Gabriel Vigliensoni: "Me interesa de qué manera hacer que el sonido no sea lineal" Músico chileno presenta su reciente álbum Lunes, 28 de Marzo de 2022 Gabriel Vigliensoni es un músico, artista y productor electrónico que desde el año 2010 reside en Montreal, Canadá, donde encontró el espacio de desarrollo propicio para sus inquietudes artísticas y académicas. Reconocido en el pasado por haber integrado a Lucybell y Los Mismos, hoy vuelve con "Clastic Music", un disco donde pone a prueba una serie de aprendizajes sobre experimentación y trabajo automático. Por Cristofer Rodríguez - Desde el neófito de la electrónica hay un prejuicio de que el teclado es un instrumento centrado en la armonía y la melodía por sobre el ritmo, pero al escuchar tus trabajos, este instrumento comienza a volverse cada vez más percutivo ¿Cómo fue esa transición musical hacia el ritmo? - Me gustaría enfatizar que de la manera en que yo disfruto la música, la palabra en inglés es encarnándola. Me gusta moverme con la música. Cada vez que trabajo haciendo música me paro, no puedo trabajar sentado y si la música me mueve, ahí estoy como en el modo de algo que siento. Entonces, hay como un fenómeno de encarnamiento de la música que es necesario. Eso puede pasar tanto con melodías como con ritmos, pero en los últimos 15 años te diría que ese tipo de sensación ha venido más por el aspecto rítmico de las cosas. Y eso me pasa con más músicas que la música electrónica. Podemos escuchar un disco de hip-hop y si tiene un ritmo que me haga sentir lo voy a disfrutar o si es una cosa que tiene música de Uganda y con una cosa que me haga mover, también. O el trap, me da lo mismo el estilo, porque ni siquiera lo pienso, lo siento. Lo segundo es que yo no tuve un primer acercamiento a un piano, yo tuve un primer acercamiento a un sintetizador, que son cosas distintas. Y cuando yo estoy frente a un teclado no lo concibo como piano, entonces me pregunto qué tipo de sonido puedo obtener de este aparato, no qué melodías o armonías. - En 'Shale', el single de adelanto, eso está muy claro. - Si te fijas, las cosas que he hecho en términos melódicos y armónicos son más bien sencillas, pero hay una cosa más presente de diseño de sonido. Ahora trabajo con máquinas de ritmos y es super interesante la síntesis de sonidos que puedo obtener de ahí. Este disco en particular fue un ejercicio. Mi teclado que utilicé en varios de discos de Lucybell y que no me deshago de él y llevo tantos años tocándolo y lo guardé. Me lo sé de memoria, tenemos una relación, pero me pregunté qué pasaba si lo guardaba, en qué desafío me ponía para hacer algo novedoso y distinto. Hay muy pocas líneas melódicas en el disco, hay hartos bajos y un approach más bien rítmico. Hay una batería con un sintetizador análogo, pero con el cual también puedo hacer bajos y pequeñas líneas melódicas de seis notas. Es un trabajo basado en machine learning, en el que puedo aprender espacios rítmicos y recorrerlo de cierta manera, como navegándolo. - ¿Cómo se aplican las posibilidades del aprendizaje automático a tu música? - Justamente ese es el contexto de la investigación. Cuáles son las posibilidades creativas que el aprendizaje automático ofrece a la producción musical. Me interesa ver qué herramientas puedo utilizar para modificar la manera de trabajo. Cómo puedo enfrentar el proceso de producción musical de otra manera. Eso es importante para mí, porque tiendo a aburrirme si no. La gran gracia que tiene un computador es que es muy barato. O sea, hay caros, pero te ofrecen muchos instrumentos diseñados. El aprendizaje automático te obliga a experimentar y repensar estas herramientas. Ese proceso de búsqueda es tecnológico y artístico. - ¿Deseas que el disco sea un campo de juego para la experimentación y el aprendizaje? - Claro, no es particular a este disco, intento hacerlo en todas las cosas donde me meto. Buscar una variable que cambie las cosas que estoy haciendo. - ¿Pero cómo se encara un disco con esta premisa de entender al disco como un campo de juego de la experimentación? - Hay tantas variables. Lo que yo veo es no partir con el disco como una hoja en blanco, sino ponerte límites. Hagamos un disco donde nunca usemos la palabra “no”, o la que sea. Hagamos un disco de trap o reguetón donde nunca más se ocupe la palabra “perra”, por favor. O lo que sea. Hacer un disco donde solo ocupemos ciertas teclas o como hice en mi anterior disco, donde traté de saltarme la etapa digital de todo lo que era masterización, porque esa manera de trabajo contemporánea de los