King Gizzard and the Lizard Wizard

2023. KGLW

Para efectos comerciales los australianos de King Gizzard & the Lizard Wizard podrían ser cómodos y quedarse dentro de una sola corriente, pero les gustan las cosas difíciles y renegar de cualquier tipo de categoría. Aprovechando un intenso trabajo de taller, los hemos visto intervenir en géneros tan disimiles que van desde el rock psicodélico, el garage rock hasta el jazz de fusión.

Ahora regresan con su álbum conceptual “PetroDragonic Apocalypse …” (2023), el cual, aunque no es una secuela directa de su álbum de 2019 “Infest the Rat's Nest”, siguen explorando los sombríos senderos del metal. Sin embargo, en esta ocasión presentan un trabajo mejor cohesionado que no se inclina hacia la sátira, sino que entrega un auténtico álbum de heavy metal, donde nos hablan de un catastrófico futuro dominado por dragones y magos. Una vez más, demuestran su gran talento y disposición experimental con canciones colosales repletas de detalles imperdibles, dignas de ser escuchadas cabeceando.

La entrada es a lo grande, con ‘Motor Spirit’, la cual evoca esa energía rápida y vertiginosa del trash. Con una intro de riffs machacantes y batería frenética, a mitad de camino esta se ralentiza y da paso a una lluvia de congas meditativas. Este pasaje aumenta gradualmente en intensidad, llevándonos a una penetrante línea de guitarra solista que se golpea contra una afilada percusión. Cierra de manera genial, con tambores destructivos y guitarra aplastantes. Ahora bien, ‘Supercell’ es una de las más simples del álbum, pero es fantástica. Desde el principio se destaca por sus gritos sobre riffs irregulares, mientras que el coro con voces grupales agrega interesantes texturas. Las guitarras suenan profundas y termina con un orgásmico solo que conecta con ‘Converge’, que recuerda bastante a Mötorhead. Punto aparte para el desempeño de su vocalista Stu Mackenzie.

Su sencillo principal ‘Gila Monster’ es tan brutal como divertido. Lo curioso es que se disfruta mucho más dentro del disco que apartado como sencillo, algo que se agradece en esta época en la que sentarse a escuchar álbumes completos parece cosa del pasado. ‘Witchcraft’ es otro tema interesante en el que las guitarras guturales anteceden a un solo muy bueno cortesía de Joey Walker, para cerrar con una nueva descarga de demencia.

El álbum concluye con dos intensas obras de nueve minutos de duración. A grandes rasgos, ‘Dragon’ presenta poderosos riffs tipo Judas Priest, además de un impresionante despliegue de bajo y batería. Posteriormente, nos sumergimos en un torbellino sónico que retuerce nuestras vísceras, y tras un segundo solo, mucho mejor que el primero, todo culmina en una gran explosión. ‘Flamethower’ tiene escalas tan perfectas que no dejan espacio para desconcentrarnos. En su última parte, aparecen sintetizadores que sorprenden bastante y dan un cierre bastante fresco. Se supone que la banda está trabajando ya en una segunda parte del álbum, y conociendo lo inquietos que son, posiblemente va a tener una mayor presencia de teclados.

“PetroDragonic Apocalypse …” es poderoso, con letras apocalípticas y riffs infernales que se prestan para impredecibles desvíos. Da gusto ver que la banda desafíe cualquier tipo de expectativa y juegue con la incertidumbre. Ciertamente, el metalero debería dejar de lado los prejuicios y disfrutar de uno de los mejores títulos de este 2023.

Giordano Antonelli Villavicencio