persona distinta. Y también por eso la sutil presencia de invitados como Elton John, Dave Grohl, Trent Reznor, Alex Turner, Mark Lanegan o el exbajista del grupo Nick Oliveri tiene más de llamada de auxilio que de exhibición de su estatus como una de las figuras más valoradas del rock. Entremos en materia. ¿Cómo te sientes respecto a “…Like Clockwork” en comparación a cómo te sentías cuando terminaste “Era Vulgaris”? JOSH HOMME: “Cuando terminamos ‘Era Vulgaris’ me sentía muy fuerte, listo para salir a matar (risas). Cuando terminamos éste fue más en plan ‘¿Hemos ganado?’ (risas)”. DEAN FERTITA: “Estábamos completamente agotados. Pero al mismo tiempo, nos sentíamos muy orgullosos”. JOSH: “Fue agotador. Es curioso porque ahora que lo terminamos, el proceso no parece tan malo como nos parecía cuando estábamos en él. No nos estamos quejando, pero no fue nada sencillo”. ¿Confías en que será más fácil hacer el próximo disco? JOSH: “Más vale que lo sea (risas). Me gustaría que este álbum fuera como el ‘The Idiot’ respecto a ‘Lust For Life’ [ambos discos de Iggy Pop se publicaron en 1997 con cinco meses de diferencia –ndr.]. Me gustaría grabar el próximo disco muy rápidamente. Pero por desgracia, estas cosas son impredecibles”. “...Like Clockwork” suena mucho más musical y arreglado. Me preguntaba si escribiste muchas más canciones al piano que con la guitarra... JOSH: “No, en realidad sólo hay dos escritas con piano, pero es verdad que escribir con ese instrumento es totalmente distinto. Es casi más fácil. Te das más posibilidades, y eso que apenas sé tocar el piano. O quizás por eso cada cosa que hacía era en plan ‘oooh, vaya’ (Risas). Era como magia. Tomarme un respiro con la guitarra fue una buena idea. En ‘Lulllabies To Paralyze’ escribí cuatro canciones con el bajo, sólo por poner el cerebro en un lugar distinto. Estas canciones fueron esculpidas entre todos. Tradicionalmente hacer discos de Queens Of The Stone Age ha sido muy fácil, podías ver el final. Sólo tenías que andar hasta ahí. Pero esta vez fue como estar en un banco de niebla. Tuvimos que tomarnos de los brazos para no perdernos en él. Fue mucho más difícil ver hacia dónde íbamos, así que tuvimos que definir el carácter de cada canción, pero a la vez, mantener su primitivismo. Lo primitivo es bueno (risas)”. El álbum muestra caras hasta ahora insólitas de la formación. Por ejemplo, me ha parecido un disco más femenino. ¿Se sentían más confiados en mostrar ese lado oculto? JOSH: “No, me sentía menos confiado respecto a todo. Pero esto era lo único que tenía para mostrar. La parte buena es que no tenía otra elección. Tener opciones cuando te sientes totalmente descompuesto lo hace peor. En cambio, sentir que ‘bueno… esto es lo que tengo’ ayudó porque no había ningún otro sitio a donde ir. Quizás después de seis trabajos estás obligado a lidiar con cosas que son singulares como ésta y donde sólo hay una opción. Cuando has tocado fondo, sólo hay una dirección en la que ir: arriba”. Un disco en el que pensé al escuchar “…Like Clockwork” fue el primero de Masters Of Reality, la banda de tu amigo Chris Goss. No es tan blues como aquél, pero tiene una elegancia oscura que me recordó a él. JOSH: “Me lo tomaré como un gran cumplido. Chris no ha tenido nada que ver con este disco, pero supongo que siempre me acompaña. Creo que este disco está en el vacío. Para mí los colores de este álbum son el negro y la luz blanca reflejada en espejos. Es muy austero, así que puede que tenga algo del misterio de ese primer disco de Masters Of Reality”. Podría ser un disco de los setenta, de