Los Bunkers: no bailamos solos Vibrante primera jornada en el coliseo de Ñuñoa Domingo, 28 de Abril de 2024 Sábado 27 de abril, 2024 Estadio Nacional, Santiago Galería de imágenes AQUÍ Chile se ha destacado por ser un país luchador que busca sobresalir en diversas áreas, y la música, sin duda, es una de las más queridas debido a su capacidad para manejar emociones y la disciplina que implica. Gracias a esto, contamos con una gran cantidad de bandas talentosas, aunque son pocas las que han logrado dejar una marca perdurable en varias generaciones con su trabajo. En este contexto, retrocedemos a principios de los 2000: mientras Los Prisioneros se reúnen después de una década de ausencia para llenar dos Estadios Nacionales con su inconfundible sonido de "La Voz de los 80", en otra parte de la capital, Los Bunkers lanzan su primer álbum de larga duración, marcando el inicio de una trayectoria extraordinaria que, 23 años después, los lleva a reunir a más de 100 mil personas en dos jornadas en el Coliseo de Ñuñoa. Con ocho discos a su haber y siendo parte de hitos importantes de nuestra generación, la banda penquista no escatimó esfuerzos para brindarnos una gran celebración como cierre de su gira "Ven Aquí", la cual marcó su regreso tras un receso que nos dejó temerosos de que no volvieran. Desde temprano, los seguidores se congregaron para asegurarse los mejores lugares en un espectáculo que prometía dejar una huella imborrable. Para calentar motores, disfrutamos de la presentación de Pedropiedra, quien cautivó al público con un set de 11 canciones muy bien recibidas, mostrando el talento del artista nacional. Tras este preludio, que incluyó una breve intervención de Fabricio Copano y un DJ Set especial, las miles de almas comenzaron a gritar cuando las luces se apagaron y un contador en la gran pantalla del escenario llegó a cero, marcando el inicio del espectáculo. Gonzalo López (bajo), Mauricio Durán (guitarra y voz), Francisco Durán (guitarra, teclados y voz), Álvaro López (voz y guitarra), y Cancamusa (batería) salieron al escenario para interpretar "Ven Aquí", desatando la euforia entre los miles de asistentes, quienes corearon a todo pulmón temas como "Te vistes y te vas", "Yo sembré mis penas de amor en tu jardín" y "Canción de lejos", clásicos de principios de milenio que nos transportaron a momentos compartidos en la radio, camino al colegio, o en casa realizando nuestras actividades diarias. La banda desplegó un enorme escenario con una tarima amplia que les permitió conectar con una gran cantidad de fanáticos, quienes, emocionados, expresaron cientos de palabras de afecto cada vez que sus artistas favoritos se acercaban. El legado de Silvio Rodríguez no podía faltar; "Quien Fuera" resonó en el Estadio, donde, a pesar de su gran tamaño, el equipo técnico logró una mezcla de audio perfecta que permitió disfrutar de la experiencia al máximo desde cualquier lugar del recinto. "Bajo los árboles" y "Si estás pensando mal de mí" aportaron una cuota de melancolía que dio paso a una impresionante interpretación de "Ahora que no estás", con un espectacular solo de guitarra a cargo de Francisco Durán. A lo largo del espectáculo, la ausencia de Mauricio Basualto en la batería se hizo notar, sin embargo, la energía y talento de Cancamusa estuvieron a la altura, aprendiendo el extenso set a la perfección y ejecutando cada nota de manera impecable, siendo un valioso aporte a la banda mientras Basualto se recupera, y a quien se le dedicó "La velocidad de la luz" como homenaje. Después de más de una hora de espectáculo, la banda interpretó "Rey" y "El Necio", finalizando con un sonido de estática y efectos envolventes mientras abandonaban el escenario. Las pantallas mostraron la cámara de un dron que recorrió el estadio repleto hasta llegar a una escotilla, donde la banda, con ponchos e instrumentos acústicos, interpretó "La Exiliada del