Pedro Aznar: respeto, amor y canciones

Sábado 12 de marzo, 2022
Movistar Arena

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Visitador asiduo a nuestro país, resulta sorprendente que la última visita de Aznar había sido en noviembre del 2019. En estos más de dos años de ausencia, el panorama es muy distinto y vaya que lo sabía. “Es un momento histórico para ustedes, nosotros, para toda la región”, se escuchó en un momento del concierto. El argentino siguió muy de cerca todo lo que ocurrió con el Estallido Social, la Convención Constituyente y la reciente elección presidencial; de hecho, en diciembre pasado no dudó en entregar su apoyo a Gabriel Boric, flamante mandatario de Chile. Un espaldarazo que fue retribuido con su presencia en el Congreso el pasado viernes.

Con todo lo anterior, era natural pensar que en su regreso, el concierto sería generoso en emotividad y pertenencia, credenciales ostentadas por Aznar durante toda su carrera. Colaborador nato, Pedro decidió que todo iniciara con sus invitados haciendo una especie de recorrido, un preliminar de lujo, un “cariñito” a los asistentes. Nano Stern -otro que sabe cautivar sólo premunido de su guitarra- aprovechó la ocasión para estrenar ‘Inventemos un país’, aquel single estrenado hace pocos meses y que demuestra, una vez más, el olfato del nacional para componer acorde a los tiempos. Misma cualidad de Elizabeth Morris, quien hizo un llamado en su intervención para visibilizar la lucha de las mujeres (‘La mejicana’). El legendario Víctor Heredia fue historia pura en el escenario: ‘Sobreviviendo’ es una gema a la altura de las grandes glorias del canto latinoamericano y así quedó probado, con un acompañamiento rotundo del público, que erizaba los pelos. Manuel García prolongó el ambiente sobrecogedor con ‘La danza de las libélulas’ y ‘El viejo comunista’. Todos volverían después a acompañar al trasandino.

El título del espectáculo (“Tierra de hermanos”) fue una elección más que apropiada. El lazo del ex Serú Girán con su fanaticada local goza de una salud envidiable, un afecto extendido a sus pares músicos. La nómina de invitados dista mucho de un mero saludo a la bandera, hay un genuino sentido de la amistad, comprobada minutos más tarde, pues regresaron para acompañar a Aznar. Morris apareció en la impecable versión de ‘Décimas’, el ovacionado Heredia dio cuenta de uno de sus más recientes entregas (el single ‘Un simple abrazo’), mientras que Stern brilló en ‘Festejo de dolor’, lo propio Manuel García en ‘Si no hablamos’. Una particularidad: el total de las canciones nombradas pertenecen al catálogo de los invitados. Generosidad refrendada al final: todos los artistas sobre el escenario, interpretando ‘Tan alta que está la luna’, original de Quilapayún.

El festejo hizo un repaso por la propuesta del argentino, su mezcla única de capacidad vocal -su voz no parece conocer el paso del tiempo, a sus cerca de 63 años- con destreza, habilidad y en la ferviente creencia en la melodía (‘Lina de luto’, ‘Quebrado’). Si a todo eso le sumamos respeto absoluto hacia los referentes (cantó creaciones de Violeta Parra, Jorge Luis Borges), somos testigos de altísimos instantes de comunión: ‘Ya no hay forma de pedir perdón’ -su imbatible lectura de una canción de Elton John- y ‘A primera vista’ (Chico César) son la guinda de un pastel lleno de sentimiento, emoción y unión.

Jean Parraguez
Fotos: Rubén Ayala