los noventa… JOSH: “Eso es interesante porque quiero que mis discos sean atemporales. Sería genial que lo fueran. Yo escucho muchísimo a Creedence Clearwater Revival y sus discos me suenan taaan bonitos. Sus álbumes están muchísimo mejor grabados que los discos actuales. Suenan más actuales que esos discos de ahora que de aquí a dos años sonarán como mierda. O escucho a Black Flag, que suenan tan crudos que también podrían ser actuales. Quiero que de aquí a diez o veinte años mis obras sigan encajando”. ¿Y cómo se consigue? JOSH: “No lo sé. Te lo diré en veinte años (risas)”. Otro artista en el que pensé por tu manera de cantar es Leon Russell. Ya habías cantado en falsete antes, pero en éste te has atrevido a utilizar más registros. JOSH: “Como he dicho antes, hice lo único que podía hacer. No me sentía a cargo de nada. Me sentía a merced de las circunstancias. Probablemente nunca me había sentido tan negativo con lo que estaba haciendo como con este disco. Me fue muy difícil cantar en este álbum”. ¿Era el falsete una manera de mostrarte vulnerable? JOSH: “Totalmente”. Creo que has hecho un buen trabajo. ‘The Vampyre Of Time And Memory’ suena como un tema del “Hunky Dory” de Bowie. JOSH: “Gracias. Sí, tiene algo de cabaret, de Berlín, Bowie, Iggy, Wendy Carlos, visión del futuro… Pero nada fue intencionado, todo eso se fue colando por los agujeros de la pared. Cuando estás en la oscuridad tienes que tener cuidado con lo que agarras. Cuando estás en una orgía y se apagan las luces… tienes que tener cuidado (risas)”. ¿Por eso llamaste a Dave Grohl? JOSH: “(Risas) Sí, fue en plan ‘Dave, estamos haciendo una orgía a oscuras, ¿te anotas?’. Llamé a Dave porque es mi amigo y es uno de los mejores bateristas de todos los tiempos. Dave es alguien muy optimista, así que me encanta tenerlo al lado. Tengo una relación musical muy especial con Dave. No necesitaba a Dave Grohl, necesitaba a mi amigo Dave porque habíamos perdido a Joey. Cinco personas fuimos al desierto y volvimos cuatro. Y teníamos que hacer un disco. Así que lo necesitaba. Fue genial. Hizo auténticas locuras como en ‘I Appear Missing’. Las baquetas le salían volando (risas)”. ¿De dónde viene esta relación tan estrecha? JOSH: “Lo conocí cuando tenía 19 años. Estaba en Los Ángeles antes de irse a Seattle para probar con Nirvana. Y un año después volví a verlo para la gira de ‘Nevermind’, así que nos conocemos de hace mucho (risas)”. Aunque han girado bastante con Queens y sacaste el disco de Them Crooked Vultures, seis años son muchos para hacer un álbum. Es casi la carrera entera de los Beatles… JOSH: “(Risas) Lo que ocurrió es que la vida se entrometió. A veces vas andando, te paras, y de golpe te das cuenta que estás en arenas movedizas y te estás hundiendo. Y empiezas a pensar ‘mierda, mierda, mierda’. Y necesitas ayuda para salir y volver a andar. Para hacer este disco todos tuvieron que agarrarme y ayudarme a salir (risas). Siempre intentamos hacer discos reales y honestos, pero esta vez necesité de la ayuda de la banda y de Dave para conseguirlo, y eso me hace sentir orgulloso. Éste es un disco jodidamente real. Quizá a alguien no le guste, pero no puedes dudar que es real”. ¿Pero en algún momento te diste cuenta de que andabas entre arenas movedizas? JOSH: “¿Es alguien capaz de verlo? No, simplemente me empecé a sentir muy perdido. Llevábamos mucho tiempo tocando y cuando paramos fue el momento en que empecé a cuestionarlo todo. Supongo que es algo que le ocurre a todo el mundo en algún momento de su vida, pero cuando te dedicas a hacer música, todavía es peor”. ¿Por