computadores nos hace hasta refinar el más mínimo detalle. Yo vengo de una escuela distinta donde uno tenía acceso limitado a los recursos y teníamos un día para hacer las mezclas. Así que quise volver a eso y me conseguí un estudio análogo. En tres días de estudio tuve que salir con el disco y eso en el fondo me obligó a volver a concentrarme y volver a escuchar. - ¿Cómo llegas al estudio entonces? ¿Con un par de ideas preconcebidas o sólo con los límites impuestos? - Vuelvo a este disco. En este disco la mayor parte fue grabada estéreo, lo que significa que no hay multitrack. Tenía mi batería, mi instrumento, multiefectos y todo se grabó directamente a estéreo. Puede haber buenos momentos, productos de la pseudocasualidad, pero hay también cosas negativas, como los errores. Y ahí debes decidir si hacer una nueva toma o simplemente lo asumo como parte de un gesto musical. En la música electrónica uno puede hacer lo mismo que en un disco de Dua Lipa y Metallica y todo es perfecto, lo que sea que eso signifique. Esta democracia del computador también hace que todo se homogeneice y a mí me interesa no caer en eso. En un disco anterior trabajé con un sintetizador modular y ahí no puedes guardar el seteo que tienes, entonces te obliga a dejar la toma que quedó y no te puedes devolver. Esto pasa en la cumbia, en el rock, donde el bajo puede quedar corrido y bueno, así toca la amiga bajista o una pequeña desafinación de la voz. Uno escucha cuando el gesto no se mediatizó por una herramienta de edición digital. El autotune como herramienta no me parece mal. Hay un libro que encontré hace poco que se llamaba “Los desafinados también tienen corazón, una historia del autotune”. Maravilloso, imagínate toda la música que no existiría hoy, no solo reguetón, trap o pop, tanta música. - ¿Con quién trabajaste para este disco? - Lo trabajé absolutamente solo. Este disco va a tener una aplicación web que permite al auditor interactuar con la música y con la imagen. Lo trabajé con un artista que se llama Eduardo Infante. Mi idea es hacer un reléase audiovisual interactivo. Me interesa de qué manera hacer que el audio y el sonido no sean lineales. En vez de presentar piezas que parten y terminan, cómo puedo entregar a la persona que escucha la posibilidad de modificar la obra en tiempo real. - Está relacionado a cambios de paradigmas filosóficos. - Hemos vivido en el tiempo en que todo es lineal, el arte, películas, etc. Pero la internet hizo que todas las historias sean no lineales. El paradigma de hoy es no lineal, es de un salto de un lado a otro. Hay mucha gente trabajando en eso en el campo de los videojuegos y me gustaría hacer una investigación donde se aplique a lo sonoro e investigar las posibilidades creativas que hay ahí. Tenemos que cambiar ese paradigma porque el paradigma ya cambió. - Difícil enfrentarlo, considerando que tanto la Biblia y el Marxismo son lineales. Pilares de la civilización occidental como la conocemos. - Los fenómenos históricos entendidos como linealidad ofrecen una sola visión. Desde mi sola visión no puedo entender que haya cosas en paralelo, pero puedo entender que haya gente que lo viva así. - ¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con el sello CHEZ.KITO.KAT? - Este es el primer trabajo que hago con ellos. Es un sello franco-canadiense. Me parece interesante el rooster de gente que tiene, hay buenos discos ahí. Me parece interesante que tenga gente en Montreal porque tengo una relación más directa con ellos, pero también tienen presencia en Europa. En junio tengo conciertos en Barcelona, Londres y Berlín. - ¿Por qué decidiste emigrar a Montreal? - Montreal en términos artísticos es muy interesante, porque hay una escena creativa fuerte en muchas áreas, en teatro, en danza, en música. Medios interactivos, escuelas de arte, conservatorios. Otro elemento interesante de Montreal es que se vive con poco dinero y el dinero no es el centro de la ciudad. Acá nadie te pregunta por las lucas, porque a nadie le importa. Todo esto genera una cultura underground. Antes de la pandemia había hartas fiestas underground que nutren a las líneas artísticas. En el fondo, uno puede subsistir experimentando y haciendo arte sin tener que pensar todo el rato en la marca que va a auspiciar tu gira. - ¿Cómo viste madurar la escena electrónica en Chile? Estuviste desde el inicio. - Quizás los elementos más importantes que hubo fue el hecho de haber tenido una población de hijos de exiliados en Europa fuerte. Gente que realmente trabajó y tocó bastante, como Matías Aguayo, los