Sur" y "Calles de Talcahuano", creando un ambiente íntimo junto a sus seguidores. Tras una breve historia que culminó con la frase "Esta canción fue escrita para algún día tocarla aquí", llegó "El detenido", coreada en su totalidad, seguida de "Entre mis brazos", concluyendo este emotivo segmento que logró arrancar lágrimas. Mientras la banda regresaba al escenario principal, Guaripolo de 31 minutos ofreció una entretenida intervención, siendo ovacionado por el público al contar su historia con la banda usando solo títulos de sus canciones para anunciar "Una nube cuelga sobre mi", acompañado por Policarpo Avendaño, Mario Hugo, Patana, Juanín Juan Harry, Juan Carlos Bodoque y Tulio Triviño, quienes participaron cantando y bailando, creando un momento único y multigeneracional que llenó de alegría a todos. Sin señales de que el espectáculo llegara a su fin, llegaron las canciones "Las cosas que cambié y dejé por ti", "Noviembre", "Ángel para un final", "Fantasías animadas de ayer y hoy", "Deudas" y "Pobre corazón", una seguidilla de éxitos que nos hizo transitar por todos los estados emocionales, manteniendo la intensidad de la presentación. Luego, Pedropiedra se unió a la banda en el escenario para interpretar "El mismo lugar", "Tarde" y "Abril", acompañado por una sección de cuerdas y bronces que realzaron la actuación. El bloque final incluyó las potentes interpretaciones de "Miéntele", "Nada nuevo bajo el sol", "Bailando solo" y "Miño", cerrando magistralmente lo que se pensaba sería el último acto de la banda, aunque estábamos lejos de la verdad. Mientras la banda se preparaba para regresar, reflexionábamos sobre todo lo vivido hasta el momento, asombrados por la calidad de la infraestructura, sonido, iluminación, efectos, pantallas, la actuación de la banda y, sobre todo, la audiencia, que se convirtió en el coro principal durante las 33 canciones del concierto. Aún con energía restante, la banda nos entregó "El derecho de vivir en paz", un cover que formó parte de su primer disco y que, gracias a la Fundación Víctor Jara, pudieron interpretar en un emotivo dueto virtual con el creador de la canción. El cierre estuvo a cargo de "Canción para mañana", "No me hables de sufrir" y "Llueve sobre la ciudad", culminando esta celebración que abarcó más de 20 años de trayectoria, repleta de historias y recuerdos, y que sirvió para unirnos como personas en tiempos turbulentos y extraños. Desde niños hasta personas mayores, todos nos unimos en una sola voz para presenciar el primer espectáculo del cierre de la gira "Ven Aquí", un hito más en la brillante trayectoria de esta talentosa banda. Esta celebración no solo fue un evento musical extraordinario, sino también un testimonio de la importancia perdurable de Los Bunkers en la escena musical chilena y más allá. A lo largo de más de dos décadas, esta banda ha sido mucho más que un conjunto de músicos; han sido narradores de historias, portavoces de emociones y compañeros de viaje para generaciones enteras. Con su música, han tocado fibras sensibles en el corazón de su audiencia, abordando temas universales como el amor, la pérdida, la esperanza y la lucha. Desde sus inicios en los circuitos underground hasta llenar estadios, Los Bunkers han representado la autenticidad y la pasión en su arte. Su sonido distintivo, que fusiona elementos del rock, el pop y el folclore latinoamericano, ha resonado con un público diverso y ha trascendido fronteras culturales y generacionales. En tiempos de incertidumbre y cambio, la música de Los Bunkers ha sido un faro de esperanza y resistencia, recordándonos la fuerza transformadora del arte y la importancia de mantener viva la memoria colectiva. Matias Arteaga S. Fotos: Juan Maralla Tags #Los Bunkers #Pedropiedra #Fabrizio Copano #Víctor Jara #31 Minutos Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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