Krisiun y Nervochaos: Los batallones del Armagedón

Viernes 17 de febrero de 2016
Rock History Bar - Bogotá

Brasil es un país con intachables credenciales en lo que a producir metal extremo se refiere, basta con repasar el catálogo de agrupaciones de vieja data como Sepultura, Sarcófago y Vulcano para dar fe de ello. El sello de calidad del vecino país continúa vigente en numerosas agrupaciones que mantienen la bandera de la agresión en alto. Anoche tuvimos la fortuna de recibir la visita de dos gigantes de la música pesada que desde los noventas asumen con altura su compromiso, Krisiun y Nervochaos.

Nervochaos fue la primera en pisar tarima, el cuarteto oriundo de Sao Paulo sentó el tono macabro de su presentación ingresando con la grabación del tema ‘Ave Satani’ del clásico del cine de horror “The Omen”. La desgarradora voz de Lauro Nightrealm comandó el ataque frontal de la mano con su guitarra en cortes como ‘Infernal Words’ y ‘Ad Maiorem Satanae Gloriam’ en un despliegue de contundencia rítmica y madurez compositiva; riffs serpenteantes –conjurados en colaboración con la guitarrista Cherry- que se mueven sobre un arsenal de inmisericordes golpes a la batería cortesía de Eduardo Lane llevados de la mano con el relevante bajo de Thiago Anduscias.

El repertorio fue conciso, de poco menos de una hora, Nightrealm apenas daba respiro durante sus breves intervenciones en las que su limitado dominio del español se veía inevitablemente subyugado a las raíces fonéticas de su natal portugués. El cuarteto no dio tregua a los presentes con canciones como ‘Total Satan’ y ‘From Bellow Not Above’ que destrozaron cuellos a lo largo y ancho del recinto con sus avasallantes ritmos. ‘Pazuzu Is Here’, favorita dentro del extenso catálogo de la agrupación se erigió como uno de los puntos altos de la noche y el pogo conjurado con su ejecución fue uno de los más salvajes de la velada.

Cerraría el trío Krisiun, conformado por los hermanos Alex, Max y Moyses quienes comparten tanto en estudio como en tarima una conexión que solo puede existir entre músicos que crecieron tocando juntos, cosa de la cual toman absoluto provecho. El sonido de Krisiun equilibra a la perfección la agresión sonora con la complejidad estructural, algo que quedó en plena evidencia en temas como ‘Combustion Inferno’ y ‘Scars of Hatred’ cuyos vertiginosos cambios de ritmo incitaron al desenfreno entre los presentes.

Al igual que su compatriota, el manejo del español de Alex es pobre y se rinde con frecuencia al portugués, por eso sus interludios fueron concisos prefiriendo dejar que hablara la música. ‘Ways of Barbarism’ y ‘Descending Abomination’ hicieron gala del corrosivo gutural de Alex, el incisivo ataque de cuerdas de Moyses y los violentos ritmos de Max y el público respondió en debida forma. Un sentido homenaje al fallecido Lemmy Kilmister en forma de cover de la siempre favorita ‘Ace of Spades’ como penúltimo plato antes de cerrar con la aplastante ‘Black Force Domain’ fueron la rúbrica de una jornada dedicada a la corrosión sonora en su forma más letal.

Ambas bandas dejaron demostrado que la buena música desconoce fronteras e idiomas y se habla en una misma clave, la de la unión. Con puños y cuernos en alto los asistentes las despidieron agradeciendo su entrega a la misión de la música pesada, una que esperamos continúen ejecutando con integridad a prueba de balas.

Kerym Rivas
Fotografías: Khristian Forero 

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