Jodorowsky s Dune OST

2015. Cinewax

La adaptación cinematográfica de la novela de ciencia ficción “Dune” (Frank Herbert, 1965) del artista multidisciplinario Alejandro Jodorowsky, estaba destinada a ser uno de los proyectos fílmicos más ambiciosos de la historia del cine, ya que el chileno no solo deseaba hacer una película de más de diez horas, sino que también anhelaba sumar a los ya contratados Chris Foss y H. R. Giger (que ya por si solos hacían del proyecto algo alucinante), a una serie de personajes entre los cuales se encontraban Orson Welles, Mick Jagger, Pink Floyd, Magma e, incluso, el pintor surrealista Salvador Dalí, quienes, de un modo u otro, habían comprometido su participación en la futura película.

Sin embargo, aquel proyecto nunca vio la luz debido a que los productores de aquella época cometieron un pecado imposible: No creer en las palabras de Jodorowsky, el cual en aquellos años se encontraba en un estado de creatividad absoluta. El dinero fue el impedimento que detuvo tal genialidad, que solo dejó como influencia diversos diseños, ideas y conceptos que constan en el descomunal storyboard presentado a esos mismos productores, que fueron aprovechadas directa o indirectamente en filmes de ciencia ficción posteriores.

De esta historia tomó nota el director Frank Pavich realizando el documental “Jodorowsky s Dune” (2013), en el que narra precisamente esta malograda experiencia fílmica, la que cuenta con una banda sonora muy interesante y que nos retrotrae con sus sonidos, a aquella década de los setenta cargada de psicodelia, viajes astrales y experimentación, y con claros influjos krautrock, pero sin adentrarse a los terrenos del famoso motorik.

El soundtrack está dividido en cuatro partes llamadas “Birth”, “Life”, “Death” y “Resurrection”, que hacen mención a lo que en forma tácita hace el director en el documental: narrar el nacimiento, desarrollo, muerte y legado del proyecto, y que en conjunto se divide en treinta y tres piezas de diversas extensiones en las que priman el uso de sintetizadores que recuerdan a los grandes álbumes del rock progresivo alemán de los setenta tales como “Rubycon” (1975) de Tangerine Dream, “II” (1972) de Cluster, lo realizado por Brian Eno y Harmonia en “Tracks and Traces” (1976), o lo creado por el francés Richard Pinhas en el magnífico “Chronolyse” (1978). Es decir, discos con una tendencia más electrónica y a todas luces, más ambient y emparentados específicamente con la escuela de Berlín.

Es así como la sección “Birth” se inicia con “Coming of a God” en la que aparecen las palabras del mismo Jodorowsky, pronunciadas en su particular inglés, acerca de su idea de lo que es el cine: un concepto completamente artístico y alejado del comercio y la industria. Luego, aparecen breves piezas que recuerdan los gélidos sintetizadores de Kraftwerk y también composiciones misteriosas y meditativas como “Nebula” o “Invitation”. A continuación, la sección “Life”, se inicia con “Point of View”, la que tiene una influencia clara de Tangerine Dream, y continúa con “Moebius”, dedicada al ilustrador Jean Giraud, quien dibujó el ya mencionado storyboard de la película. 

La subdivisión “Death” comienza con “The Pirate Spaceship”, cuyo título hace mención a la genial y orgánica nave creada por Chris Foss. Así también nos encontramos con la alienígena “Giger´s Theme”, pieza que en su extraña densidad es capaz de llevarnos al particular mundo del artista suizo H.R. Giger, quien diseñó el ambiente oscuro de uno de los personajes principales del film. Y finalmente hallamos el conjunto “Resurrection”, en la cual se encuentra la preciosa “I Am Dune”, poseedora de un optimismo que nace a partir de las influencias que dejó el proyecto. Jodorowsky nos dice: “De este supuesto fracaso, salió un montón de creación. En la vida, algo viene y tú dices "Sí". Algo se va, tú dices "Sí", en una clara alusión a los destinos insondables de vida.

Cierra el disco “Try”, en la cual se reproducen las palabras que el artista chileno realiza en el documental y que son la conclusión que pudo obtener de todo el proceso, y que son una especie de enseñanza de vida: “…. Pero tengo esa ambición. ¿Por qué no tener esa ambición? ¿Por qué? Debes tener la mayor ambición posible. ¿Quieres ser inmortal? Pelea por ello. Hazlo. ¿Quieres hacer el arte de la película más fantástica? Pruébalo. No importa si fallas. Necesitamos tratar”. Un disco que en conjunto al documental se transforma en un material bello e indispensable.

Carlos Navarro A.

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