qué? JOSH: “Porque en este negocio hay muchas cosas que no son reales, así que tienes que empezar a preguntarte qué partes de tu vida son reales y cuáles no. Te haces muchas preguntas”. ¿Fue tu paso por el hospital la que provocó que empezaras a cuestionarlo todo? JOSH: “Más bien fue cuando salí de ahí. Estuve unas dos semanas en el hospital, pero estaba tan mal que tuve que pasarme casi cuatro meses en la cama. Fue horrible. Empecé a pensar ‘¿qué he hecho para llegar hasta aquí? ¿Por qué hago música? ¿Voy a hacer esto el resto de mi vida?’. Digamos que perdí el rumbo. Durante un tiempo perdí completamente la motivación. Por suerte teníamos contratada una gira en Australia en la que tocábamos el primer disco entero y en los ensayos para esa gira fue cuando volví a encontrarle el sentido a mi yo como músico”. El mundo de la música es curioso... Por un lado, si tienes un grupo que funciona, empiezas a asumir responsabilidades de muy joven porque no deja de ser como dirigir una empresa, pero por otro, es una profesión que te permite ser un eterno adolescente. ¿Te ha costado encontrar un equilibrio entre ambas cosas? JOSH: “La música tiende a mantenerte en la misma edad mental que cuando empezaste a tocar. Yo empecé con 14 años, así que si no tienes cuidado, puedes ser un imbécil toda tu vida. A mí me importa una mierda parecer macho, no voy dando palmas si veo una película de Sylvester Stallone (risas). Creo que pasado un tiempo es importante madurar y convertirte en adulto. Tienes que poder mirar a alguien a los ojos y tomar decisiones difíciles para poder preservar el arte. Tomar riesgos. Si no arriesgas nada, no consigues nada. Así que tomar riesgos es una necesidad. Te conviertes en hombre o mujer cuando tomas riesgos de verdad y asumes tus fracasos. Esperar a que ocurra algo es demasiado fácil. Pero cuando tienes que enfrentarte a una situación difícil es cuando descubres quién eres de verdad. Para mí hacer discos se ha convertido en eso. Puede ser el descubrimiento de la realidad o un escape de la realidad, y a mí me gustan ambas cosas. La música es ambas cosas”. ¿Tiendes a procrastinar? JOSH: “Cuando tienes que tomar una decisión difícil, tienes que estar seguro de que tomas la decisión correcta y comunicarlo bien. Ésta es una banda que se comunica muy bien. Hablamos de las cosas que no nos gustan. Ésta no es una banda pasiva-agresiva. Si alguien tiene un problema, dice ‘tengo un problema’. Así que cuando tomas una decisión difícil, sabes que estás haciendo lo correcto, aunque quizá pienses que deberías haberlo hecho antes. Pero es sólo porque quiero que la decisión tenga legitimidad. Está claro que esperar sólo empeora las cosas, así que tienes que estar dispuesto a arremangarte y mancharte las manos de sangre”. Uno de nuestros grandes problemas es que tenemos mucho miedo a tomar decisiones, aunque sepamos que son inevitables. JOSH: “Entender esto tan simple es básico. En este mundo no hay víctimas excepto la gente atropellada por conductores borrachos y los niños. Todo el resto somos responsables de lo que ocurre. Si no te atreves a tomar decisiones, entonces significa que el miedo domina todo lo que haces. Y creo que, en verdad, en nueve de cada diez ocasiones no hay nada que temer. Este álbum fue una manera de visualizar ese miedo y decirle ‘ven a por mí’ en lugar de huir. Es una visión muy oscura, pero al mismo tiempo, muy positiva. Hace poco aprendí que esperar sólo te convierte en la próxima víctima. No puedes esperar a que las cosas te ocurran, tienes que hacer que ocurran... Perdona, tengo que ir a mear”. OK (risas). Dean, ¿crees que debido a todo lo que ha contado Josh éste es un álbum más de banda? DEAN: “Bueno, éste es el primer disco en el que he participado en el proceso de composición. Siento que es un álbum de Josh, pero creo que todos encontramos la manera de contribuir. Lo que más me gusta de este grupo es que puedes escuchar a Josh tocando solo y ya entiendes lo que quiere decir en esa canción. Hizo un par de maquetas que eran geniales, que sonaban como canciones completas. Lo bueno es que llevamos tiempo juntos y no había ningún otro objetivo que hacer las canciones lo mejor posible. Cualquier idea era aceptada. Si alguien quería tocar un mellotron, podía hacerlo. No había papeles definidos. Así que había millones de maneras de participar”. (Vuelve Josh) JOSH: “Estoy totalmente de acuerdo (risas)”. ¿En cuántos temas trabajaron en ese tiempo? JOSH: “Escribí 18 canciones”. ¿Es eso mucho o poco para ti? JOSH: “Poco. Pero es que no hay nada en este disco que tenga mucho en común con los anteriores. Normalmente siempre tengo unas veinte canciones en mi cabeza que podría grabar al día siguiente, pero no esta vez. Y eso me frustraba mucho. Hicimos este disco disparando a ciegas, y a veces le dábamos a alguien (risas). Todos nos rascábamos la cabeza pensando ‘¿Por qué es tan difícil?’. Y en esos momentos de bloqueo fue cuando decía ‘Vamos a llamar a Alex (Turner) y que se pase por aquí’. Y simplemente tener la visita de un amigo hacía que el ambiente se relajara. O cuando vino Elton John, hizo que todo se cargara de positivismo. Grabar en directo con él, tocando codo con codo, fue increíble. Así que las colaboraciones fueron necesarias para poder seguir adelante y salir de la niebla. Mirando atrás, es lo mejor que pudimos hacer. ¿Y puedes culpar a alguien si ha hecho lo mejor que podía? No es un disco perfecto, pero no buscábamos la perfección, más bien buscábamos sacar lo mejor de nuestros errores”. Todas las colaboraciones son muy sutiles. Si no hubiese tenido los créditos, me hubiese sido difícil decir en qué temas toca cada invitado. JOSH: “Sí, no es un álbum de hip hop (risas). No es ‘Queens Of The Stone featuring Elton John’. No es así como lo hacemos. No intentamos vender las colaboraciones. Como te decía, fueron llamadas de ayuda para empujar el proyecto. Fue más como pedir a un amigo que te ayude con la mudanza. Además, también es una manera de ver a amigos míos que tienen una vida muy ocupada. Les llamas, vienen cinco horas al estudio y trabajas una, y las otras cuatro están charlando. Todos los invitados, incluso Elton John, se integraron como si fueran miembros de la banda durante esas horas. Porque es nuestro disco. Elton John… Elton John me llamó a mi casa (risas). Y me dijo ‘quiero tocar con ustedes. Es hora de que Queens tengan a una reina’ (Risas). Así que le dije ‘estoy encantando, pero vas a tocar con nosotros de verdad’. Así que vino, tocamos durante una hora todos juntos y eso es lo que está en la obra. Muchas veces lo que hace la gente es mandar una canción, el invitado graba su pista en otro estudio, y ya está. Es como usar a alguien. Pero eso no es lo que nosotros hacemos. Aprendimos mucho tocando con él porque es jodidamente bueno”. ¿No tenías dudas de si ibas a tener al Elton John cool de los setenta o si tendrías al Elton John chabacano de los ochenta? JOSH: “Bueno, de nuevo se trata de no tener miedo. Si juegas al ‘Y si…’ debes pensar en la opción buena, no puedes pensar en la opción mala, ‘Y si viene Elton John y sale una mierda’. Tienes que pensar ‘Y si viene Elton John y es increíble’, porque ésa es la