The Mars Volta

2022. Clouds Hill

La banda formada por Omar Rodríguez-López y Cedric Bixler-Zavala, The Mars Volta, surgió de las cenizas de At the Drive-In a inicios de los 2000. Con una idea clara de querer honrar y homenajear sus raíces latinas, mezclaron esos elementos propios con el sonido underground, progresivo y experimental de la escena, dándoles el sello que buscaban, transformando su propuesta en un acierto musical, así lo afirmaban sus destacados primeros trabajos, como su debut conceptual "De-Loused in the Comatorium" (2003)  o "Amputechture" (2006). Tras una meteórica carrera, las diferencias creativas pusieron al dúo en conflicto, luego de lanzar "Noctourniquet" (2012), pausando el proyecto y entregándonos una nueva banda, Antemasque, pero esa es harina de otro costal.

Luego de una década de silencio y trás seguir buscando nuevos sonidos, el conjunto está de vuelta con un disco homónimo que viene a cambiar las reglas del juego, modificando su fórmula encaminados al sonido más pop. Lo primero que llama la atención sin haber escuchado nada, es el segundaje de los tracks que presenta este nuevo álbum, dado que en sus trabajos anteriores, las canciones siempre tienen una duración que promedia los 7 minutos, pero en esta entrega recurrieron quizás a un formato más radial, donde ninguna pista supera los 4 minutos.

El tema que nos introduce a este esperado regreso es ‘Blacklight Shine’, la prueba más clara de su nueva dirección sonora, equilibrando el pegajoso ritmo con llamativas líneas vocales sin perder el estilo latino ni las letras oscuras. Una pieza envolvente, llena de origen y naturalidad, que experimenta entre lo nuevo y lo clásico de la banda. Dejando un poco más de lado su sonido característico, ‘Graveyard Love’ podría ser la transición más incómoda para los más acérrimos fanáticos de los chicos de El Paso, ya que la ruta escogida es directamente popera, en una mezcla donde las guitarras, las voces de fondo y los arreglos parecieran no encajar del todo. Una arriesgada apuesta con una potente línea rítmica, nos confirma la decisión creativa tomada por la banda en esta nueva travesía.

 

Una progresión más íntima nos sumerge en ‘Shore Story’, que busca experimentar con una atmósfera más envolvente, calma y volátil. Los cambios en los teclados, el aura de las guitarras y la armonía vocal que nos presentan Cedric y Omar, hacen de este viaje un completo relajo. Unos animosos y espaciales acordes nos invitan al cuarto tema del disco, ‘Black Condolences’, una pieza que juega en la teatralidad del medio tiempo con un flujo más espacial, experimentando con arreglos sutiles que nos recuerdan un poco al sonido de Bowie, quien sirvió de influencia para los texanos en esta placa.

‘Vigil’ es el quinto corte del homónimo y nos ofrece uno de los mejores atisbos de cómo suena The Mars Volta derechamente en el ámbito del pop, mezclando melodías vocales rimbombantes y rock, en una de las piezas del disco que mejor logra definir esta nueva versión de la banda.  Ya casi en la mitad de esta entrega, nos sorprende una pista de 1:45 minutos titulada ‘Que Dios Te Maldiga Mi Corazón’, una pequeña infusión entre rock and roll y el sabor latino que sirve como antesala para ‘Cerulea’, que puede tener el coro de estilo pop más fuerte del álbum y también ser una de las piezas más interesantes de esta entrega.

Los tintes más bluseros aparecen cuando suena ‘Flash Burns From Flashabacks’, una pista donde la guitarra avanza y nos lleva por una melodía más enérgica, lo contrario pasa en ‘Palm Full Of Crux’, una piezas más lenta, calma y contemplativa; Una transición que nos da equilibrio en la parte final del álbum. Si hablamos de la voz de Cedric Bixler-Zavala, ‘No Case Gain’ tiene algunos ecos y arreglos que nos transportan al trabajo anterior de la banda, lo que lo convierte en un himno que rescata la esencia más pura de lo que es The Mars Volta históricamente. Lo mismo pasa con el track ‘Equss 3’, donde el ADN de la banda está presente y sigue intacto.

Ya pasando a la parte final del esperado regreso, suena el aireado tema ‘Tourmaline’, acompañado de ‘Collapsible Shoulders’ para finalizar con ‘The Requisition’: Un cierre totalmente melódico, accesible e invitativo que podría ser el tema más contemporáneo del disco y nos confirma el regreso de una de las bandas más llamativas del nuevo milenio.

Diez años de receso nos traen de vuelta a The Mars Volta con una placa totalmente renovada en sonido, estética y conceptualmente hablando. Un regreso sólido que en su gran parte se mantiene firme y se diluye solo en ocasiones, especialmente si lo comparamos con la complejidad de sus trabajos anteriores. Pero no es un error, es una decisión que tiene sus riesgos y parece funcionar a la perfección. Solo el tiempo nos mostrará que más tiene uno de los dúos creativos más vanguardistas y experimentales de la escena del rock moderno.

Diego Salazar