Bucci, Ricardo Villalobos, Dandy Jack, Luciano Nicolet, Adrián y Martín Schopf, Cristian Vogel, la Dinky, Chica Paula. Un montón de gente repartida por Europa, entre Inglaterra y Alemania, sobre todo. Esa gente creció durante los 80 y comienzos de los 90 en el momento en que estaban pasando muchas cosas allá y a partir del retorno a la democracia empiezan a volver a Chile. Entonces experimentamos en Chile líneas creativas electrónicas casi en tiempo real, que estaban pasando en Europa en los 90. Ahora, en paralelo teníamos cosas como Los Mismos, Plan V. Si me preguntas por madurez y desarrollo, creo que hoy hay una masa crítica grande de gente produciendo, que está haciendo cosas bastante buenas. Antes lo veía en el Chile de hijos de exiliados, en el Chile de afuera, hoy día lo veo más en gente que está en allá haciendo cosas. Hay mucha gente en México también. Todavía no sé si hemos logrado tener un sonido de música electrónica chilena. Veo bastante homogeneidad en el sonido. A veces salen cosas particulares, distintas. Hace poco escuché a Syntrovert, que es una persona de Limache creo y tiene un track que se llama 'Loreto' con una melodía tremenda. - En esa línea, Matanza fue muy popular en Chile. - Matanza excelente. Alguna vez vi un concierto que tuvieron junto al Búho y Nicola Cruz. Búho era excelente y Matanza era realmente bueno. Electrónica con algunos instrumentos, elementos andinos, rescatando nuestras raíces. Eso lo he trabajado harto con DJ Raff en Londres. Él está trabajando bastante con esos timbres y sensibilidad. Le pregunté si se siente cómodo haciendo eso y me dijo sí, que lo llevaba dentro, que venía del hip-hop, ahora escuchaba Aphex Twin, pero también tiene la música andina dentro, parte de su historia. - Cuando se forma Lucybell ¿Cómo viviste la doble militancia como músico de electrónica y miembro de una banda de rock? - Las etiquetas son de la gente que quiere etiquetas. Si le preguntamos a un rockero probablemente diría que Lucybell no tiene nada de rock. En esos tiempos los roadies nos decían que era música de mujeres, imagínate los tiempos, porque ellos eran melenudos y escuchaban rock de verdad. A mí me gustaba el punk y el post punk, Joy Division, The Fall, The Cure. Me gustan las texturas en general. Si esas texturas van por el lado del rock, bien. De metal yo sé poco, pero el doom tiene texturas muy interesantes. Si le bajamos todo y se pone lento, muy interesante. - Hoy existe una tendencia muy fuerte de doom metal con electrónica. - Como ese grupo Sunn O))) que es metal sin baterías, entonces te queda toda la textura del metal, pero sin la parte rítmica. Esa búsqueda timbristica siempre me ha acompañado. Yo partí escuchando los Beatles que siempre me han gustado, pero cuando llegamos a 'Strawberry Fields Forever', ahí había un campo de texturas maravilloso, por eso es mi canción preferida de la historia. - En los 90 empiezan a aparecer otras influencias, pienso en la movida del shoegaze o el dream pop europeo. - Así es, en esa época pasé de música como The Clash a Cocteau Twins o The Wolfgang Press. Con My Bloody Valentine vino con mucha fuerza esa transición hacia las texturas. Un grupo que está lleno de guitarras, uno de los discos independientes más caros de la historia, porque se gastaron un dineral grabando guitarras. Ese disco es seminal para mucha gente y me hizo llegar al grupo Seefeel y el disco Quique. Es una banda que toca como dub, y se quedan pegados, no existe ese concepto de parte A o B. En vez de hacer esta música donde todo cambia por sectores a una donde hay muchos cambios, como el minimalismo de los 70 de Philip Glass. Tremendo. Tags #Gabriel Vigliensoni #Clastic Music #Lucybell #CHEZ.KITO.KAT Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. Ultimos Contenidos Vanguardia Noticias Throbbing Gristle programa reediciones de ''TGCD1'' y ''The Third Mind Movements'' Viernes, 14 de Junio de 2024 Vanguardia Noticias Jon Anderson lanza nuevo single: 'Shine On' Jueves, 13 de Junio de 2024 Vanguardia Clásicos Sui Generis Jueves, 13 de Junio de 2024 Vanguardia Noticias Andy Summers se apronta a lanzar nuevo EP ''Vertiginous Canyons'' Jueves, 13 de Junio de 2024 Vanguardia Noticias Agrupación Ciudadanos agenda nueva fecha en Santiago Miércoles, 12 de Junio de 2024 Vanguardia Noticias ''this is NOT the end'': especial de Present en Rebelión Sónica 6 Miércoles, 12 de Junio de 2024 Vanguardia Discos Aisles Miércoles, 12 de Junio de 2024 Vanguardia Noticias Wow: lanzan grabación inédita de David Byrne y Devo Martes, 11 de Junio de 2024