MediaBanda plays Fulano: la misma tribu, el mismo tótem

Ciclo Cultura Re-activa/ Santiago Fusión

Miércoles 13 de octubre de 2021, Teatro Nescafé de las Artes

 

Un acontecimiento para la música chilena, fue el lanzamiento que MediaBanda realizó ayer de “Maquinarias” (2021), su disco tributo a Jaime Vivanco y Fulano, en el que reinterpretan algunas de las canciones más conocidas de la crucial agrupación nacional. Con su actual formación de octeto, el conjunto liderado por el vientista y compositor Cristián Crisosto se despachó un show potente, crudo e irreverente, pero también, con momentos de ineludible belleza y melancolía. MediaBanda hace una lectura libre y abierta de los clásicos de Fulano, respetando las originales, pero, al mismo tiempo, entregándoles poder rockero, savia joven y altas dosis de libertad en la interpretación.  

 

La jornada comenzó en alto con ‘Perro chico malo’ y ‘Fulano’, dos clásicos ineludibles del canon “fulanesco”, ejecutadas con rabia, pasión y onda a no más dar. El trío de vientos conformado por Crisosto, Rafael Chaparro y Rodrigo Aguirre, está perfectamente bien aceitado y cuando los tres atacan al unísono, la potencia que logra la banda es inigualable. Le siguieron dos piezas de “Trabajos inútiles’ (1997): ‘Godzilla’ y ‘Canción formal en 7/8’, en esta última con Florencia Novoa afianzada en el papel histórico de Arlette Jequier, haciendo esa melodía adictiva y de letra sarcástica. En la primera intervención hablada de Crisosto, que, por lo general, “no deja títere con cabeza", aprovechó de repasar al presidente de “brazos cortos, pero manos largas” y al candidato Sichell, “que ya no lo llaman ni los primos”.

 

 

La primera pieza de MediaBanda de la noche, llegó con una energética interpretación de ‘Bombas en el aire’, que decantó en una experimentación de bajo con distintos efectos y batería, para luego de las palabras de Crisosto recordando a Vivanco y deseando que esté escuchando en “un universo paralelo”, pasar al emotivo ‘Señor gorro capucho’, hermoso y nostálgico dúo de flauta y el teclado de un siempre certero e impecable Jaime Ramos. El show se mantuvo muy en alto con otros dos clásicos entre clásicos de la música chilena, como son ‘Maquinarias’ y ‘Suite Recoleta’. La base rítmica del imparable Christian Hirth en batería y el bajo funcional, pero, en muchos momentos con virulentos solos, se complementaban de excelente manera con la guitarra eléctrica de Aurelio Silva, quien no solo aportaba con peso y profundidad, sino que también con múltiples detalles sonoros: ruidos, chirridos, solos punzantes.

 

La obra de MediaBanda, que está registrada en cuatro discos de música original, se hizo nuevamente presente con categoría con ‘El largo camino hacia la superación de la estupidez’ del debut “Entre la inseguridad y el ego” (2004) y con ‘Wikistán’, otra del más reciente “Bombas en el aire” (2017). Tras la intensa interpretación de la antifascista ‘Adolfo, Benito, Augusto y Toribio’, que no pierde nunca en actualidad, vino el que, sin duda, fue el momento más emocionante de la jornada: una versión de ‘Buhardillas’ interpretada con el alma por Crisosto, acompañado del teclado de Ramos. El final fue, simplemente, una fiesta, con la tremenda ejecución de ‘El dar del cuerpo’, llena de poder delirante y crítica política en un principio y psicodelia criolla en su desenlace: “Y estoy enferma con la patria y me destruye tanta ira/ llegó la hora de tomarme esa droga mortal. Libertad, libertad, libertad”. Como dijo Crisosto en una de sus alocuciones: “Somos todos de la misma tribu, del mismo tótem”. Y así fue.

 

Héctor Aravena A.

Fotos: Octavia Rojas. 

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