Tony Conrad / Arnold Dreyblatt / Jim O'Rourke

2023. Black Truffle

 

Durante la década de los sesenta el fallecido artista estadounidense Tony Conrad (1940-2016) fue uno de los pioneros del minimalismo en su variante drone. La música o el sonido en notas intensamente sostenidas por extensos espacios de tiempo, las que Tony Conrad ejecutaba con su violín, instrumento con el que fue integrante del “Teatro de la Música Eterna” junto al fundamental LaMonte Young y otros tantos músicos, tales como Marian Zazeela o como el fundador de The Velvet Underground, el galés John Cale. 

 

Como compositor en solitario Tony Conrad fue creador de piezas esenciales para el desarrollo de la música occidental como “Four Violins” (1964), “Joan de Arc” (1968) o “Fantastic Glisssando” (1969), pero también fue un improvisador y colaborador incansable a la largo de su extensa carrera. Se reunió con Charlemagne Palestine, Angus MacLise, Genesis P-Orridge y también -quizás en su trabajo más afamado- con los alemanes Faust, entre tantos otros. Todos trabajos en que destaca su carácter de músico vanguardista, radical, de postura underground y musicalmente de características incluso abrasivas, llegando hasta la música de ruidos.

 

La edición del presente disco es un tributo a la obra artística e influencia intelectual de Tony Conrad y rescata una de sus presentaciones en el mes de enero del año 2001 en el que colaboraron los también estadounidenses Jim O´Rourke en el particular hurdy gurdy y Arnold Dreyblatt en chelo, dos importantes representantes de distintos periodos del drone y ambos compositores con extensas discografías, destacando la de O´Rourke, quien fue productor e integrante de Sonic Youth y Gastr del Sol, y que abarca un espectro estilístico que va desde el noise junto a Keiji Haino en variados proyectos, hasta el pop incluso tributando a Burt Bacharach. 

 

La música de este “Tonic 19-01-2001” es un núcleo comprimido que se libera en pequeñas y constantes descargas de energía desde tres distintos lugares. Una sola pista de cuarenta y un minutos de acordes sostenidos, zumbidos y todo un conjunto de tonos que perduran sin interrupción durante extensos compases: Tony Conrad frotando con rudeza las cuerdas de su violín amplificado, Jim O´Rourke girando la manivela y produciendo un continuo que pareciera mecánico, y Arnold Dreyblatt permitiendo las notas más graves del trío, siendo la base o fondo persistente del encuadre. 

 

El tiempo suspendido en una masa de cuerdas frotadas por instantes lineales y en otros como una tempestad de sonidos en los que cuesta separar el comienzo y final de cada uno. Música con un ideal estético radicado en la simpleza, aunque poseedor de un componente igualmente maximalista. Su denso sonido completa espacialmente todos los lugares y ensancha la concepción temporal tradicional de la música haciéndola inextinguible y posicionándola en lo que puede ser perpetuo. 

 

Carlos Navarro A.