actitud que te permite tener posibilidades de que salga bien. Es bueno tener una contraposición rara como ésta, buscar una química rara”. Es extraño, porque Queens proyectan una imagen muy de banda, pero al mismo tiempo, siempre has tenido una política muy abierta a ir cambiando de músicos. ¿Hay alguno que te arrepientas de que ya no esté, o simplemente lo aceptas como algo inevitable? JOSH: “Ambas cosas pueden pasar. Al principio pensar que los músicos podían cambiar era un mecanismo de protección. No es fácil encontrar gente con la que tocar. Ahora lo veo como que todos estos años he estado buscando a la gente adecuada, porque ahora el grupo es de lo más saludable. Confiamos unos en otros, nos protegemos las espaldas y, lo más importante, para todos la máxima prioridad es la música. Esta banda ha tenido formaciones clásicas, grandes formaciones, hemos tenido muchas formaciones… pero eran parte de un viaje. Ahora creo que ésta es la versión definitiva, o la más cercana a la definitiva. Para mí eso es muy importante. Hemos tenido momentos de locura caótica… a propósito, pero no puedes agarrarte a eso mucho tiempo antes de que te destruya”. Dean, ¿para ti no resulta difícil comprometerte con un grupo que ha cambiado tanto de formación? DEAN: “En realidad no, porque como decía Josh, lo más importante es la música, y es fácil comprometerse con la idea de hacer un disco del que te sientes orgulloso y que haces con gente que te gusta. Tampoco voy a jugar al ‘Y si de aquí a dos años no toco en Queens’. Vivo el aquí y ahora”. JOSH: “Y además, como te decía, ésta es una banda con una buena comunicación. Sabes en qué punto estás, porque si se lo preguntas a alguien, te lo dirá. Hay un plan. El plan es hacer las cosas lo mejor que podamos. El plan no es ‘vamos a salir en American Idol y hacernos lo más famosos posibles’. No hay nada de esa mierda. Todo se trata de hacer música. ¿Quién no querría estar en un grupo que trabaja duro? Esta banda funciona. No hay víctimas. Creo que la gente que salió del grupo veía desde hacía tiempo que el hacha iba a caer”. ¿Es lo que pasó con Joey Castillo, por ejemplo? JOSH: “En pocas palabras, sí. Seguimos siendo amigos con Joey, pero los intereses de los amigos tienen que ir en paralelo, si van en perpendicular, de golpe salen problemas. Y para sobrevivir tienes que tomar decisiones. Pero hace mucho tiempo que dejé de enfadarme por el hecho de que nuestros caminos se separen. Me alegro del tiempo que hemos pasado juntos. El futuro no está aquí, el pasado es inamovible, lo único que tienes es el presente. Y la banda está en el presente. ¿Has visto a John Theodore tocar la batería?”. Sí, con The Mars Volta. Es una bestia. JOSH: “Lo sé (risas). Es un monstruo. Pero lo que quería decir es que está bien que la gente quiera ir por otro camino, eso no quiere decir que tengamos que dejar de ser amigos. No pasa nada. No tienes que llevar una mochila de rabia porque tus caminos se separen”. Además, existe esa ilusión irreal de que la gente en los grupos son amigos, cuando muchas veces son simplemente compañeros de trabajo que se pueden llevar bien, pero no son amigos. JOSH: “Y hay muchos ejemplos en los que ni siquiera se llevan bien pero hacen magia juntos. Y lo saben. Es en plan ‘te odio, pero esto suena increíble (Risas). La buena música es como un imán, es difícil alejarte de ella. Te hace hacer cosas que no querrías hacer porque estás como en trance, bajo su embrujo. Por eso la música está por encima de la amistad. Tal como lo veo, si cuando dejas de hacer música con alguien, dejas de ser amigo, es que quizá no eras amigo antes. Yo volví a ser amigo de Nick (Oliveri) tres meses después de separarnos. Sé que somos amigos de verdad. Hemos pasado por todo. Lo vi hace dos días, ¿sabes? Eso es un amigo de verdad. Así que la música está por encima de la amistad, es algo que hacen los ángeles. Es la manera en la que te explicas cuando no sabes qué decir. Eso tiene que estar por encima de las cosas normales. Es una religión. Así que más vale que le pongas todo tu esfuerzo porque aunque seas mi amigo, si no lo haces, no puedes estar en esta banda”. Hablas de la música como magia, pero muchos grupos que hacen magia en un disco luego intentan descubrir la fórmula para hacerla de nuevo en lugar de dejarse llevar. JOSH: “¿Cuántas veces lo hemos visto? Muchos grupos se preguntan ‘¿Cómo lo hicimos?’, pero eso es jugar sobre seguro. Y en la música, jugar seguro equivale a la muerte. Es aburrido. Yo quiero que la gente se pregunte ‘¿Qué es esto?’. Por eso ya no quiero estar en Interscope. No quiero que nadie me diga ‘haz lo mismo que hiciste en ‘No One Knows’ y ‘Little Sister’, haz eso’. ¿Para qué quiero perder ni un segundo teniendo una conversación como ésta? Ándate a la cresta. Si quieres escribir otro ‘Little Sister’ forma un grupo y escríbelo tú. Ahora estamos en Matador y simplemente nos dijeron ‘Adelante, dale, dale’. Fue un alivio. Es demasiado tarde para que nadie nos diga lo que tenemos que hacer. Nosotros estamos en un viaje y el barco ya ha zarpado. Es hora de hacer tanto arte como podamos antes de morir. Y en eso estamos”. ¿Por qué una banda como ustedes fichó por Interscope en primer lugar? JOSH: “Bueno, al principio Interscope tenían combos oscuros como Helmet y Primus. Y vendieron millones de discos. Y estaba Dr. Dre. Era un sello que valoraba la individualidad. Por eso quería estar en ese sello. Tenían una filosofía de desarrollar a los artistas. Fichaban a un artista y dejaban que se desarrollara. Pero el negocio de la música se ha convertido en un mundo de pánico y miedo: ‘Oh, oh, la gente se lo está descargando todo gratis’. Más que nunca, éste es un momento para ser tú mismo. Y eso nos va bien. Supongo que es una mierda si quieres copiar a 30 Seconds To Mars”. O si eres 30 Seconds To Mars… JOSH: “(Risas) Lo has dicho tú, no yo. A ellos parece que les va bien. Pero éste es un momento para ser tú mismo, no para copiar a nadie. El 99% de lo que somos es lo mismo. El 99% por lo que pasamos es lo mismo. Todos nos levantamos, cagamos, nos ponemos los pantalones y vamos a por comida. Pero hay un 1% que es único, que sólo tienes tú. Y la música debe tratar sobre ese 1%. Tiene que amplificar ese 1%. Así que hazlo. La mínima obligación que tiene una banda es intentarlo. La música nunca es errónea. Puede que no te guste, pero no es errónea. Siempre es correcta. Muéstrame al peor grupo del mundo, y te mostraré a 300 personas que no pueden vivir sin él (risas)”. Tags #Queens of the Stone Age # Josh Homme Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. Ultimos Contenidos Rock Noticias Turnstile fija su regreso a Chile Martes, 05 de Diciembre de 2023 Rock Shows slowdive: de frente al ruido Martes, 05 de Diciembre de 2023 Rock Clásicos Gustavo Cerati Martes, 05 de Diciembre de 2023 Rock Clásicos Paul McCartney and Wings Martes, 05 de Diciembre de 2023 Rock Noticias Eric Clapton anuncia su regreso a Sudamérica Martes, 05 de Diciembre de 2023 Rock Galerias slowdive Martes, 05 de Diciembre de 2023 Rock Noticias Concurso: Los Jaivas en la Quinta Vergara Martes, 05 de Diciembre de 2023 Rock Clásicos Led Zeppelin Martes, 05 de Diciembre de 2023